Una nena de 11 años de edad que estaba judicializada y que había desaparecido el lunes 7, en Tartagal, y apareció tres días después en la casa de retiro que dirige la religiosa María Luisa Ruiz en la localidad de Campamento Vespucio, a más de 15 kilómetros, contó que había huido porque era maltratada en el Hogar Gualterio Ansaldi. Por esta situación la madre, que reclama la revinculación con sus hijxs, realizó una denuncia por maltrato, y se difundieron varias denuncias públicas.
A principios de año, pasó una situación similar con el hermano de la niña, de 12 años de edad, que también se fue del dispositivo con otrxs dos niñxs y también buscó a esta religiosa aduciendo que lo maltrataban en el Hogar. Ruiz es una religiosa consagrada que cuidó de la nena y sus hermanitxs por cinco años, desde que fueron judicializadxs y apartados de su familia. Pero lxs chicxs fueron llevados al Hogar estatal hace unos meses.
Según se pudo conocer, la niña de 11 años y el niño de 12 están institucionalizadxs, al igual que otro hermano y una hermana más pequeña. Mientras que otro hermanito se encuentra bajo el cuidado de la abuela materna. Lxs chicxs fueron judicializados cuando su madre fue condenada por el robo de un teléfono a una pena de 5 años de prisión que cumplió bajo modalidad domiciliaria. El delito fue cometido en el marco de una problemática de adicciones que padecía la mujer.
En aquel momento, Ruiz, quien ya colaboraba con esta familia, fue autorizada por la justicia a hacerse cargo de lxs chicxs pero hace unos meses fueron llevados al Hogar de Tartagal. La religiosa hoy pide volver a cuidar de lxs niñxs. Por otro lado, la madre ya cumplió la condena, se encuentra en libertad y quiere hacerse cargo de sus hijxs.
El Ministerio Público Fiscal informó a Salta/12 que la niña está a disposición del Juzgado de Familia Nº 1, que dispuso que siga alojada en el Hogar de la Secretaría de Primera Infancia, Niñez y Familia. También interviene el asesor de incapaces Nil Andreu.
Mientras que el fiscal Pablo Cabot investiga una denuncia que realizó la madre de lxs hermanitxs por malos tratos en el dispositivo estatal.
En cuanto a la desaparición de la niña, la secretaria de Primera infancia, Niñez y Familia, Carina Iradi, dijo que desde el organismo hicieron una denuncia contra la madre porque consideran que fue ella quien la sacó de la escuela.
La funcionaria refirió que en la escuela a la que asiste la niña les informaron que el lunes 7 de agosto, en horario escolar, la nena habría sido llamada por su madre para que saliera a la vereda, "con la excusa de darle dinero", y en esas circunstancias "desapareció".
"La niña apareció el viernes en la casa de retiro, existiendo la medida de protección excepcional. Ha sido bastante particular una supuesta vinculación de la progenitora con esta señora (la religiosa)", dijo Iradi. La funcionaria sostuvo que espera conocer los avances de la investigación del proceso penal que también está a cargo del fiscal Cabot.
"Quieren estar con su mamá"
El abogado Rambert Ríos, que representa a Ruiz y a la madre de lxs niñxs, dijo a Salta/12 que a ambas les secuestraron sus celulares y se las investiga por la supuesta vinculación entre ellas en relación a la desaparición de la niña.
Ríos indicó que se investiga cómo llegó la niña desde la ciudad de Tartagal a Campamento Vespucio, a más de 15 kilómetros, y "es una ruta accidentada, no recta". "Entonces hubo una teoría de que la madre la habría llevado y la dejó ahí", explicó.
"La nena se escapa por los malos tratos que sufría en el Hogar, no se va de caprichosa", aseguró el abogado. Respecto de la condena que recibió la madre, aseguró que "la mujer en ese momento era muy joven", y añadió el robo del celular fue "producto de la droga" y "todo el flagelo social".
"Lo grave es que la niña tiene a su mamá de vuelta en libertad, que está trabajando, tiene una casa de material en Vespucio, y alquila otra cerca del Hogar (en Tartagal) porque le dijeron que si alquilaba cerca iba a ser mas fácil acceder a beneficios" y a pesar de eso "No le permiten contacto con los hijos", señaló. El abogado dijo que la madre trabaja de costurera y ha manifestado que con sus ingresos puede criar a sus hijxs. Asimismo, aseguró que se sometió a un tratamiento para dejar las adicciones y ya fue dada de alta por el profesional que la asistió.
"Los chicos quieren estar con la mamá, es lo mas triste", señaló Ríos. Dijo que la madre se encadenó la semana pasada en la Ciudad Judicial "y automáticamente la jueza salió e hicieron una audiencia. Se comprometió a solucionar el problema". Agregó que además de la madre, también la religiosa María Ruiz solicitó que los niñxs queden a su cuidado nuevamente.
El letrado indicó que la abuela materna que se encarga del más pequeño de lxs cinco hermanitxs, "trabaja en el basural y por la pobreza no se los dan" a lxs otrxs hermanxs. "En el norte te vas a encontrar con mucha pobreza estructural", sostuvo Ríos, y dijo que no es un motivo válido para apartar a niños y niñas de sus familias.
"La solución es simple, la niña tiene que volver con la madre. Si tiene plata o no, ya verá la madre, que el estado se encargue de hacer un sistema de apoyo, acompañamiento. Los niños tienen que estar con sus padres, sean pobres o ricos. El Código en ningún lado prohíbe la paternidad cuando somos pobres. No se puede alegar para nada", dijo el abogado.
Por su parte la monja María Luisa Ruiz, que fue llevada a la Brigada de Investigaciones después del hallazgo de la niña, denunció que fue maltratada por la Policía. "Quiero denunciar a esa gente que me ha tratado mal ahí adentro", como a "una delincuente", afirmó en declaraciones al canal Mosconi TV Color. "Me han llevado con mentiras de acá (...) El jefe de la Brigada, me vino a decir que me llevaba con la niña solamente para firmar un papel", sostuvo. Dijo que, sin embargo, le secuestraron el teléfono y la nena fue devuelta al Hogar donde no quería estar.
También la madre de la niña relató en declaraciones al medio La Cruda NN que fue demorada y golpeada por un policía de la Brigada de investigaciones, quien la acusaba de haberse llevado a su hija. "Me pegaron, la gente de la Brigada", aseguró. Dijo que "uno de los jefes de la Brigada", de "ojitos verdes", le dió una "piña por la costilla. Como yo me volví a parar, me agarró, me jaloneó y me sentó en la silla".
Que se investigue al Hogar
La madre consideró que si su hija se escapó "es porque está pasando maltrato. Y si está pidiendo a gritos que no quiere volver es porque están pasando cosas ahí en el Hogar de niños".
Ruiz contó que el jueves a las 20.30 la niña "llamó a la puerta" de la casa de retiro. "Ella nos abrió los brazos, se largó a llorar y se abrazó a mí fuerte y me decía 'estoy aquí, por favor no me lleve de aquí, no me devuelva al Hogar (...) Yo no quiero volver a ese lugar, me pegan, me hacen de todo, me tiran el pelo, la Belén me trata mal'".
La religiosa destacó que la niña haya dado el nombre de la persona que ejercería ese maltrato. "Yo también voy a dar el nombre que dio la niña 'la Belén'", subrayó. La religiosa contó que la nena estaba descuidada, como si no se hubiera bañado por algo más que los cuatro días que estuvo desaparecida, "su pelito está distinto, nada que ver a cómo lo teníamos acá, la verdad que me duele, y me duele lo que ella cuenta, lo que viven ahí adentro. Yo quisiera que se intervenga ese lugar y que entren así como la Brigada entra a distintas casas para hacer allanamientos, ¿por qué no entran al Hogar y miran cómo está?, los lugares donde ellos viven, duermen, comen", cuestionó.
Además otra vecina, identificada solo como Clarita, que colaboró con la religiosa en el cuidado de los niñxs y quería adoptarlxs, también relató la situación que observó en el Hogar cuando les permitían verles. "Fue muy doloroso para nosotros ver cómo estaban, mal cuidados, todo sucios, me tocó verlos dos veces enfermos", afirmó.
"La última vez que fui me tuve que contener de llorar delante de ellos porque estaban engripados, ya venían enfermos hace rato. Las veces que los veía, P. (la niña) me decía que no quería estar ahí, que ya le había dicho a la asistente que no quería estar ahí. T. también, que es el otro nenito, me pidió que lo saque, que quería estar conmigo y N. también manifestó que no querían estar ahí, que querían venir acá, que ahí nadie los escucha, que nadie les da nada, es lo que me dijo la última vez, que estaban enfermos, y que nadie les da nada, T. estaba con fiebre y nadie hace nada", dijo la vecina.
Clarita señaló además que una asistente social controlaba la última visita que hizo a lxs hermanitxs.
El niño N., de 12 años, se fue del Hogar de Tartagal a principios de año, luego de esa situación se le permitió que se quedara con Ruiz. Sin embargo, la religiosa contó que en julio ella tuvo que viajar y dejó al nene con sus hermanitxs en el dispositivo estatal. "Habíamos hecho unos papeles con las señoras de ahí, para que cuando yo vuelva de viaje lo retirara a N. para que siga la escuela acá, con nosotros. Esas señoras nos mintieron, (después) no me quisieron entregar al niño", relató.
Carina Iradi dijo que por el supuesto maltrato en el Hogar ya se abrió la investigación administrativa y este lunes recibió cámaras de videovigilancia para instalar en Tartagal. También refirió que en el Hogar hay consigna policial fija dispuesta por orden judicial desde principios de año cuando el hermano de la niña con otrxs dos niñxs (de distintas familias) hicieron "abandono" del lugar.
La funcionaria también aseguró que la "pobreza no es condición" para apartar a las infancias de sus familias. "Acá las condicionantes son otras (...) tiene que ver con el cuidado y sobreexposición de los chicos a situaciones riesgosas", manifestó. "Lo que más queremos es que los chicos estén en un espacio contenidos y queridos", aseguró. Frente a las denuncias públicas por maltrato, pidió que "se denuncie como corresponde" ante los organismos judiciales.