El primer homenaje póstumo a Fidel Castro se multiplica por miles en la capital de la isla, donde una fila interminable de cubanos avanza en silencio hacia el memorial de José Martí, en la Plaza de la Revolución, para tener unos segundos frente un discreto altar de flores donde se exhibe un retrato de un Fidel de barba negra, erguido, con morral de guerrillero. "Vengo con toda mi familia al mismo lugar que vine de niño a escucharlo muchas veces y traigo a mis hijos que algún día comprenderán y sabrán que estuvieron aquí para rendirle homenaje a su comandante", agradeció Amílcar Ramos, de 33 años.
Por la mañana, antes de que la fila comenzara a avanzar, 21 salvas de cañón abrieron la semana de homenajes que terminará el próximo domingo, cuando las cenizas del líder histórico sean inhumadas en Santiago de Cuba.
En el altar, custodiado por una guardia de honor, el gobierno cubano decidió no exhibir las cenizas del padre de la revolución cubana, a contramarcha de lo anunciado en un primer momento, pero no menguó la necesidad de los cubanos de acercarse a rendir homenaje. "No sabía que no estaban las cenizas, me enteraré cuando llegué allí. Aun así lo importante es estar aquí y rendirle homenaje", sostuvo emocionado Alberto González, un médico de 63 años.
El homenaje en la Plaza de la Revolución se extenderá hasta mañana y el miércoles se iniciará una procesión que recorrerá 13 de las 15 provincias, y que concluirá el domingo en Santiago de Cuba, donde se espera sean depositadas las cenizas en el cementerio Santa Ifigenia, tras un recorrido de casi mil kilómetros. Los grupos disidentes al gobierno de los Castro decidieron respetar el duelo nacional de nueve días y suspendieron todas las actividades.
La semana de homenajes comenzó así en el la plaza que Fidel eligió tantas veces para comunicarse con el pueblo cubano hasta el último año en que ejerció la presidencia de la isla. En 2006, dos meses antes de dejar el poder en manos de Raúl por los problemas de salud que lo siguieron hasta el viernes pasado, el líder histórico de la revolución realizó su último discurso en esa plaza emblemática.
A un costado del altar, los cubanos que pasan a darle su adiós a Fidel pueden leer un fragmento del discurso pronunciado durante los festejos del Día del Trabajador en el 2000: "Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo".