Santiago Peña asumió la presidencia de Paraguay y prometió que el país resurgirá como "un gigante" durante su mandato. Rodeado de varios gobernantes de América latina, Peña subrayó que la región está llamada a ser protagonista por contar con los recursos que el mundo necesita. Además destacó la figura del presidente del Partido Colorado y su mentor en la arena política, Horacio Cartes, a quien le agradeció por "perseverar sin desmayos en la construcción de consensos".
"El resurgir de un gigante"
"El éxito es lograr que todos los paraguayos estén mejor y que el mundo sea testigo del resurgir de un gigante", dijo Peña, de 44 años y economista de formación, en su discurso de investidura en Asunción. Agregó que se propone "convertir a Paraguay en centro de la integración latinoamericana" frente a los presidentes de Argentina, Alberto Fernández; Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; Uruguay, Luis Lacalle Pou; Bolivia, Luis Arce; y Chile, Gabriel Boric.
Paraguay, importante productor mundial de alimentos pero sin salida al mar, integra el Mercosur junto a Argentina, Brasil y Uruguay. Sobre el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur, destacó que Paraguay seguirá negociando con Bruselas, aunque sin comprometer su "soberanía, territorio, valores o cultura".
Después de advertir sobre las "tensiones geopolíticas" que generan el agua, la seguridad alimentaria y la energía, Peña recordó que el subsuelo paraguayo "alberga la mayor reserva mundial de agua dulce, incluyendo el Acuífero Guaraní", que comparte con sus vecinos. Además sostuvo que Paraguay es de los pocos países del mundo capaz de producir alimentos para su población, estimada en unos 7,5 millones de habitantes, y para más de 100 millones de personas en el mundo.
Elogios a Cartes
Peña también le dedicó unas palabras al presidente del Partido Colorado, Horacio Cartes, quien hizo posible su ingreso a la vida política, lo afilió a la agrupación e impulsó su candidatura a la presidencia. "Gracias por perseverar, sin desmayos, en la construcción de consensos y en la búsqueda de acuerdos por sobre las diferencias. Hoy nos toca llevar esa vocación política al servicio de todos los paraguayos. Deseamos ser un partido al servicio de la nación", planteó el flamante mandatario según el diario ABC Color.
Cartes es un influyente político de 68 años y también un rico empresario tabacalero sancionado por Estados Unidos, que lo definió como "significativamente corrupto". Desde la victoria de Peña surgieron muchas dudas sobre el nivel de independencia que tendrá para gobernar, sobre todo considerando que muchos de sus ministros designados son exfuncionarios, empleados o allegados a Cartes.
Taiwán, Rusia y Ucrania
En lo que respecta a la política internacional, Peña dijo que construirán "alianzas y cooperación con una visión geoestratégica, buscando acuerdos horizontales" y sin comprometer su soberanía. "Nuestra relación con la República de China Taiwán es una muestra de esto y del espíritu amigable y cooperativo de Paraguay con naciones a las que tenemos un gran afecto y con quienes nos sentimos no solo aliados, sino que también hermanos", subrayó el presidente.
Entre los invitados a la investidura del nuevo mandatario se encontraba el vicepresidente de Taiwán, William Lai, cuya llegada al país estuvo precedida del malestar de China por su escala en territorio estadounidense. Paraguay es el único país sudamericano que mantiene lazos diplomáticos con Taiwán y no con China, que considera que la isla de gobierno autónomo es parte de su territorio.
Peña también mencionó la situación de Ucrania e instó a todas las partes involucradas a "detener de inmediato las acciones militares para evitar más víctimas". Indicó que Kiev está sufriendo "la misma suerte que sufrió el Paraguay durante la Guerra Grande" o de la Triple Alianza (1864-1870), en la que se enfrentó a una coalición integrada por Argentina, Brasil y Uruguay. "Fuimos invadidos por potencias más grandes y como consecuencia perdimos el 60 por ciento de nuestro territorio", lamentó el gobernante, que cerró su mensaje inaugural con el compromiso de construir un "Paraguay mejor, con prosperidad y justicia para todos".
Después del acto de investidura, Peña le tomó juramento a su nuevo gabinete y luego de un breve recorrido en un vehículo descapotable por el centro de Asunción llegó a la Catedral Metropolitana para un tedeum. Allí el cardenal Adalberto Martínez Flores avisó que la Iglesia Católica acompañará "como madre y maestra" una gestión de gobierno que busque y trabaje por el bien común, pero también cumplirá su "misión profética" de denunciar las acciones que atenten contra ello.
"El otro 15 de agosto"
En paralelo con la asunción de Peña, cientos de personas pertenecientes a distintas organizaciones sociales y políticas marcharon desde la plaza Italia de Asunción por las principales calles de la ciudad en una actividad conocida como "El otro 15 de agosto". Una de las participantes, la senadora del Frente Guasú Esperanza Martínez, aseguró que las organizaciones sociales salieron a la calle en estado de alerta ante la gestión presidencial de Peña.
"Vamos a defendernos de las visiones abusivas que tiene este gobierno. Ya tenemos un copamiento de los tres poderes del Estado; se viene una política de privatización de la salud; se viene la disminución de los ministerios sociales y llevar ese dinero para pagar la deuda pública", alertó Martínez, quien denunció "la llegada de un gobierno que apunta a la precarización y la perdida de derechos y el avance de la narcopolítica".
Peña, el presidente más joven de Paraguay en la era democrática, pertenece al derechista Partido Colorado, que gobierna el país desde la década del 50 de manera casi ininterrumpida con la sola excepción del mandato de Fernando Lugo (2008-2012), frenado antes de tiempo por un golpe parlamentario. El nuevo presidente sucede al también colorado Mario Abdo Benítez.
Hijo del economista José María Peña y de la argentina Ana María Palacios, el nuevo presidente es el menor de tres hermanos y está casado con Leticia Ocampos, con quien tuvo dos hijos. De moral conservadora, se opone al aborto por considerarlo "un atajo, lo más fácil", y también rechaza el matrimonio igualitario. Recientemente apoyó al Congreso, que rechazó una donación de 38 millones de euros para un proyecto educativo por usar lenguaje inclusivo.