Al conmemorarse el paso a la inmortalidad del General Don José de San Martín, uno de los referentes más importantes del proceso independentista sudamericano a comienzos del siglo XIX, resulta interesante problematizar sobre el rol que tuvieron los afrodescendientes en sus ejércitos.
No hubo un solo batallón argentino que no tuviera presencia de soldados afrodescendientes, claves en las batallas sanmartinianas. Usualmente se reconoce su participación dentro de los regimientos denominados de "Pardos y Morenos". Pero no solo se limitaron a estos regimientos. Los esclavizados eran incorporados a los ejércitos a la fuerza por una decisión de sus dueños. También se relata que tras su participación en los ejércitos independentistas serían liberados, pero como ejemplo se puede tomar lo que pasó durante las Invasiones Inglesas donde participó el Batallón Nº 17 de Pardos y Morenos. Como recompensa por su valor en combate fueron premiados con su libertad, mediante “sorteo”, unos setenta esclavos sobre un total de seiscientos ochenta y seis esclavos que comprendían el batallón.
La segregación racial imperante influía en la creación de batallones y regimientos de Pardos y Morenos con los que el resto de los soldados no querían tener contacto. Historiadores relatan los “caballeros” decidieron no cooperar con el Ejército de los Andes “por no estar dispuestos a cabalgar junto a negros”. San Martín había dispuesto que varios de los esclavizados combatieran en los mejores caballos.
En el relato de la Argentina blanca y europea se utilizan las guerras independentistas para justificar la no presencia de la población afrodescendiente en nuestro país. Así se relatan cómo los cuerpos de infantería donde mayoritariamente se desempeñaban los afrodescendientes, eran la primera fila en los enfrentamientos y funcionaban como “carne de cañón”. Por un lado se enaltece la figura de los próceres que dirigían dichas guerras pero no se produce un reconocimiento de la participación de esos soldados afrodescendientes. Y se los menciona como soldados porque fueron pocos los afrodescendientes que obtenían un ascenso en el escalafón militar. San Martín reclamó poder nombrarlos para los cargos de cabos y sargentos, una herejía para la época.
En la proclama de San Martín de 1820 se puede leer: "Los ricos y los terratenientes se niegan a luchar, no quieren mandar a sus hijos a la batalla, me dicen que enviaran tres sirvientes por cada hijo para no tener que pagar las multas, dicen que a ellos no les importa seguir siendo colonia. Sus hijos quedan en sus casas gordos y cómodos, un día se sabrá que esta Patria fue liberada por los pobres, y los hijos de los pobres, nuestros indios y los negros, que ya no volverán a ser esclavos."
Cabral soldado heroico
Asociada a la figura de San Martín se repite en la historiografía argentina la participación del Juan Bautista Cabral y su acto de arrojo al salvar a San Martín en la batalla de San Lorenzo, años antes del cruce andino. La figura de Cabral llegó hasta los himnos patrios donde se lo llega a reconocer como “Sargento Cabral” a pesar que no se conocen registro sobre su nombramiento como “Sargento”. A su vez en las representaciones que se hacen sobre Cabral hasta hace unos años era usual que no se lo represente como afrodescendiente, se lo blanqueaba para reforzar el relato blanco-europeo. No se cuenta mucho sobre su historia, cómo llegó a incorporarse para luchar junto a San Martín. Por otro lado se llegó a enaltecer su figura ya que murió a causa de las heridas recibidas durante la batalla. Tampoco se explica si hay descendientes de él. Se cumple con la falsa creencia de que no hay afroargentinos/as en nuestro país porque murieron en las guerras de la independencia. En la película “Revolución. El cruce de los Andes” se lo representa como afrodescendiente.
El Cruce de los Andes
El Ejército de los Andes contó con un aproximado de 5.000 efectivos, de los cuales se estima que entre el 40% y el 50% eran afrodescendientes. En el monumento Cerro de la Gloria ubicado en la Ciudad de Mendoza se inmortalizó a los afrodescendientes que participaron en Ejercito de los Andes. Desde Buenos Aires salieron rumbo a Mendoza integrantes del Regimiento Nº 8 de Libertos. A su vez San Martín expropia esclavizados de la Intendencia de Cuyo.
Otro de los afrodescendientes que acompañaron a San Martín fue Juan Isidro Zapata que se desempeñó como su médico de confianza, era el único que atendía y sabía todos los muchos males que padecía.
La primera banda militar del Ejército Libertador se integró con doce negros esclavizados, a quienes se los envió a Buenos Aires para que se formaran como músicos y formaran la "Banda Talcahuano". El cabo segundo Antonio Ruiz, más recordado como "Falucho" también fue parte de los que lucharon junto a San Martín.
Cuando San Martín llegó a la costa peruana, en 1820, se le presentaron unos esclavizados que huían de las haciendas vecinas y deseaban enrolarse en el ejército de independencia.
En definitiva, reivindicar la historia de los afrodescendientes en las campañas sanmartinianas no solo enriquece nuestra comprensión del pasado, sino que también resulta en un acto de justicia histórica y racial. Al recordar y reconocer su legado, no solo honramos su memoria, sino que también enriquecemos nuestra comprensión de la historia y tejemos un vínculo más sólido con las raíces de nuestra nación.