"Firme, ahí." No es un imperativo en torno a un contrato discográfico, tampoco a un autógrafo. La frase de Lucho SSJ hace referencia a su historia, presente y futuro junto al trap, género que un día le llegó y qué nunca más quiso soltar. "El trap me dio muchísima gente conocida, artistas y amigos que me acercó la música, ya no solo acá en Argentina, sino en el mundo. Este género fue el primero que me gustó y el que me hizo meter en esto", argumenta el músico.
Es que en aquellos tiempos en los que apenas entrado a la adolescencia era figura en El Quinto Escalón (y la ronda coreaba contenta "¡El guachín! ¡El guachín!"), Lucho descubría cada día un nuevo mundo. Uno juvenil, en el que el trap empezaba a ser una contraseña generacional, y donde su amigo y compañero Duki rompía esquemas desde la pureza de un estilo que hasta entonces había sido muy poco abordado acá. Hoy, Lucho sueña con alguna vez tocar en el Luna Park.
"Me mantengo leal al ritmo porque siento que llevo una línea musical en mi vida; voy evolucionando, pero tampoco voy a cambiar el rumbo de un día para otro porque hoy suene más el reggaetón u otro género. Creo que eso la gente lo súper valora, y yo lo hago por gusto", se explaya. "Me gusta hacer trap, es a lo que suelo dedicarme, aunque a veces me meto en otros ritmos como dembow o dancehall."
El cantante de 21 años está preparando su show de este domingo en el Teatro Vorterix (Av. Federico Lacroze 3455), donde desde las 19 se presentará junto a un colega y amigo: el brasileño residente en Barcelona MC Buzzz (ex MC Buseta, con quien sacó sencillos importantes como Offline o Humilde pero cotizado), más el teloneo de MH31. Cuenta que están preparando "cositas" e invitados especiales para celebrar una nueva incursión en Buenos Aires, la primera desde el 30 de abril de este año, cuando festejó su cumpleaños con la presentación de Sin Cobertura, el EP que había lanzado con la producción del madrileño Arcones.
Resulta evidente la relación de Lucho SSJ con ciertas expresiones europeas de la música. También hay puentes con Miami, como plantea en el sencillo Neymar Jr, canción que inicia aquel EP: "En Miami con gringo' negociando / No entiendo qué dicen, ¿de cuánto está hablando?". Él lo ve así: "Las menciones suelen venir porque para mí, que casi nadie de mi familia había viajado a otros países, conocer todos esos lugares fue cumplir un sueño. Que la gente de ahí conozca mi música, es todavía más. Me flasha mucho cuando voy para el primer mundo."
Aquel adolescente que se hizo un nombre muy rápido entre los batalleros de freestyle, capaz de subirse a un escenario con cualquiera y haciendo yunta vital nada menos que con Duki -con quien sigue compartiendo feats-, ahora es un joven con una carrera que incluye tres larga duración. El último de ellos, Buscándome, publicado el año pasado. "Creo que la gente que escucha mi música, sea en los discos o canción a canción, se da cuenta de que hubo un cambio para mucho mejor en las letras, en los flows y en las instrumentales", considera. "Va todo en ese proceso: tratar de ser mejor rapero, mejor compositor, mejorar mi voz."
- ¿Cómo trabajás eso?
- Aprendo de mis colegas, juntándome con ellos, o en el estudio, al que también le meto más horas. Capaz que antes hacía una sesión por semana y ahora meto tres, eso también te va afilando, es como entrenar más cuando jugás a la pelota, vas a notar un cambio. Creo que va por ahí: meterle constancia, meterle, meterle, meterle… y al final todo va mejorando.
- Empezaste siendo muy chico. ¿Te costó llevar adelante tu carrera cuando empezó a ser un trabajo?
- No, se fue dando natural porque me rodeé siempre de gente que me ayudó. Mauro (Duki), por ejemplo, siempre estaba a otro nivel musical y siempre le llegaban propuestas. Pude ver sus reacciones desde afuera. Siempre me rodeé de grandes artistas y de buena gente, eso me favoreció mucho, me fueron marcando el camino de lo que había que hacer y lo que no.
- En todo este tiempo viste la hegemonía del trap, su postergación ante otros géneros, y la recuperación. ¿Cómo lo atravesaste, como trapero?
- Yo seguí sacando canciones de trap cuando quizás todos los artistas se iban hacia otros géneros. Me seguía yendo bien, tampoco sentía que tenía que hacer algo distinto porque el trap ya no sonaba tanto. Pero, aunque me fuera mal, tampoco iba a cambiar de género porque es lo que me gusta hacer. Siento que ahí se les vio la cara a muchos que hoy hacen trap y mañana hacen otra cosa, más o menos por donde va la ola. Yo suelo mantenerme en la mía.
- ¿Hay posibilidades de que vuelvas a competir como freestyler?
- Hoy diría que el 1 por ciento. Ya no me motiva tanto. No es que no haya nivel, porque los chicos están súper afilados y zarpados rapeando, pero siento que antes había una comunidad distinta, que me hacía querer estar en el entorno. Pero quién sabe, ¿no? Capaz que mañana estoy compitiendo. Hoy estoy enfocado en la música.