La mala performance del Frente Progresista del domingo pasado sorprendió a propios y extraños. Se presumía una contienda espinosa, con la consiguiente dificultad a la hora de alambrar el territorio santafesino e impedir que los tanques Cambiemos y Frente Justicialista se queden con gran parte de la torta electoral de la provincia. Pero nadie presagiaba obtener menos del 12 por ciento de los votos en la categoría diputado nacional y sacar menos de 44 mil votos en el gran terruño, en Rosario, en concejales. Para analizar las razones del tercer puesto cómodo que consiguió la alianza oficialista, Rosario/12 dialogó con Martín Ostolaza, uno de los directores de Innova Opinión Pública. "Hay algo de polarización, pero no alcanza para explicar la elección", dijo el analista.
"Esa es la lectura más rápida, pero en el 2011 cuando Miguel Del Sel casi gana la gobernación, en ese momento no había polarización", recordó Ostolaza, cofundador de Innova junto a Guillermo Variego. Y el domingo, el Frente Progresista cayó sin atenuantes ante un sello, Cambiemos, "un partido sin candidato", como lo grafica el consultor. "Cantard en términos de conocimiento es completamente ignoto, es tan fuerte el partido en la provincia que se da ese lujo. En ese escenario de crecimiento sostenido del PRO y también del justicialismo desde 2015 a esta parte, (en el Frente Progresista) no tenían desde dónde agarrarse, le coparon el espectro electoral por centro, por izquierda, Del Frade, Ciudad Futura. Además, aparece el desgaste lógico de toda gestión, nunca hay un solo factor".
Para profundizar la mirada, Ostolaza compara a los "desconocidos" Cantard y Contigiani. "Compartían el desconocimiento, pero la novedad, la potencia no afectaron a uno, pero el desconocimiento, el desgaste, el sufrimiento de la nacionalización, provocó la floja elección del ministro". Por otro lado, Ostolaza cree que hubo una suerte de contradicción entre las estrategias discursiva y publicitaria del Frente. Por un lado, la publicitaria fue "propositiva", el "acá presentes", pero la discursiva "fue negativa, crítica al PRO, tratando de meterse, sin menciones al Frente Justicialista, la idea era polarizar. Pero el elector que evaluaba gestión PRO, críticamente votaba peronismo, no Frente Progresista".
‑ ¿Cómo hace el Frente para recuperarse en octubre?, preguntó Rosario/12.
‑ El esfuerzo lo van a hacer, son gobierno, pero las dificultades son estructurales, pueden crecer, pero tendrían que ser extremadamente ingeniosos, y me parece que la coyuntura, más allá de la estrategia de campaña, es el factor más importante en una campaña, y no le es favorable en ningún aspecto. Está a una distancia muy lejos de Cambiemos, que tiene margen para crecer, a diferencia del justicialismo, cuya estrategia es intentar retener ¿Desde dónde crece el Frente Progresista?
‑ ¿Y qué estima que ocurrirá en Rosario?
‑ Ocurre lo mismo, ¿de dónde crecerá Pablo Javkin? Aunque el PRO también tiene el desafío de retener todo lo de (Ana) Martínez. Por otro lado, el porcentaje de electores es alto para unas PASO, no va a variar tanto. Sí hay una cuestión que va a pesar, son los votos en blanco, los recurridos. Pero la potencia de la novedad, de lo nuevo, de la ilusión que genera el PRO dificulta al Frente Progresista. A nivel local el desgaste se siente aún más.
‑ ¿Hay algún espacio para terceras vías bajo un escenario de polarización?
‑ La tercera vía le va a convenir a Cambiemos, supongamos que mantiene esta vía de crecimiento que viene desde el 2011 a esta parte, en términos de espectro ideológico y de grandes sellos si se quiere, hay dos por un lado (Frente Justicialista y Frente Progresista) y uno por el otro (Cambiemos). Veo complicada una tercera vía, la veo posible porque al PRO le beneficia, porque divide, al peronismo también le divide, va a tratar de borrarla a esa tercera vía así polariza. En ese escenario, no sé cómo va a hacer el Frente Progresista para reenamorar a su electorado.