“Ellos dos contra nosotros dos”, dice Pipi Piazzolla mientras se acomoda con sus compañeros en torno a la mesa. No es que prepara un partido de truco. El baterista habla de jazz, claro, y la figura que usa sirve para explicar el origen de Versus, el nuevo proyecto que integra junto a Gustavo Musso en EWI –que es la sigla de Electronic Wind Instrument–, Mariano Sívori en bajo eléctrico, y Esteban Sehinkman en sintetizadores y piano Rhodes, un cuarteto de solistas con sonido eléctrico y afilado sentido de la improvisación. La historia del "dos contra dos" se remonta a 2021, cuando Musso y Sehinkman grabaron Mutable, un disco en el que “electrificaron” standars de jazz, con mucho trabajo de estudio y edición. A la hora de reflejarlo en el vivo, por una cuestión de sensibilidad común pero sobre todo con gran sentido del juego, invitaron a tocar a Piazzolla y Sívori, “los otros dos”. Aquello había sido en Virasoro, el reducto jazzero de Guatemala 4328, donde el sábado 19 en doble show –a las 20:30 y las 23– el cuarteto presentará el disco que lleva su nombre. Además, desde el viernes Versus navega por ese mar sin orillas que son las plataformas digitales.
“En aquel encuentro se produjo algo distinto y naturalmente pensamos que había que desarrollarlo”, dice Sehinkman. “El punto de partida fueron los standards, pero enseguida se pasó a trabajar sobre temas que fue aportando cada uno. Como una de las pautas creativas del grupo tiene que ver con no ensayar, eso nos puso en situación de buscar un lenguaje directo, de presentar los temas de manera llana, para después elaborarlos en el vivo”, continua el tecladista. “Este es un grupo de escenario, que nunca ensayó y nunca va a ensayar”, define Piazzolla. “La idea es llevar temas a las pruebas de sonido. Probarlos y enseguida tocarlos. De esta manera, a medida que tocamos vamos generando un repertorio que cada vez es más amplio”, agrega el baterista.
Desde esa disciplina de grupo, Versus es un trabajo modelado al calor del repentismo y la improvisación. Es el encuentro de cuatro instrumentistas formidables, unidos por una larga historia de colaboraciones. Escalandrum, Pájaro de Puego, Pipi Piazzolla Trío, Ensamble Real Book, Búfalo, Argentos, entre miles de situaciones informales, son algunos de los ámbitos que propiciaron –y lo siguen haciendo– distintos cruces y encuentros entre los integrantes del cuarteto. “Esta es una juntada con una dirección precisa, que es mantener fresca la interacción del vivo, con un sonido eléctrico y un potente sentido experimental. Nos conocemos mucho entre nosotros y eso genera una base de confianza que nos permite afrontar la música de esta manera. Queremos aprovechar esa situación de escucharnos en el momento y generar a partir de ahí”, interviene Sívori.
“Defendemos un sonido eléctrico y eso determina nuestras búsquedas, que siempre intentan no entrar en los terrenos que ya conocemos”, asegura Musso. “Yo experimento con el EWI, instrumento que conocía por Michael Brecker y del que sabía poco. Tocando con Esteban (Sehinkman), que tiene un recorrido amplio con los sintetizadores, fui encontrando la manera de manipular ese sonido. El EWI es un instrumento digital, que en lugar de llaves, como el saxo, tiene sensores, además un registro mucho más amplio. Sobre el saxo siempre busqué la perfección en el sonido; con el EWI, en cambio, esa perfección de alguna manera está dada, entonces me pone en situación de trabajar en busca de la imperfección controlada”, explica el saxofonista.
En esa búsqueda, Sívori retoma en bajo eléctrico de sus comienzos en el jazz, con una nutrida pedalera de efectos, y Piazzolla se liga a esta idea desde la plasticidad del Groove. “Trato de tocar con un arrime jazzero, pero con un sonido más funkero si se quiere. Acá se da lo que para mí es un punto ideal de expresión, que tiene que ver con poder mezclar todo lo que me gusta en un solo proyecto. Esta es una oportunidad de usar todo lo que me gusta sin que me miren raro”, dice el baterista. “¡Y yo los estaba esperándolos acá, con los teclados!”, bromea Esteban, el “eléctrico” original del grupo. “Aunque fui y viene varias veces con el piano, en los sintetizadores encontré mi canal de expresión, la marca de la música que me gusta hacer”, sostiene el tecladista.
Versus se grabó en diciembre del año pasado, tres días después de que Argentina ganara la Copa del Mundo futbolera, por lo que el entusiasmo por grabar no se podía separar de la euforia generalizada. “En realidad no fuimos a grabar un disco. Fuimos a celebrar la música, a ver cómo estaba sonando lo que veníamos haciendo, a probar y, por supuesto, a seguir experimentando. Estuvimos tocando cuatro horas, la pasamos fenómeno, y cuando fuimos a la cabina del sonidista a ver qué había salido, nos encontramos con que era un disco”, dice Piazzolla.
“Fue una sesión, a la que llegamos con ideas, más que con música lista. Muchos temas, como ‘Marrakesh’ o ‘Song for David’, fueron armados ahí mismo”, recuerda Musso. Los propios “Va Román”, “Napa” y “On the Sunny Side of the Street”, junto a versiones de clásicos como “Smile”, de Charles Chaplin, e “In a Sentimental Mood”, de Duke Ellington, terminan de definir un sonido que, entre gestos del pasado y cuerpos del presente, suena fresco y poderoso. “También quedaron adentro un par de improvisaciones. A una la llamamos ‘El Dibu’”, apunta Sehinkman, mientras Sívori, cerrando la charla, habla de “restricciones con fines creativos”. “Claro, jugamos con una gran cuota de libertad, pero sobre consignas precisas, restricciones que orientan la creación. Eso nos pone en otro lugar, desde donde experimentamos la reinvención. Es un nuevo recorrido, de prueba y error, en el que terminamos seleccionando lo que da resultado”, concluye.