La jibarización del Estado producirá un daño irreparable para igualar las oportunidades de la sociedad. El programa de dolarización no cuenta con el apoyo de Estados Unidos. Los inversores lo consideran un candidato impredecible. Sin embargo, el economista ultraliberal Javier Milei fue la alternativa con más votos en las primarias y empujó sus chances en la carrera presidencial. Se trata de un fenómeno tan complejo que requiere escuchar voces de todos los rincones para pensar el clima de época.

“El resultado de las primarias fue un cisne negro electoral para los mercados. Milei es un factor de riesgo que no estaba contemplado entre los escenarios probables. El problema es que Milei es impredecible”. Así lo resumió a Cash el experto en finanzas Javier Timerman. Para agregar: “Los mercados habían celebrado la llegada de Bolsonaro. Lo mismo con Trump. ¿Por qué no pasa eso en Argentina? Porque se busca otra cosa. Los inversores buscan una situación de reformas con acuerdos políticos y no un cambio brusco al vacío”.

Timerman explicó que las tres cosas que los mercados ponderan son el programa económico, la capacidad de ejecución y los tiempos en los que se va a aplicar. “Nadie cree que Argentina pueda conseguir 30, 40 o 50 mil millones de dólares que se necesitan para una posible dolarización. En términos de ejecución no es claro cómo se podrá llevar adelante en el Congreso. En términos de tiempo tampoco parece una alternativa factible”.

Las palabras de Javier Timerman, con un amplio recorrido en el mundo de las finanzas locales e internacionales, fueron directas: “La Argentina está en niveles ridículos de tipo de cambio (financiero). No se puede avanzar con una dolarización sin financiamiento porque empobrecería a la Argentina sin precedentes”. Aseguró que el análisis de riesgo da muy alto y cuando existe mucho riesgo la gente se deshace de activos. Esto es algo que pasa con los fondos de inversión, las empresas y con las personas.

“Algunos creen que como la gente voto por opciones promercado la inversión va a llegar. Pero no es necesariamente por las políticas que prometen los políticos, sino por la ejecución y la previsibilidad”. Ofreció el siguiente ejemplo: “si pedís miles de millones de dólares en inversiones para Vaca Muerte en un comité de riesgo, te van a preguntar qué puede salir mal. Y en este panorama hay un montón de cosas que pueden salir mal”.

Timerman consideró que la Argentina tiene que recuperar el financiamiento, necesita inversión, previsibilidad y reformas estructurales. “El Estado no provee los servicios que la gente necesita, hay una situación de estancamiento y es evidente que debe hacerse algo”. Pero planteó que la receta de la motosierra de Milei no es lo que efectivamente se requiere. “El gasto debe mejor y hacerse más productivo. La solución no es podarlo”, indicó.

La capacidad de daño que pueden tener las políticas ultraconservadoras no pueden subestimarse. “En otros países con instituciones relativamente fuertes el daño que puede hacer Trump, Bolsonaro o Meloni esta relativamente controlado. Tienen poco margen para realizar cambios de estructura. En Argentina, con instituciones muy débiles, los daños que pueden ocurrir no tienen un límite claro”.

Sin embargo, si los riesgos que genera el candidato ultraliberal son tan elevados para la sociedad, e incluso los inversores prefieren correrse de la incertidumbre que despiertan sus propuestas extremas, ¿por qué consigue niveles de aprobación tan altos en las urnas? Una de las lecturas más interesantes para pensarlo fue la de Alvaro García Linera. La planteó en una entrevista radial con Nora Veiras. Sus palabras ofrecen una descripción tan clara de la época que vale la pena repetirlas.

“El resultado provoca tristeza, preocupación, pero era previsible. Nadie gana una elección con más el 100 por ciento de inflación. En ninguna parte del mundo. La gente no es masoquista. La gente siempre tiene razones. Y hay que hurgar las razones de por qué vota de cierta manera”, dijo Linera.

Para el exvicepresidente de Bolivia el incremento de los precios golpea a la gente en forma cotidiana. “El dinero es de las pocas certidumbres que uno tiene en la vida. Por el salario, por la pequeña venta, por la pequeña propiedad. Si eso se evapora entre las manos, se pierden los sentidos de certeza. La inflación es algo que raspa el alma de las personas, y las hace comprobar que las promesas de justicia y de igualdad no se están cumpliendo”, afirmó.

“El progresismo no fue capaz de ofrecer respuestas concretas y rápidas, que resuelvan esta angustia e incertidumbre colectiva. El que sí lo hizo fue la derecha más cavernaria, el neoliberalismo salvaje", dijo.

"La derecha cavernaria le planteó a la gente una salida concreta a problemas complejos. Supieron encontrar una angustia colectiva y supieron darle una respuesta. Una respuesta que es ilusoria, pero es una respuestas al fin. También supieron encontrar un adversario culpable de todo, la llamada casta, y en política se sabe que siempre debe haber un adversario para antagonizar”, concluyó Linera.