Página/12 en Ecuador
Desde Quito
Aunque todas las miradas estén puestas sobre los agitados comicios presidenciales de este domingo, los ecuatorianos deben pronunciarse también en dos consultas populares relacionadas con la extracción de recursos no renovables.
El primero de los plebiscitos definirá si se frena la explotación petrolera en un sector del Parque Nacional Yasuní, un nodo mundial de biodiversidad. Si se frena la producción, el fisco tendría una merma de más de mil millones de dólares anuales según cálculos del gobierno y las grandes corporaciones. A la vez, esto significaría una salvación para el ecosistema y las poblaciones originarias, según los ambientalistas.
La segunda consulta está vinculada a la actividad minera dentro de la reserva natural del Chocó Andino al noroeste de Quito. En diálogo con Página/12 el economista y profesor de la Universidad Andina Simón Bolívar, Carlos Larrea, declaró que "los gobiernos han mantenido un modelo extractivista sin beneficios sociales y con grandes impactos ambientales". Por eso opina que el rechazo a las explotaciones de petróleo y minería "es una decisión vinculante que abre el camino a una transición necesaria e ineludible hacia un futuro con distribución social en armonía con la naturaleza".
Yasuní en alerta
"¿Está de acuerdo con que el gobierno ecuatoriano debería mantener los campos petroleros de ITT, conocidos como Bloque 43, indefinidamente bajo tierra?", es la pregunta que deberán responder los ecuatorianos este domingo en las urnas. El llamado a frenar la extracción de petróleo del Parque Nacional Yasuní, corazón de la Amazonia ecuatoriana, surgió del colectivo ambientalista Yasunidos. La organización llegó a reunir 757 mil firmas y libró una batalla judicial con los órganos electorales hasta llegar a concretar esta posibilidad.
El propio ministerio del Ambiente califica al Yasuní como "un santuario de biodiversidad": es el hogar de dos mil especies de árboles y arbustos, 204 de mamíferos, 610 de aves, 121 de reptiles, 150 de anfibios y 250 de peces, en su millón de hectáreas. Para Carlos Larrea "el principal patrimonio del Ecuador es su biodiversidad y riqueza cultural", por lo que "el futuro del país depende de su capacidad para mejorar las condiciones de vida conservando la naturaleza". El economista destacó que "el vínculo entre extracción petrolera y desarrollo es débil, y el país necesita una diversificación hacia un desarrollo equitativo y sustentable".
Aunque en el Yasuní se extrae petróleo desde la década del 80 a través de los sectores llamados Bloques 16, 31 y 67, la consulta nacional se limita únicamente al 43, que el último puesto en operaciones por la empresa estatal Petroecuador, del que se extraen 55 mil barriles de petróleo por día, el once por ciento de la producción nacional. De acuerdo a la empresa, el perjuicio para el Estado en caso de que se suspenda la extracción de crudo será de 1.200 millones de dólares al año y 13.800 millones de dólares en 20 años, unos números que no comparten los ambientalistas.
"Las cifras presentadas por los adversarios a la conservación de la naturaleza son enormemente exageradas y carecen de sustentación empírica. El impacto directo sobre los ingresos fiscales en 2025 será inferior al uno por ciento del presupuesto del Estado", respondió Larrea, quien este año presentó un amicus curiae ante la Corte Constitucional para apoyar la consulta. Para el investigador existen tres mecanismos viables de compensación en el corto plazo ante la pérdida de esos ingresos: "la electrificación del transporte público, el aumento en la recaudación fiscal a los grandes contribuyentes y una mayor cooperación internacional para la conservación".
Pasar a un modelo post extractivista
La segunda consulta decidirá sobre la minería en el Chocó Andino y se hará en las 65 parroquias urbanas y rurales del cantón Quito con dos millones de empadronados. En el Chocó Andino hay doce concesiones mineras --ninguna en explotación aun-- y hay en trámite otras ocho, sumando 27 mil hectáreas.
De acuerdo a los gremios mineros --favorables a la explotación-- en caso de que todas entraran en funcionamiento, el espacio utilizado por las mineras apenas ocuparía el 0,4 por ciento de toda la reserva de la biósfera, una categoría otorgada por la Unesco que no impide el desarrollo de actividades económicas en su área. El colectivo ecologista Quito Sin Minería, promotor de la consulta que se votará el domingo, pide el "Sí" para las cuatro preguntas que contiene la boleta sobre prohibir cuatro tipos de minería: artesanal, pequeña, mediana y a gran escala.
El coordinador de la campaña territorial de Quito Sin Minería, Esteban Barriga, aseguró que la consulta "es bien importante porque nace desde la gente del territorio, porque históricamente se ha generado una resistencia en contra de la minería, que se ha concesionado en esos lugares sin consulta ambiental".
Barriga recordó que en 2015 se hizo una consulta y el 93 por ciento de la gente del territorio votó para prohibir la minería. "Ahora la consulta se hace de forma legal. Estamos seguros de que se va a ganar. Y vamos a pasar a un modelo que no dependa de los recursos no renovables, a un modelo post extractivista que el mundo está pidiendo", remarcó el joven dirigente ambiental.