"Facundo murió porque la asfixia a la que fue sometido hizo que se le produjera un accidente cardíaco-pulmonar", "lo aplastaron boca abajo y se le subieron dos policías de 100 kilos cada uno", describió en una conferencia de prensa Gustavo Franquet, abogado de la familia de Facundo Molares Schoenfeld, quien falleció en manos de la brutalidad de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires diez días atrás. Participaba de una pequeña protesta con el Movimiento Rebelión Popular y otras agrupaciones que ni siquiera cortaban la calle, en la zona del Obelisco. La investigación judicial apenas acaba de empezar. La querella fue admitida el miércoles último y el cuerpo fue entregado recién este viernes. El papá de Facundo, Hugo Molares, juez de Paz en la localidad de Trevelin, en Chubut, describió a su hijo como "un poeta, un soñador y un luchador de toda la vida" y sostuvo que "hay suficientes pruebas fílmicas y testimoniales; si realmente quieren administrar justicia, lo pueden hacer". Responsabilizó por la represión y sus consecuencias al jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y su actual ministro de justicia y seguridad, Eugenio Burzaco.
Compatible con asfixia
Franquet, de la Gremial de Abogados, explicó que el hecho de que el informe de la autopsia describa la causa de muerte como "congestión, edema, hemorragia pulmonar, cardiopatía dilatada", por sí solo no quiere decir nada ni que la razón fuera una enfermedad previa. "No dice nada sin el contexto", insistió. Algunos medios guiados por las versiones de la administración porteña buscaron instalar que la muerte fue por una cardiopatía y que no tenía lesiones (como cuando decían que Santiago Maldonado murió ahogado porque se tiró solo al río y no en medio de una cacería de Gendarmería). Sin embargo, informó el abogado querellante, el perito de parte, Fernando Mario Ariel Rossi consideró que la autopsia del cuerpo de Facundo es "absolutamente compatible con asfixia". Por ahora, aclaró Franquet, no se pedirá una segunda autopsia, pese a que ellos no participaron de la primera. Priorizaron recuperar el cuerpo, que era velado desde las 21 del viernes en la Mutual Sentimiento donde, además, habrá este sábado un acto a las 11 de la mañana.
Hay testimonios e imágenes que para la investigación serán cruciales. Algunos los aportará la querella. Hubo militantes y fotorreporteros/as que contaron que la policía los tiró al suelo boca abajo a los golpes y no podían respirar. Fue una escena desmesurada: una protesta/asamblea pacífica, de entre 20 y 30 personas, que estaba terminando, sobre la cual se abalanzó un ejército de policías porteños. Eran miembros de Rebelión Popular, MTR y Votemos Luchar que se manifestaban con la consigna "contra la farsa electoral y por la democracia del pueblo". Facundo acababa de hablar frente al grupo y se había ido a un costado a encender un cigarrillo cuando directamente lo fueron a buscar los efectivos. Una fotoperiodista vio la escena y le gritó al policía que tenía una rodilla sobre la cabeza de Molares: “¡Está morado, dalo vuelta ya, se descompensa, tiene un infarto!”. "Los elementos que tenemos son muchos y contundentes, y nos van a permitir comprobar el crimen", dijo Franquet. También aclaró que conocían bien su historia clínica, que tenía "una afección" que le provocaba "problemas respiratorios" pero que no tenía "riesgo de un infarto". "A Facundo lo asesinaron al aplastarlo", dijo.
El laberinto judicial
La fiscal a cargo de la investigación, Marcela Sánchez, pidió de entrada todos los videos de las cámaras urbanas, que en esa zona son una buena cantidad. Hay otros aportados por quienes estaban allí. Apartó de entrada a la Policía de la Ciudad y designó como auxiliar de la investigación a la Policía Federal. El juez Manuel Gorostiaga demoró en aceptar a la familia como querellante por una increíble cuestión burocrática: les exigieron, para admitirlos y entrar al expediente, una copia certificada de la partida de nacimiento de Facundo. Había pasado casi una semana cuando recién pudieron entrar al expediente, donde aún no hay responsables identificados.
Sánchez pidió la nómina de quienes participaron del operativo (que pertenecen a la División Operaciones Urbanas de Contención), pero no hay noticias hasta ahora, acerca de qué hablaban en las modulaciones. Fue un despliegue cuya razón nadie desde el gobierno porteño explicó. Rodríguez Larreta y Burzaco salieron a respaldar y felicitar la actuación de los efectivos. Hacia adentro de la fuerza se abrió una instancia llamada "Averiguaciones Previas", dentro de la Dirección de Desempeño Profesional de la Policía Porteña. Allegados a la fuerza, explicaron a este diario que se abren esas "averiguaciones" cuando hay que determinar si corresponde o no una sanción directa o la apertura de un sumario administrativo. La causa penal está caratulada como "averiguación de causales de muerte".
El recuerdo de Facundo
Hugo Molares habló de su hijo emocionado y dolido. Dijo que era "un poeta de la hermandad, de la libertad y de la solidaridad". "Estuvo 15 años en la selva colombiana (con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), no se quedó conforme y fue a cubrir como fotorreportero el golpe de estado en Bolivia y casi pierde la vida ahí. Volvió a la Argentina para caer preso por un pedido de extradición del gobierno colombiano. Siguió militando y lo encontró la muerte en manos de estos miserables como Larreta, como Burzaco", relató. "Yo los acuso, son los autores intelectuales --siguió--. A Facundo lo fueron a buscar. Merecen ser enjuiciados".
En la conferencia que se hizo en en la sede del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba) estuvieron los militantes del MRP Lali Machado y Leonardo Juárez. Ella dijo que "Facundo viene a ser lo más hermoso que parió la lucha de clases en América Latina. Claro que necesitaban que no esté". Juárez lo describió como "un hombre de otro tiempo" y que eso explica que "un muchacho del conurbano bonaerense se vaya a una guerra de cuarta generación como la guerra colombiana". Concluyó: "El tiempo y la perspectiva nos va dar otra dimensión de lo que fue este militante".