La Justicia ordenó la inhibición total de bienes y prohibió la salida del país de un empresario inglés dueño de campos de polo en Cañuelas. Se trata de Jeremy Baker, que desde hace años enfrenta una causa iniciada por un trabajador de su estancia que perdió un brazo tras un accidente laboral estando en negro, sin ART ni servicio médico dentro de la empresa. La Justicia había ordenado que Baker indemnice al trabajador, pero el empresario no cumplió. El abogado de la víctima denuncia, además, que sus empresas encararon un proceso "fraudulento" de vaciamiento desviando sus bienes a terceros.
La historia de Nelson Nahuel Bravo se remonta al 30 de septiembre del año 2017 cuando trabajaba como petisero en la estancia y club de polo Puesto Viejo de Cañuelas, un complejo con cinco canchas de polo y hasta un hotel. Ese día una máquina le amputó entero su brazo hábil, el derecho, mientras cargaba avena en el tubo transportador de cereales. El tornillo "sin fin" de la máquina, con hélices dentadas que arrastran los granos, le "chupó" el brazo al petisero que entonces tenía 24 años. Sin ART ni servicio médico interno, Bravo fue auxiliado primero por sus propios compañeros y luego trasladado al Hospital Marzetti de Cañuelas, donde pasó dos días internado.
Tras el hecho se inició un litigio judicial contra las empresas de Baker, Ancien Poste S.A. y Londres & Baires S.R.L., que derivó en diversos fallos en los que la Justicia ordenó el pago de una indemnización para la víctima y de 2.680.000 pesos para que Bravo pudiera acceder a una prótesis biónica diseñada a medida. El abogado del petisero, Nicolás Schick, confirmó a este diario que finalmente, tras diversas apelaciones y recusaciones del empresario, una ART terminó cubriendo la prótesis, pero la indemnización no fue pagada y la deuda se acumula. En 2018, la Justicia había asignado a Bravo, su esposa y sus dos hijos un monto de 20 mil pesos mensuales reconociendo su Incapacidad Laboral Temporaria (ILT) pero, precisa el abogado, eso no se concretó.
A raíz de todo esto, el juez Fernando Saravia, a cargo del Juzgado Comercial N° 11, decretó el pasado 8 de agosto la quiebra de Londres & Baires SRL, ordenó el allanamiento y secuestro de toda la documentación y dispuso además la interdicción de la salida del país de Baker, con intervención inmediata de la Dirección Nacional de Migraciones. También decretó al inhibición general de bienes sin límite de tiempo, y ordenó el embargo de los fondos sobre todas las cuentas bancarias, a través del Banco Central.
"Solicitamos la quiebra a raíz de la negativa de Baker de cumplir con la instrucción judicial que lo condena a través de sus sociedades, y a partir del 8 de agosto comenzará a responder personalmente por las consecuencias de su desobediencia. Ya no es más un hombre de negocios sino un ciudadano de origen inglés responsable de una sociedad quebrada que adeuda el pago de la reparación integral del accidentado Nelson Bravo", explicó en este sentido Shick.
El abogado denuncia, además, que en paralelo a los fallos judiciales el empresario inglés "inició un proceso de insolventación fraudulenta desviando bienes a terceros para eludir el pago a su cargo". En ese contexto, el Juzgado Nacional de Primera Instancia del Trabajo Nº 24 dictó una cautelar disponiendo el embargo preventivo de todos los activos de otra empresa de Baker: Rush BA, que según indicó el abogado es la nueva administradora de Puesto Viejo.
"Rush BA es la sociedad a través de la cual opera Baker, y que se encuentra embargada en varias entidades bancarias preventivamente por ser 'prima facie' la continuadora de las condenadas Ancien Post y Londres & BAires. Tan malicioso es el accionar de Baker que uno de sus tantos abogados y diversos estudios que interviene en su representación fue sancionado por el juez Comercial por su actuación temeraria y maliciosa y se le impuso una elevada multa económica", agregó el abogado. Según Shick, el caso se enmarca en una operatoria cada vez más común entre empresarios del rubro, con trabajadores que realizan sus labores sin horarios, sin registraciones ni inscripciones de ningún tipo respecto de los petiseros.
El abogado asegura que ese tipo de "conductas evasivas" con trabajadores no registrados "está creciendo sobre todo en zonas donde la actividad del polo tiene un alto repunte aprovechando, ciertos empresarios, la situación de ilegalidad y vulnerabilidad de las personas para imponer condiciones laborales similares". Cuando Bravo sufrió su accidente, el petisero trabajaba con "jornadas de 24 por 7, de lunes a lunes, y el franco dependía de la 'bondad' de su empleador", contó Shick.