La elección del domingo pasado arrojó resultados sorprendentes. Nadie imaginaba siquiera que Javier Milei ocuparía el primer lugar en las preferencias de los rosarinos, ganando 12 de las 22 seccionales. En tres semanas habrá un "mano a mano" por la intendencia de Rosario entre Pablo Javkin y Juan Monteverde. Mas allá de las diferencias que se dirimirán en las urnas, se trata de dos militantes que reivindican la política y que sumados sus votos (al solo efecto de la comparación) tienen apenas 20 mil que los 153 mil que cosechó el autopercibido libertario que curiosamente no tiene referencias locales de fuste. Frente a esta situación, Rosario/12 consultó a ambos candidatos acerca del "rebote" que podría tener la PASO nacional en la elección municipal. A continuación se reproducen las respuestas del intendente que va por su reelección y la del único candidato opositor.
¿Cómo impactan en la elección de Rosario los resultados de las PASO nacionales, sobre todo el fenómeno Milei?
-Javkin: Primero que nada hay que darle a las PASO el valor con el que fueron concebidas: ordenar la oferta electoral. A eso fue convocada la gente y decidió mayoritariamente por las opciones que aparecieron como más competitivas en cada espacio. Segundo, no es extraño que en las PASO haya listas que rompan la aparente polarización. No está lejano el recuerdo del 2015, cuando entre Sergio Massa y José Manuel de la Sota consiguieron el 20 por ciento de los votos, en aquel momento terciando entre Daniel Scioli y Mauricio Macri, que entre los dos sumaron cerca del 66 por ciento. Pero claro que el caso de Javier Milei se recorta, porque acaparó un tercio que se expresó en una alternativa diferente, sobre todo desde lo discursivo. En Rosario, y en todo el país, es muy notorio que el apoyo a la candidatura de Milei haya provenido de los sectores más marginados, que históricamente fueron votantes de diversas opciones del justicialismo y hoy no vieron en sus candidatos las propuestas que les resuelvan sus principales problemas, en particular los económicos, que es donde el candidato libertario hizo eje.
Para quienes hacemos política en Rosario, más allá de los cargos que nos toquen circunstancialmente ocupar, el corrimiento de representación de esos sectores sociales desde el justicialismo hacia una alternativa liberal es un desafío muy interesante para interpretar. Creo que la principal razón de ese voto es un profundo hartazgo con quienes manejan los destinos de un país que entró nuevamente en el descontrol económico. Todos sabemos lo casi imposible que resulta administrar en esta situación económica, ya sea cuando tenemos que licitar la compra de colectivos y no hay precio de referencia o no se puede importar ni las ruedas de una unidad, o cuando cualquiera cobra su sueldo el 5 del mes y sabe que en 15 días el valor de lo percibido habrá caído en términos reales.
En ese sentido, creo que el resultado de las PASO nacionales no tiene un correlato inmediato en las elecciones rosarinas. Cada momento electoral es distinto, cada cargo que se dirime es distinto. En nuestra ciudad se disputará entre dos modelos muy claros. El de Juntos Avancemos, que está alineado con los actuales gobiernos nacional y provincial, y el de Unidos, que propone un cambio en Santa Fe y la Argentina para que el principal problema de Rosario, que es la inseguridad, sea abordado de una vez por todas con la seriedad y recursos que amerita semejante crisis. En ese sentido, estoy seguro de que la gente sabe diferenciar cada elección y cada decisión, y hará de su voto una herramienta para que Rosario sea respaldada de verdad por un país que hasta ahora la dejó muy sola.
-Monteverde: El resultado del domingo pasado a nosotros no nos sorprendió. Hace años que venimos advirtiendo que la crisis de representación no estaba resuelta y que se agudizaba día a día. Y esa fue una de las razones por las que decidimos armar un nuevo partido político, porque hay que volver a enamorar a las grandes mayorías con una nueva forma de construcción política, con un trabajo que vaya más allá de las elecciones, se trata de recomponer el tejido social, y por otro lado veníamos advirtiendo que en los últimos diez años en Argentina estábamos debatiendo las mismas cosas, de la misma forma y con los mismos resultados. Hoy tenemos una democracia bloqueada, perdimos diez años de nuestras vidas porque en nada de lo que se discutió se avanzó ni para un lado ni para otro. A esta democracia bloqueada o la desbloqueábamos desde abajo, profundizando la democracia, con proyectos más democráticos; o la salida a esta democracia bloqueada iba a ser una salida autoritaria como pasó en otros lugares del mundo. Yo creo que es el gran desafío que tenemos en los próximos días. El mayor aporte que podemos hacer al debate “Argentina” y a las elecciones generales nacionales es ganar Rosario.
Si ganamos Rosario vamos a demostrar que no es que la sociedad se “derechizó”. A esta democracia bloqueada le ofrecemos desbloquearla con una democracia distinta, participativa, protagónica, que se proponga saldar las deudas que la democracia tiene con su pueblo, si la gente toma esa alternativa no tengo ninguna duda de que vamos a ganar las elecciones en Rosario y eso va a ser la constatación de que acá no hay un problema ideológico. En Rosario lo podemos demostrar, por eso me parece que el aporte a la discusión nacional va a ser ganar Rosario, para demostrar que hay una alternativa diferente y cuál tiene que ser el rumbo para volver a enamorar al pueblo.
Nosotros teníamos este diagnóstico de la situación y, repito, por eso decidimos armar una coalición mucho mayor, llamarla Rosario sin miedo y asumir la deuda que tiene la democracia en la ciudad con su gente, poner ese tema en el centro, suspender las diferencias políticas y poner el problema de la ciudadanía en primer término. Creo que una de las cosas explica todo esto es que en este pedido desesperado de la sociedad por una alternativa politica, una que la defienda, la gente siente que la dejaron sola. En la última elección de Brasil a la que viajé -creo que reprodujo bastante lo que pasa ahora en la Argentina- , me contaron una historia que decía que si Lula era candidato lo iban a votar a Lula, pero que si él no era el candidato se irían con Bolsonaro. Y cuando se decía que eso no tenía racionalidad en términos ideológicos la respuesta de la gente era "si no tengo un político que me defienda por lo menos déjenme que me defienda yo solo". Y creo que eso es lo que está pasando ahora: si no tengo un líder, un proyecto y un dirigente político que esté dispuesto a defenderme y me lo demuestre, entonces déjenme que me arme yo solo, que consiga la educación para mis hijos. En definitiva que me liberen de todo; dame un buen Estado o no me des ningún Estado. Creo que ese es el debate y la tarea entonces es defender la democracia, y esto es para adelante. Nosotros no vamos a enamorar a nadie si llamamos a defender este presente que es de sufrimiento, de dolor y angustia. Ningún miedo a un derecho que podamos llegar a perder va a mover el corazón de nadie. Por eso el desafió que tenemos en estos días en Rosario es que en medio de este contexto de oscuridad, es ir a votar no por el miedo de lo que podemos llegar a perder sino con la alegría y la ilusión de lo que podemos llegar a ganar. La democracia se defiende siempre para adelante, si no nos volvemos conservadores del status quo.