Con las firmas de los periodistas Diego Morilla, Ernesto Cherquis Bialo y Carlos Irusta, además de un prólogo brillante del escritor Enrique Medina, acaba de llegar a librerías 100 años de boxeo argentino en 12 combates legendarios (Aguilar). El centenario tiene que ver con que el 14 de septiembre de 1923 se realizó la histórica pelea Firpo-Dempsey.

La crónica de Firpo-Dempsey lleva la firma de Morilla, quien al igual que sus colegas tiene gran experiencia en la cobertura de boxeo. A este recuerdo le seguirán, en orden temporal, otras peleas emblemáticas: Justo Suárez-Julio Mocoroa, Pascual Pérez-Yoshio Shirai, José María Gatica-Alfredo Prada, Nicolino Locche-Paul Fujii, Ringo Bonavena-Muhammad Alí, Víctor Galíndez-Richie Kates, Carlos Monzón-Rodrigo Váldez, Locomotora Castro-John Jackson, Tigresa Acuña-Christy Martin, Maravilla Martínez-Julio Chávez Jr y Marcos Maidana-Floyd Mayweather.

Los autores se turnan en los relatos que incluyen el antes y el después de cada pelea y describen la situación social del país y del boxeo en esos tiempos. "Cada pelea que aparece en este libro se ganó un lugar en el recuerdo por alguna razón, y muchos de esos motivos trascienden lo deportivo", anticipa Morilla en sus Instrucciones en el vestuario, capítulo con el que se presenta el material.

Viajaremos a un tiempo en el que en el viejo estadio de River se disputaban peleas de box o veremos cómo se levantó y creció el mítico Luna Park. Repasaremos el retiro triste y anunciado de Justo Suárez, tal como parece ser el destino de no pocos boxeadores. Es, justamente, ese "perderlo todo" que hace a los relatos de esta temática tan emocionantes: Morilla, Cherquis e Irusta están a la altura.

Leeremos cómo se interesó el presidente Juan Domingo Perón por Pascualito Pérez, a quien, nos cuenta Morilla, "le obsequió al coronarse campeón mundial un DeSoto 51 que había sido recibido como regalo personal por Evita de parte del generalísimo Francisco Franco". Repasaremos el Boca-River del boxeo con el texto de Carlos Irusta: Gatica-Prada, popular-platea, destino de pobreza-destino acomodado. Posiblemente una de las rivalidades deportivas más grandes del deporte argentino.

Cherquis Bialo cuenta las críticas que caían sobre Locche cuando empezaba con su estilo defensivo; y también es quien describe lo que hubo alrededor de Bonavena y su pelea ante Alí; y nos habla del sangriento y épico combate entre Galíndez y Kates, la noche en la que asesinaron a su amigo Ringo. Testigo directo, detalla cómo se organizó el entorno de Galíndez para que no se entere de la muerte antes de la pelea. La idea era evitar que se desmoralice. Así se lo contaron luego:

"–Víctor, mirá… te lo tenemos que decir…

–¿Qué pasó? Dele, Tito, ¿pasó algo en mi casa?

–No, no, en tu casa no pasó nada, quedate tranquilo -fue la respuesta.

–¿Y entonces, dónde, con quién? –preguntaba un angustiado Galíndez.

–Bueno, te lo digo de una porque igual ya no hay nada que podamos hacer… –exclamó Paladino dándole continuidad a tan dramático momento. Y tras él me tocó a mí concluir la dolorosa información. Y ahí fue que se lo dije.

–Víctor, esta mañana en Reno, Nevada, asesinaron a Ringo, sí, a Bonavena…".

Lo que sigue es la reacción del campeón, cuya muerte violencia sucedería poco después en una pista de Turismo Carretera.

Luego será el turno de Monzón y su relación con Alain Delon, Tito Lectoure y Susana Giménez, con lo que implicaba pertenecer al jet set del momento. De nuevo es Cherquis Bialo quien lo recuerda.

Morilla nos cuenta un detalle trascendental: el del primer encuentro entre Locomotora Castro y Monzón y el segundo, unos años después, cuando Castro lo visitó en la cárcel. Ninguno de los dos era el mismo entre la primera y la segunda vez. Hay que leerlo para entenderlo y sentirlo.

Irusta va más de la pelea en sí entre la Tigresa Acuña y Martin. Nos lleva a esa época en la que el boxeo femenino tenía muchos prejuicios y pocas referentes. Morilla, después, es quien nos describe cuánto significó para este deporte el ascenso de Maravilla Martínez.

A Maidana y sus alfajores Guaymallén en la inolvidable noche en que peleó por primera vez con Mayweather la detalla Irusta: "Mayweather se llevó 32 millones y Maidana un millón y medio, según la prestigiosa revista Forbes. En la posterior conferencia de prensa, Mayweather, con su brazo derecho posado paternalmente en el hombro de Yoyo (Marcos, el hijo del Chino), le pidió a su reciente rival: 'Te doy la revancha, pero por favor no me pegués más en los huevos, me vas a matar'. Maidana, a su vez, repitió hasta el cansancio que la pelea la había ganado él".

100 años de boxeo argentino en 12 combates legendarios tiene un broche de oro que no es justo dejar de lado: el prólogo de Enrique Medina, titulado Recuerdos de una vida en el ring. Autor de –entre otros libros– la novela Gatica - El boxeador de Evita y Perón. Si no la leyeron, salgan ya mismo a buscarla.

Hijo de un padre boxeador, Medina repasa cómo el boxeo y la escritura influyeron en su vida. Escribe sobre la vez en que trabajando como camarógrafo gestionó el reecuentro entre los enojados Eduardo Lausse y Andrés Selpa.

En una entrevista –escribe Medina– Pipo Mancera le preguntó a Selpa cuándo se había dado cuenta de que el boxeo es un deporte duro. "Fue la primera vez… la primera vez que vi a mi hijo arriba del ring", le respondió. El silencio, agrega, "congeló el estudio". "No tuve más remedio que aceptar, de golpe y porrazo, lo que hasta ese momento yo venía superando, evitando, zafando, en los combates de box que veía: y era que, en cada ceja partida, o nariz sangrando, o cabeza sacudiendo la lona, yo siempre veía a mi padre derrotado, dolorido y sin ganas de afianzarse en las cuerdas para intentar ponerse de pie. Apagué el televisor".