El Feriazo llegó para quedarse. Una práctica social que no es nueva, pero que se vio revitalizada a partir de la visibilidad que la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) le dio a esta herramienta de organización a partir del comercio justo.
Los Feriazos nacieron como consecución de los Verdurazos, en el que la organización irrumpía en el espacio público regalando alimentos de productores rurales con el objetivo de visibilizar demandas que el campo de los pequeños productores reclama con urgencia.
La UTT llegó a Salta hace aproximadamente 5 años y se hizo fuerte en el norte provincial. Orán, como segunda ciudad más poblada de la provincia, comenzó a ser el lugar de referencia para la organización. Productores y productoras se volcaron al trabajo bajo sus lineas de acción y al poco tiempo hicieron propias las estrategias nacionales.
El Feriazo de los jueves
Darío Moreno es oriundo de Orán y también es referente provincial de la UTT en Salta, una responsabilidad que tomó desde los inicios de la organización, siendo que el también es productor. “Hace tres años aproximadamente, vimos un problema en la organización que era cómo facilitar al pequeño productor una herramienta para comercializar sus productos, ya que muchas veces era difícil ‘sacarlo’ a vender, y se hacía complicado al no tener un lugar físico. Entonces esta iniciativa del Feriazo, que venía surgiendo a nivel nacional, nosotros la tomamos y comenzamos a hacer una feria exclusivamente de productores que vendan directo al consumidor, sabiendo que hay buena mercadería y buenos precios”, contó.
Con el Feriazo, de igual manera que sucedía con el Verdurazo, productores y productoras irrumpen en el espacio público para comercializar directamente con las personas que consumen. Estas instancias, que se llevan adelante en diferentes puntos del país, tiene en la provincia de Salta a la localidad de Orán como epicentro.
“Así fue que un día nos organizamos y salimos a la plaza, la llenamos, a los vecinos y vecinas le pareció bárbaro, y nos pedían que sigamos saliendo”, comentó el referente provincial y agregó: “fue tomando fuerza, y ayudando a que los vecinos y vecinas puedan conocer que hay producciones en la zona, que ellos muchas veces pensaban (que los productos) que venían de otro lado, y no sabían que también se producían algunas variedades de verduras y cítricos en la región”.
Las y los productores llegan temprano en la mañana para organizar sus productos. “Nos beneficiamos todos porque la gente obtiene verduras frescas y a más bajo costo, y como no hay intermediarios, nosotros también obtenemos mejores ganancias. El vecino está muy contento y muy agradecido con esta iniciativa”. Así lo vive y relata Silvana Flores, de 27 años, que en esta época acerca una producción variada de tomate, pimiento, zapallito y chaucha, entre otros productos de la tierra.
Por su parte, Marcela Mendoza tiene una producción de tres hectáreas en Río Blanco, cercano a Orán, donde produce acelga, perejil, apio, lechuga, brócoli, berenjena, y otras variedades. Ella comenta que “el proceso para tener estos alimentos hoy en el Feriazo dura aproximadamente 4 meses entre que lo plantamos y se cosecha”.
Otra joven productora es Tamara Gutiérrez, quien relató: “se volvió una feria de gran concurrencia, y esto nos ayuda mucho para darnos a conocer y vender nuestros productos”. Ella produce junto a su pareja, “plantines ornamentales, aromáticas, cactus y suculentas. Todo en un cuarto de hectárea que alquilamos”.
Esta producción, que realizan a partir de semillas o esquejes, se hace en tierra arrendada, tal como Tamara lo resalta, ya que es uno de los reclamos centrales de la organización es que se trate una Ley de Acceso a la Tierra que permita a pequeños productores y productoras ser dueños y no seguir pagando mes a mes una tierra que ellos cuidan como propia, una situación que les genera una inestabilidad constante en la posibilidad del sustento.
Del productor al consumidor
El referente provincial Darío Moreno relató que “se fue valorando un montón el intercambio a través del Feriazo, y hoy en día cuando salimos a vender, muchos vecinos nos acompañan apostando y apoyando la producción de la agricultura familiar y a los productores de las comunidades. La iniciativa fue tomando una importancia muy grande”.
Uno de los ejes y valores positivos por lo cual el Feriazo es requerido tanto por productores como por consumidores es el trato directo, el cara a cara, aquello que en la venta a gran escala o tercerizada, se pierde totalmente. “El vecino se siente bien porque la verdura es fresca y sabe que nosotros somos productores directos”, comentó Marcela Mendoza.
En tanto, Tamara, productora de plantas ornamentales y adherente a la organización, remarcó que vecinas y vecinos “están contentos con la feria. Siempre que termina el año nos piden que volvamos lo antes posible. La diferencia de precio con otros mercados es muchísima y el vecino agradece esta iniciativa”.
Además, la joven oranense expuso su mirada desde el lado de productores y productoras: “el Feriazo nos ayuda mucho a vender nuestros productos, y también nos ayuda a que el vecino nos conozca y sepan donde pueden ir a comprar más barato los días que no hay feria”.
En este mismo sentido, Silvana Flores agregó en relación a los Feriazos: “me ayudaron a vender más toda mi variedad de producción. Realmente estoy muy agradecida a toda la gente, a todos los vecinos que concurren a nuestras iniciativas”.
“Impactó un montón (el Feriazo) porque dimos solución al productor que no tenía donde salir a vender. Me acuerdo que en los primeros viajes nosotros organizamos un camión que buscaba mercadería de los campos que no tenían como movilizarse, y después cada uno iba buscando su flete, su transporte, porque por suerte, le iban quedando unos pesitos de las primeras ventas”, recordó el referente provincial Darío Moreno.
El Feriazo llegó para quedarse. Una iniciativa de la UTT que busca mostrar que, inclusive en tiempos de crisis e inestabilidad social, la organización territorial en consonancia con el apoyo de vecinos y vecinas, pareciera ser una de las pocas maneras de superar las crisis cíclicas que vive el país y sobre todo, el campo de pequeños productores y productoras.