En Chile, el Tribunal Constitucional (TC) avaló por 6 votos contra 4 la despenalización del aborto en los casos de violación, riesgo de vida de la madre e inviabilidad del feto, con lo que sólo resta la promulgación para que la ley sancionada a principios de agosto entre en vigencia. “Han ganado las mujeres, ha ganado la democracia y ha ganado Chile”, celebró la presidenta Michelle Bachelet durante un encuentro con la prensa poco después de que el TC diera a conocer su decisión. “Hemos dado una larga batalla con las armas de la democracia y del diálogo”, añadió, en referencia a la decisión que obtuvo apoyos transversales, de todo el arco político, e inclusive de representantes de partidos que no acompañaron la sanción, como la democristiana Carolina Goic, quien tuiteó que el aval a la ley significó cambiar “la amenaza de la pena de cárcel en tres situaciones dolorosas por un programa de acompañamiento que las acoge (a las mujeres) y se hace cargo de su realidad”. Luego de conocida la decisión del TC, manifestantes de todas las edades marcharon hasta el Palacio de la Moneda para expresar su agradecimiento al impulso político que Bachelet dio al tratamiento de la ley.
Con su decisión, el TC respondió al requerimiento de inconstitucionalidad presentado a principios de mes por legisladores de Chile Vamos, el partido opositor, que elevaron el recurso al cuerpo el 3 de agosto, en medio del procedimiento que, esa misma noche, terminó con la media sanción que le faltaba al proyecto para convertirse en ley. Los argumentos sobre los que sustentó el aval, de todos modos, recién serán dados a conocer el lunes próximo, 28 de agosto. El comunicado del TC indicó que, mientras que las impugnaciones a la ley de interrupción del embarazo en los tres causales fuero rechazadas “por seis votos contra cuatro”, las recibidas por el estatuto de objeción de conciencia fueron avaladas por ocho votos a dos. Durante las dos jornadas de presentación ante el TC de argumentos a favor y en contra de lo sancionado por el Congreso –a lo largo del cual expusieron 135 oradores de la sociedad civil, partidos políticos y espacios religiosos–, quienes impugnaban lo legislado sobre objeción de conciencia procuraron dar con un aval para que se la reconozca a nivel institucional y no solamente individual.
En un encuentro con la prensa celebrado tras el anuncio del TC, Bachelet aseguró que “han ganado las mujeres, ha ganado la democracia y ha ganado Chile”. “Despenalizar la interrupción del embarazo por estas tres causales es una base de protección y dignidad para cada una de nuestras compatriotas. Lo que ha ganado entonces es la tolerancia, la humanización de nuestras leyes. Entender que no todas las mujeres son iguales ni en términos de sus convicciones ni en términos de sus posibilidades reales, sean personales, familiares o emocionales, para enfrentar situaciones de este tipo”, agregó.
Bachelet también se refirió a quienes se opusieron a la norma, celebró que la sociedad haya dado “una larga batalla con las armas de la democracia y del diálogo” y advirtió que inclusive aquellas mujeres a quienes “puede no gustarle este acuerdo (…) tienen sus derechos asegurados desde siempre”. “Con esto, nosotros también estamos asegurando derechos a otras mujeres que se veían enfrentadas a otra situación, que podían tomar determinadas decisiones o no tomarlas y ser castigadas, incluso con la cárcel”, añadió, y subrayó que “quienes consideran que no quieren usar esta ley tienen su legítima posibilidad y la ley los ampara, pero quienes creen que esta ley les puede ser muy útil van a ver ampliados sus derechos”. Sin embargo, advirtió “aún quedan todavía muchas conquistas por alcanzar en nuestra democracia”, algo que los analistas políticos señalaron como anuncio de que en los próximos meses -a Bachelet le queda menos de un año de mandato-el Ejecutivo podría impulsar una ley de matrimonio igualitario.
Durante la manifestación ante el Palacio de la Moneda, la diputada comunista Karol Cariola definió el aval a la ley como “un paso fundamental en nuestra democracia”, mientras que representantes de todo el arco político manifestaron su apoyo vía redes sociales, como el candidato Marco Enríquez-Ominani, quien tuiteó que “a 11 años de presentar ley sobre aborto, (las) mujeres ya no irán presas por decidir. Hoy ganaron la lucha feminista y los DDHH”.
La ley finalmente avalada por el TC fue debatida durante más de dos años en el Congreso y había sido una de las promesas de Bachelet durante la campaña por su segundo mandato.
El 3 de agosto, en la Cámara de Diputados el proyecto recibió 70 votos a favor, 45 en contra y una abstención. Luego, en el Senado, conjugó el apoyo de legisladores oficialistas, opositores e independientes, lo que se tradujo en 22 votos a favor y 13 en contra. Entre la aprobación obtenida en una Cámara y el debate final en la otra Cámara, senadores de Chile Vamos (el partido del ex presidente Sebastián Piñera) se presentaron ante el TC para requerir la inconstitucionalidad del proyecto. El requerimiento aseguraba que la nueva ley contravenía la Constitución chilena, que “protege la vida del que está por nacer y legaliza el aborto directo o provocado”.