El invierno llega, lentamente, a su fin y la mirada sanitaria vuelve a ponerse en enfermedades como el dengue, zika y chikungunya, tres enfermedades transmitidas por mosquitos, por lo que suelen tener una estacionalidad muy marcada en el verano.
Por eso, este año, un grupo de investigadores del Instituto de Medicina Regional (IMR), perteneciente al CONICET y a la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) trabajaron en un sistema que avance sobre la reproducción de estos mosquitos.
Cabe destacar que en este tipo de enfermedades la prevención es la actividad más importante para evitar su propagación. Parte de esto tiene que ver con que la Anmat recién aprobó este año una vacuna contra el dengue, y con que todavía no hay inyectables que sirvan para prevenir zika y chikungunya.
Así, dentro de las acciones más relevantes para la prevención de estas enfermedades se encuentra la política del “descacharreo”. Esto implica eliminar todos aquellos espacios donde se junta agua y hay poca luz, espacios elegidos por los mosquitos para reproducirse.
¿Cómo funciona la nueva “trampa” para detectar dengue?
Según explicaron, los investigadores avanzan en la creación de un dispositivo de detección del mosquito Aedes aegypti, vector de estas tres enfermedades que pueden derivar en cuadros de salud muy complejos.
El objetivo del proyecto es establecer un sistema de monitoreo que permita alertar a autoridades municipales y sanitarias sobre la presencia del mosquito para que puedan tomar acción en la eliminación de los criaderos.
Para ello, buscan instalar trampas para mosquitos con cámaras que capten la presencia del vector y que cuenten con un software que envíe esta información a un lugar centralizado donde se vayan recolectando los registros.
Un sistema innovador
De todos modos, para que esto sea efectivo, explicó la doctora en Biología y directora del proyecto, Marina Stein, tuvieron que sortear algunos obstáculos, como el hecho de que el recipiente funcione como trampa y no como criadero.
Es que un método que suele usarse para detectar la presencia del Aedes aegypti consiste en colocar en diversos lugares de un municipio numerosos dispositivos de oviposición, más conocidos como ovitrampas.
Se trata de frascos de vidrio pintados de color oscuro adaptados para atraer al mosquito, sin embargo, “para que ese tipo de dispositivos no se transformen en un criadero de mosquitos, requiere la revisión semanal de técnicos que vayan a ver el recipiente”.
Por eso, este invento se planea superador: el recipiente está dividido en dos compartimentos separados por una malla. El de arriba es por donde ingresa el mosquito y el de abajo contiene un poco de agua, que funciona como cebo.
“Para que la hembra pueda poner los huevos necesita acercarse al agua y no va a poder hacerlo porque hay una malla que se lo impide. Entonces va a entrar, se va a posar, va a tratar de hacerlo y se va a ir, pero la cámara ya habrá registrado su ingreso”, señala la investigadora. Y agregó: “Si la cámara detecta al mosquito es porque en esa manzana hay criadero, ya que la hembra del Aedes no va lejos a poner los huevos”.
De la teoría a la práctica
Los desarrolladores van a probar, en este sentido, dos tipos de dispositivos. Uno que funciona con pilas y otro para enchufar. El plan colocarlo en viviendas o en lugares bajo techo, para que no haya riesgo de que se acumule agua de lluvia.
Cuando el dispositivo capte la presencia del mosquito, va a tomar una fotografía y un software enviará el registro a un lugar centralizado que puede ser una oficina dentro de un municipio o área de salud. Allí se corroborará si se trata del Aedes aegypti, se dará el alerta y se tomarán las acciones necesarias.
Pablo Honnorat, responsable del diseño y fabricación del prototipo, cuenta que para la parte electrónica usaron componentes que se emplean en diseños de hardware abierto, mientras que para la parte física idearon un diseño que pueda ser fabricado en impresoras 3D.