En el episodio cuatro del brillante drama culinario The Bear, la serie de Hulu que en Argentina puede verse en la plataforma Star+, el chef pastelero Marcus (interpretado por Lionel Boyce) aprende cómo hacer un budín en Copenhague. Eso es todo, realmente. Marcus se esfuerza en la madrugada de la capital danesa, probando los mejores productos reposteros que la ciudad tiene para ofrecer, antes que el chef jefe Luca (Will Poulter) lo guíe pacientemente a través de la creación de un postre gourmet. ¿Por qué, entonces, ese es uno de los mejores episodios televisivos del año?

"Hay algo realmente hermoso y único en el hecho de ver a una persona negra en un lugar extranjero en la que la tratan realmente bien. Ni siquiera 'realmente bien', sino simplemente como cualquier otra persona", dice la guionista Stacy Osei-Kuffour sobre el capítulo titulado "Honeydew", que ella coescribió. Los fanáticos de The Bear sabrán que la serie encabezada por Jeremy Allen White, que retrata a un cocinero con estrellas Michelin que vuelve a casa para dirigir The Beef, el local de sandwiches de su hermano fallecido, es típicamente intensa, por decir lo menos. Hay puteadas, hay gritos y el ocasional lanzamiento de utensilios de cocina, todo ello ambientado en un granuloso restaurant de Chicago. El tierno episodio de Osei-Kuffour no podría ser una expresión más lejana al usual ritmo frenético de la serie.

Ver "Honeydew" recuerda al otro episodio por demás destacado visto en la televisión de 2023, el tercer capítulo de la devastadora adaptación del videojuego The Last of Us realizada por HBO. Como en "Honeydew", los personajes principales Joel (Pedro Pascal) y Ellie (Bella Ramsey) están ausentes en el episodio titulado "Long, Long Time", y son reemplazados por dos nuevos personajes que parecen no tener ninguna conexión con el arco dramático general de la trama. El drama posapocalíptico, que gira alrededor de una pandemia mortal que convierte a las personas infectadas en zombies controlados por hongos, se toma una pausa para explorar una conmovedora relación de amor gay entre dos sobrevivientes: un episodio que provoca las mejores performances en las carreras del protagonista de Parks and Recreation Nick Offerman y Murray Bartlett, que ya había brillado en The White Lotus. El resultado fue tan empático que, durante días, nadie en el mundo de las series hablaba de otra cosa que no fuera "Long, Long Time". Todavía conserva una marca del 98% de aprobación en el apartado de críticos del sitio Rotten Tomatoes, y les dio tanto a Offerman como a Bartlett nominaciones al Emmy en la categoría de "Mejor actor de reparto en drama".

Murray Bartlett y Nick Offerman en The Last of Us.

Estos son solo dos de los últimos ejemplos en una larga línea de episodios "sueltos" que casi definen un género. Está el famoso "Pine Barrens" de Los Soprano, en el que los gangsters Christopher (Michael Imperioli) y Paulie (Tony Sirico) están perdidos en los vastos, nevados bosques de New Jersey, con un efecto hilarante. Y quién podría olvidar la pesadillesca introducción de los Weeping Angels en "Blink", de Doctor Who, protagonizado por un jovencito Carey Mulligan, un capítulo en el que el doctor epónimo, maestro del tiempo de David Tennant apenas aparece. Estos episodios podrían ser fácilemnte descriptos como "de relleno", si no fuera por su excelencia. ¿Por qué tomarse el riesgo de hacerlos?

El ritmo tiene mucho que ver en eso. "Hablamos de tomarnos un respiro", dice Osei-Kuffour sobre la realización de "Honeydew" con sus coguionistas. En el episodio, Carmy Berzatto (el chef jefe encarnado por Allen White) envía a Marcus a un peregrinaje a la meca de la repostería para aprender nuevas habilidades y formarse nuevas ideas para el restaurant. Al dejar los tensos parámetros del local de Chicago, "Honeydew" saca el calor de la cocina. Se ve a Marcus estirar, presionar y doblar la masa, con su imaginación expandiéndose con una nueva inspiración. En una escena que forma un nudo en la garganta, llama a su madre, de quién él es el único sustento. "Te llamo solo para que escuches mi voz", le dice. "Me gusta mucho la ciudad, está muy buena. El lugar donde me estoy quedando es un bote. El restaurant es hermoso. Huele realmente bien, y me siento muy feliz. Me encantaría que también estuvieras aquí."

En una entrevista con el sitio Gizmodo, el showrunner de The Last of Us, Craig Mazin, utilizó exactamente el mismo lenguaje de Osei-Kuffour para describir "Long, Long Time": "Si estás construyendo una serie, tenés que tener esta extraña especie de sentido casi musical para el ritmo. Y una de las cosas en las que estaba totalmente convencido fue mirá, tenemos este primer episodio demencial en el que el mundo se viene abajo y hay una gran tragedia. Y el segundo episodio es increíblemente tenso y presenta más peligro, los clickers y más tragedia. Necesitábamos un respiro."

En otras palabras, los episodios sueltos permiten que el público se recupere, a la vez que ofrecen la oportunidad de explorar personajes que usualmente no están en los lugares protagónicos del show. Es un lujo único para el medio televisivo. "También pienso que estamos en un momento de la televisión en el que ciertos personajes están recibiendo lo que merecen; en el pasado no solo no había un episodio centrado en ellos, ni siquiera se les dedicaba una maldita escena", dice Osei-Kuffour. "¿Dos hombres gay enamorándose durante un apocalipsis? Es una locura."

Walter White (Bryan Cranston) contra una mosca en Breaking Bad.

Por supuesto hay otras, menos atractivas razones para los episodios sueltos. A veces los creadores son forzados a ellos por la necesidad de "episodios embotellados" -en los que un equipo de personajes se mantiene en una locación durante un capítulo entero, como "Fly", aquella puja entre Walter White y una mosca en Breaking Bad- que a menudo nacen de restricciones presupuestarias. "Estábamos sobrepasados de presupuesto más allá de toda esperanza", admitió en 2013 el creador de Breaking Bad Vince Gilligan, quien apuntó que solo mover los camiones de producción a una nueva locación cuesta entre 25 y 35 mil dólares. "Blink" también se produjo en circunstancias similares.

"Entonces, ¿esta entrevista tiene que ver con episodios nacidos de cuestiones de producción?", pregunta el guionista y productor Steven Moffat, autor de "Blink", en una comunicación por Zoom. No lo es, pero vale la pena hablarlo. Debido a las restricciones, explica, en Doctor Who se filman a menudo múltiples episodios al mismo tiempo y, a diferencia del verdadero doctor, el actor que lo interpreta no puede estar en dos lugares en el mismo momento. "Los llamamos episodios Doctor-light", explica Moffat. "En una ocasión simplemente encerré a Peter Capaldi (la encarnación número 12 del Doctor Who) en la nave Tardis. Con lo que él estaba en el episodio pero se trataba de una única locación, y así pudimos filmar sus escenas en solo dos días." Para "Blink", Moffat tuvo a disposición a Tennant solo un día, con lo que construyó ese episodio entero de 2007 alrededor de un entonces desconocido actor llamado Carey Mulligan. "Me sentí bastante aliviado de que no sería el gran éxito de la temporada", dijo Moffat sobre el aterrizaje del episodio Doctor-light. "Pero como se dieron las cosas... ¡fue el gran éxito de mi carrera!"

En una encuesta entre fans, los Weeping Angels de Moffat terminarían siendo los villanos más populares de Doctor Who, y volverían para episodios como "The Angels Take Manhattan" (2012). Los Ángeles son una raza de criaturas predadoras disfrazadas de estatuas que acosan a sus presas cuando nadie mira, y vuelven a congelarse si alguien los observa. Si te atrapan, te drenan el potencial vital y te envían atrás en el tiempo. Como apunta Moffat, el factor del miedo en "Blink" está potenciado por la ausencia del Doctor. "El Doctor apaga el miedo, eso es lo que hace. Aparece, hace bromas sobre los monstruos... con lo que sacarlo a él del medio hace que instantáneamente todo sea más aterrador." Moffat lo compara con el concepto de El Hobbit, el clásico de J. R. R. Tolkien. A medida que Gandalf el Gris y su banda de enanos se acercan en su viaje al aterrador Bosque Negro, el mago de pronto anuncia que debe dejarlos en pos de su propia parte del viaje. "¡Y él es el único realmente bueno en lo suyo!", dice Moffat.

Los Weeping Angels de Doctor Who.

La metodología puede ser utilizada para tener el efecto opuesto en series que habitualmente están llenas de peligros. En el personaje de Bill, Offerman representa la seguridad dentro de The Last of Us. Es un survivalista entrenado, capaz de construir un edificio que es un oasis impenetrable en su barrio suburbano, mientras a su alrededor el mundo se viene abajo. Por un breve momento, la audiencia puede relajarse en el refugio seguro de Bill, sin tener un zombie devorador de humanos a la vista. "Los episodios tranquilos hacen que los más tensos, más dramáticos, hagan aún más ruido de lo que harían, por simple contraste", puntualizó Gilligan en una entrevista. Osei-Kuffour admite que inicialmente "imaginé toda clase de cosas que iban a ocurrirle a Marcus en Copenhague", pero los showrunners la dirigieron a una alternativa más calma. "Realmente aprendí que a veces menos es más", dice. "Y es verdaderamente hermoso ver cómo este capítulo tranquilo y gentil movilizó a tanta gente".

Todo esto sirve para resaltar que la televisión es un género increíblemente liberador. Es como la navaja suiza del entretenimiento. ¿No te gusta ese personaje? Lo matamos. ¿Nos quedamos sin dinero? Simplemente filmemos un episodio en una sola habitación. "Es uno de esos aspectos en los que las series de televisión pueden hacer cosas que las películas no tienen permitido", dice Moffat. Por supuesto, con el advenimiento del streaming y prestigiosos shows de HBO como Succession y Game of Thrones, los presupuestos pequeños ya no son un tema de preocupación como en el pasado. Mientras es posible que se vean menos "episodios embotellados" confinados a una única locación, los episodios sueltos están para darle a los productores más libertad (y más dinero) para experimentar con sus géneros. "Creo que hace un par de años Marcus difícilmente hubiera tenido un episodio propio", señala Osei-Kuffour. "Eran otros tiempos, y obviamente las cosas están cambiando. Es por eso que estos capítulos tienen semejante poder de explosión. Es algo nuevo, y es excitante."

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.