Página/12 en Italia

Desde Roma

Al recibir este lunes en el Vaticano a una delegación de abogados de los países miembros del Consejo Europeo, el Papa Francisco anunció que está escribiendo una actualización de la encíclica ecológica que publicó en 2015, titulada “Laudato si”.

Sin duda, Francisco se muestra preocupado por el cambio climático en el mundo, las altísimas temperaturas que sufren muchos países --ahora en el verano del hemisferio norte pero antes también en el del hemisferio sur--, las sequías, incendios e inundaciones que azotan a países de África, Asia, América latina, aumentando el hambre lo cual  genera migraciones hacia otros estados.

Según datos oficiales italianos, desde enero a agosto de este año llegaron a Italia más de 100.000 inmigrantes, sobre todo de África: son el doble de los que llegaron el año pasado en el mismo período. Una cifra que, a fin de año, superará seguramente el récord italiano del 2016 cuando llegaron 181.463 migrantes.

La segunda parte de Laudato Si

“Estoy escribiendo una segunda parte de “Laudato Si” para actualizar los problemas que se viven ahora”, dijo el Papa durante la audiencia con los abogados en alusión a la encíclica de 2015 dedicada a la “ecología integral” y al “cuidado de la creación”, en la que destacó la conexión existente entre la crisis ecológica, la pobreza y las migraciones.

En “Laudato Si”, el Papa había recordado a San Francisco de Asís -–que además de impulsar la pobreza en la Iglesia era un ecologista del Medioevo-– y habló de la “hermana tierra” que protesta por todo el mal que los hombres le provocan con el uso irresponsable de los bienes que Dios les ha puesto a disposición. Los hombres crecieron pensando que “eran los propietarios y dominadores de la tierra y que por eso estaban autorizados a saquearla”, escribió. Según Francisco, hay ciertas cosas de la naturaleza que son bienes comunes como el clima y el agua potable, y esta última es además un derecho humano esencial.

El pedido a los abogados europeos

Los abogados del Consejo Europeo se reunieron en Viena en junio de 2022 y firmaron un documento titulado “Llamamiento de Viena”. Se trató de un encuentro internacional de los Pueblos por la Paz en Ucrania y el documento pide a los países del Consejo Europeo --compuesto por jefes de Estado de los 27 países de la UE-- que preserven “el estado de derecho” en el contexto de “la crisis que atraviesa Europa, especialmente por la guerra en Ucrania, pero también por la llegada masiva de inmigrantes que piden asilo”.

El texto también hace referencia al cambio climático, indicando que los abogados se comprometen en “sensibilizar las instituciones europeas e internacionales” sobre el cambio climático y “participar activamente” en la “elaboración de un cuadro normativo actualizado a favor de la protección del ambiente”.

En el encuentro de Roma, el Papa definió la guerra en Ucrania como un hecho “insensato” y agradeció la motivación de los abogados para que se elabore un “cuadro normativo” en favor de la protección del ambiente. “No debemos olvidar que las jóvenes generaciones tienen derecho a recibir de nosotros un mundo bello y vivible, y esto supone graves deberes en relación a la creación”, dijo.

Francisco destacó además que el aumento de los migrantes “que escapan de la pobreza agravada por la crisis ambiental y que además no son reconocidos como refugiados en las convenciones internacionales”, hace que ellos lleven el “peso de la propia vida abandonada sin ninguna protección normativa” internacional. En la Unión Europea, en efecto, hasta ahora pueden pedir asilo como refugiados en Europa, sólo los migrantes que escapan de guerras, conflictos, persecuciones religiosas o políticas. Los que emigran por hambre no son reconocidos como refugiados y no se pueden quedar en la Unión Europea (UE).

La preocupación ambiental de Francisco

Francisco no sólo ha dedicado su encíclica “Laudato Si” a la crisis climática. Desde hace años insiste en la necesidad de proteger la creación para poder vivir mejor. Y esta insistencia está dirigida no sólo a los cristianos, sino a los gobiernos y los industriales. Muchas veces, empresas mineras, de construcción, hidroeléctricas y madereras han llevado adelante proyectos que desequilibraron el ambiente donde vivía mucha gente, obligándola a abandonar sus tierras para escapar de la pobreza.

En el mes de julio, cuando Europa estaba viviendo temperaturas alucinantes y el termómetro marcaba 43 grados en Sicilia, 46 en Cerdeña y 40 en Roma, mientras varios países eran azotados por incendios o inundaciones, en el Angelus domincal de Francisco desde el balcón del palacio Vaticano, recordó que muchas naciones estaban “viviendo eventos climáticos extremos” y habló de un mundo que se haría invivible si no se toman medidas inmediatas.

“Por favor, renuevo mi llamado a los responsables de las naciones para que se tomen medidas concretas a fin de limitar las emisiones contaminantes. Es un desafío urgente. No se puede postergar. Nos afecta a todos. Protejamos nuestra casa común”, dijo durante un mes de julio considerado el más caliente de la historia del verano europeo.

El tema climático también lo había sacado a relucir en el encuentro que tuvo en Portugal con los jóvenes católicos en ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud realizada del 1 al 6 de agosto pasado. Ustedes son “la generación que puede ganar este desafío”, dijo Francisco, recordando que los jóvenes de hoy pueden contar con los instrumentos científicos y tecnológicos más avanzados. “Tenemos necesidad de una ecología integral que escuche los sufrimientos del planeta junto a aquellos de los pobres, que escuche el drama de la desertificación junto al de los refugiados”, subrayó el Papa argentino.