Parecía que el retiro de Roger Federer y la prolongada ausencia por lesión de Rafael Nadal dejaba a Novak Djokovic como única gran figura del tenis mundial. Sin embargo, la irrupción de Carlos Alcaraz provocó una nueva rivalidad, que amenaza con ser casi tan espectacular como lo eran los cruces entre el suizo y el español, o de cualquiera de ellos con el serbio. Con el condimento extra que entre Nole y Carlitos se están jugando el número uno del mundo casi en cada torneo.
Los cruces en Roland Garros y Cincinnati -con victoria de Djokovic- y Wimbledon -con triunfo de Alcaraz- potenciaron una rivalidad que tiene toda la pinta de ser el nuevo clásico del tenis mundial. Pero más allá del espectacular nivel de los tres encuentros, el éxito de Djokovic sobre Alcaraz en la final de Cincinnati por 5-7, 7-6 (9-7) y 7-6 (7-4) dejó el ranking mundial al rojo vivo, con apenas 20 puntos de diferencia en favor del español (9.815 vs 9795). Sin embargo, el balcánico tiene todo servido para recuperar el primer lugar tras el US Open que arrancará la semana que viene, sin importar lo que pudiera hacer el murciano.
Por no estar vacunado contra el Covid, Djokovic no pudo jugar la edición pasada por lo que sumará puntos con cada victoria. Por el contrario, Alcaraz defiende el título que le ganó en la final al noruego Casper Ruud, por lo que pone en juego 2.000 puntos. Con ese panorama, el serbio regresará a la cima con ganar su partido de primera ronda. E incluso puede hacerlo aunque pierda si el español no reedita el trofeo logrado en 2022.
Claro que si bien el serbio parece que va a quedarse con esta batalla, la guerra promete más capítulos hasta el final de la temporada. Es que Djokovic deberá refrendar los trofeos de Tel Aviv (250 puntos) y Astana (500), la final de Paris (600) y el título invicto del Masters (1500), mientras que Alcaraz defiende sólo 360 por los cuartos de final en París y 180 por la semifinal de Basilea.