La Multisectorial Paren de Fumigarnos de Santa Fe, una coalición comprometida con una agricultura sin venenos, denunció un hecho de gravedad ocurrido en Campo Hardy, al norte de la provincia: en un giro dramático, la familia Dubouloy, conocida por su labor agroecológica y amor por los animales, ha sido víctima de un acto de crueldad y maltrato animal de proporciones indescriptibles, describe la ONG, que apunta a las autoridades políticas y judiciales, así como al poder real en el norte provincial, específicamente "el clan Vicentin".
El viernes 18 de agosto, Jorge Dubouloy encontró sus chivos y ovejas muertos, otros heridos y atados a árboles, indefensos y expuestos al ataque de otros animales. "Esta grotesca escena de maltrato animal sugiere un acto de amedrentamiento deliberado", interpretaron desde Paren de Fumigarnos.
“En estos días, vimos animales muertos, maltratados. Sufrimos una persecución política por nuestras denuncias. Me siento desprotegida”, afirmó Flavia Zanutigh, pareja de Dubouloy e integrante de la ONG, en diálogo con LT8. Y agregó: “Desde 2015 realizamos denuncias contra las fumigaciones de soja y algodón, pero nunca tuvimos respuestas del fiscal”. Zanutigh confirmó que las denuncias se multiplican, pero las acciones concretas parecen esquivas. “Hace 15 días, luego de hacer una denuncia contra ese fiscal por su inoperancia, comenzó todo: personas armadas y con perros que se llevan chivos y ovejas, que son producción del emprendimiento Santa Inés que tenemos con mi esposo”, describió para de inmediato agregar: “Cuando contabilizamos, nos faltaban 11 chivos y 13 ovejas. Y hoy mismo, encontramos a un caballo envenenado”.
Las denuncias que Flavia y su compañero hicieron “fueron por daños en la piel de los niños de nuestra zona. Nunca hubo en Hardy, como sí hubo de otras localidades, la posibilidad de llegar a obtener el beneficio de un amparo judicial, porque la Comuna opera para el sector de los productores”. De acuerdo a la mujer, esos productores “no sólo son los de Hardy; la mafia incluye a Vicentin y a Cooperativa Avellaneda. No es casualidad que en 2015, quien firmó y autorizó la fumigación es un ingeniero agrónomo que hoy es tesorero de la Comuna de Hardy. No puede tener objetividad para tratar una ordenanza que nos proteja”. Y cerró la productora rural: “El fiscal Norberto Ríos opera para los poderes local y zonal de turno, y la Comuna, para los grandes productores”.