El incendio que desde hace una semana devasta los montes de Tenerife ha vivido su primera noche tranquila y se empieza a ver el final del túnel, con un único frente que avanza, el de Mal Abrigo en las escarpadas laderas de Güímar, al sur de la isla. Allí se concentrarán brigadas especializadas.

Tras efectuar un reajuste de la superficie afectada, ésta se sitúa en 14.624 hectáreas y un perímetro de 88 kilómetros. Y según ha explicado este martes en rueda de prensa el consejero canario de Política Territorial, Manuel Miranda, durante la noche por primera vez se ha podido trabajar sin sobresaltos y según lo planificado. Miranda se congratuló de que, tras siete días de incendio, no se hayan registrado víctimas ni daños en infraestructuras pero, avisó, "esto no ha terminado y aún quedan días de trabajo y de esfuerzo".

Un total de 1.540 personas han podido regresar a sus viviendas y otras 896 con 292 animales, continúan en los centros de acogida habilitados, informó la jefa de Protección Civil, Montserrat Román, quien recordó que continúan los valores altos de partículas en el aire, sobre todo en Los Realejos y Arafo, por lo que se sigue recomendando a la población que tome medidas de autoprotección.

El Ayuntamiento de Güímar en Tenerife informó la detención de un vecino de la zona que arrojó piedras contra un helicóptero que trabajaba en la extinción del incendio y tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia en un campo de fútbol. Los piedrazos le alcanzaron el rotor y las hélices.