El 40% de las mujeres y niñas viven en países donde padecen una alta discriminación social, revela el Índice de Instituciones Sociales e Igualdad de Género (SIGI, en inglés), elaborado este año por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Con información sobre 179 países, el estudio señala que si bien el sur global está reduciendo la brecha con los países desarrollados -un 45 % de los que tienen bajos niveles de discriminación no pertenecen a la OCDE-, África y Asia siguen siendo los más afectados.
La organización detalla que entre 2014 y 2021 se redujo en un 12 % el número de personas que consideran “aceptable” que un hombre le pegue a su pareja, pero también observa el aumento de un 4%, en ese mismo período, de quienes cree que un varón debería tener “más derecho” a un trabajo que una mujer, en épocas de precarización laboral.
Según el informe, la mayor discriminación social se produce en el ámbito del hogar, donde las mujeres dedican al trabajo de cuidados no remunerado 2,6 veces más tiempo que los hombres. “Al confinar a las mujeres en sus roles reproductivos y de cuidados, estas normas tienen consecuencias duraderas en la inclusión laboral de las mujeres”, advierte, con una brecha de género en la participación laboral que se mantiene en el 25%. En ese universo persiste la violencia de género, con “efectos devastadores” en la vida de mujeres y niñas: cerca de 1 de cada 3 (28%) de entre 15 y 49 años, afirma haber sufrido violencia por parte de una pareja al menos una vez en su vida, en tanto que 1 de cada 10 la experimentó en los últimos doce meses. Sin embargo, sólo 12 países contaban en 2023 con “leyes integrales” para combatir todas las formas de violencia contra las mujeres, mientras que 46 siguen sin criminalizar la violencia doméstica y 48 no criminalizan el acoso sexual.