Gaslighting es un término anglosajón que significa que alguien te está haciendo creer que tu percepción sobre hechos verídicos es inválida, tratándote de “locx” o desconfiando de tu mirada. Evidentemente, es un término que hace alusión a un tipo de manipulación, y generalmente se usa para describir vínculos violentos en relaciones interpersonales. Podemos decir que Javier Milei, tras las PASO, hizo un gaslighting colectivo.
En pos de captar a un electorado indeciso, ahora parece que sus propuestas más incendiarias, polémicas e inquietantes (que lo hicieron beneficiario de minutos infinitos en el prime time) “no son tan así”. Sobre este volantazo inédito, fogonean sus fans en Twitter: “¡No entendiste nada! Es un CONCEPTO, un proyecto de acá a veinte años”, “estás sacado TODO de contexto”, “esas propuestas NO están en su plataforma electoral” (que finalmente parece que casi nadie leyó).
Sin embargo, aunque ahora sus promesas de campaña sean más “soft” (mejor dicho: más desorientadoras), el daño ya está hecho. Logró correr la agenda hacia la ultra derecha, instalando una subjetividad neofascista que pregnó en gran parte de su electorado, haciendo escalar miradas sobre el mundo cada vez más agresivas y reaccionarias. Pero ahora, parece que los que “no entendimos bien las cosas” somos quienes estamos de este lado de la mecha porque… ¿no hicimos una lectura correcta de sus entrevistas tipo horror-show con Fantino? ¿Eso significa que hay múltiples interpretaciones posibles de su tiktok viral cercenando el organigrama estatal, pregonando que la justicia social es una “aberración” o diciendo que la ESI es un adoctrinamiento feminista? Permítanme dudar.
¿Qué lecturas podemos hacer de este viraje mediático? Y si hacemos un flashback, ¿cómo los medios construyeron, apoyaron y sistematizaron sus dogmas neofascistas, que ahora vienen con una lavada de cara un poco más “amigable” (para más confusión), pero que es lo mismo de siempre? ¿Qué responsabilidades les cabe?
Lucía Quispe es polítiloga y, desde 2019, es la persona detrás de Deconstrucción Mediática: un proyecto comunicacional que hace diversos análisis de los discursos mediáticos hegemónicos. Su objetivo, que convoca a más de 13 mil personas solo en IG, es mostrar cómo los grandes medios de comunicación construyen sus agendas a través de artilugios como las fake news, despegándose de su responsabilidad social. En ese sentido, desde Deconstrucción Mediática “la intención es disputar el concepto de ‘libertad de expresión’, históricamente instalado desde un sentido liberal y empresarial, como el derecho individual del periodismo a emitir cualquier mensaje por fuera del marco normativo nacional”.
¿Cómo cambió el discurso de Milei desde que arrancó la campaña hasta ahora?
--Inmediatamente desde el día después de las PASO, Milei fue moderando su posición en temas que durante toda la campaña se encargó de instalar de manera extrema y violenta. Después de la masacre de Texas, en 2022, manifestó estar a favor de la libre portación de armas. Sin ir más lejos, en mayo de este año, en una entrevista en TN con Marcelo Bonelli, se pregunta ante los periodistas quién es él para “prohibirle el derecho a otro de tomar una decisión en esa línea”. En ese mismo canal, la semana pasada, luego de las elecciones, se despegó de su posicionamiento con total liviandad, afirmando: “yo no lo instalé en la campaña, ni siquiera está en la plataforma”. La misma moderación se aplica a sus dichos sobre la salud y educación pública, el empleo público (“no necesitás echar empleados públicos, necesitás reasignar”) y los planes sociales (“los planes sociales no se tocan porque quienes los reciben son víctimas”).
¿Cómo fue su recorrido mediático? ¿Cómo fue su germen en los medios de alcance masivo? ¿Siempre fue igual?
--En 2012 arranca con columnas de opinión en espacios como La Nación e Infobae. Si tenemos que situar un momento preciso en que se hace masivamente conocido es durante el macrismo, donde empieza a frecuentar los estudios de televisión y es presentado como voz autorizada para opinar sobre economía. Su construcción mediática le permitió que miles de personas lo conozcan y que comiencen a identificarse con las emociones de enojo que transmitía, más que con las propuestas en sí. Un relevamiento de la consultora Ejes Comunicación muestra que en 2018 Javier Milei fue el economista más consultado en radio y TV, sumando 193.547 segundos al aire en 235 entrevistas.
¿Cómo fue, puntualmente, su primer paso por un set de TV?
--Hay una noticia de la web de A24 que describe la primera aparición de Milei en la mesa de Animales Sueltos, conducido por Fantino, en estos términos: “aparecía un ignoto economista que rápidamente llamó la atención por su histrionismo, los ojos celestes que resaltaban aún más con su encendido discurso y un peinado que lo hacía parecer un rockstar”. Incluso Luis Novaresio ha reconocido públicamente que él había entrevistado de manera habitual a Milei como un personaje excéntrico y que no le repreguntaba sobre sus ideas como a otros políticos.
¿En qué se anclaba en esas primeras entrevistas?
--Uno de los argumentos que más repetía en ese entonces, era el de la “casta”, la cual ha definido en LN+ en 2021 como “aquellos que están en la política y son inmorales”. Hay un claro punto de contacto entre este concepto de “casta”, sus orígenes y su carrera mediática. Él se hace conocido gracias a sus apariciones en los canales del Grupo América. Milei fue funcionario en la Corporación América, cuyo director es Eduardo Eurnekian, uno de los empresarios más ricos del país. La concesión de Aeropuertos Argentina 2000 se la otorga el expresidente Carlos Menem en el 98. Los negocios del empresario se desarrollaron con créditos de la banca estatal y se benefició de la privatización de empresas públicas. En julio pasado, durante el Encuentro Anual para el Desarrollo del Comercio y los Servicios el empresario expresó que “La dirigencia política ha tomado durante muchos años las decisiones equivocadas que nos han llevado a las circunstancias en las que hoy nos encontramos”. Ahí tenemos entonces dos datos para resaltar: Milei es resultado de esa “casta” que tanto critica, habiéndose desempeñado en una empresa que recibe subsidios del Estado, por un lado, y otro dato es que la argumentación de su ex jefe coincide con su visión sobre la “casta”. Lograron instalar en el debate público que la única corrupción es la índole política, omitiendo de la discusión la responsabilidad por parte de los grandes empresarios en los destinos de nuestro país.
¿Quién dirías que “creó a Milei”, al menos mediáticamente?
--Un día después de las PASO él fue al programa de Fantino, que lo entrevistaba en sus comienzos en América TV, y le agradeció llorando. Le dijo que era “el padre de la criatura”, junto con el fallecido periodista Mauro Viale. Es decir, le agradeció por su victoria, más gráfico que ese agradecimiento no se consigue. Él mismo se definió como un resultado de los medios. Esto no implica que el único motivo por el cual sacó el 30% en las PASO haya sido su éxito mediático, pero no caben dudas que sin esa masividad, seguiría siendo un economista desconocido. De hecho, de los nombres que mencionó para un eventual gabinete, varios han integrado el grupo económico de Eduardo Eurnekian.
Además, sus primeras apariciones parecían más bien salidas de un programa bizarro de variedades de la tarde. Esa cualidad mediática también es muy particular, y hasta nos retrotrae a otras apariciones de políticos en programas como Video Match o Bailando por un Sueño, donde fueron convertidos en ‘Celebrities’.
--Sí. Al principio se instala como un personaje simpático, llamativo. Dan cuenta de ello las notas en infobae, no casualmente dentro de la sección “teleshow”, que reflejaban su paso por los estudios de televisión, con títulos como “Javier Milei, experto en economía, tríos sexuales y sexo tántrico: "Puedo estar sin eyacular tres meses" (2018) o "Endúlzame que soy Milei": el economista Javier Milei presentó a la cantante Daniela como su novia- (agosto- 2018). Posteriormente a esto, su discurso se difunde fuertemente a través de las redes sociales, particularmente de TikTok. Esta plataforma encaja con los mensajes que transmite: breves, con alto impacto de viralización, y sin detallarlas, como lo son sus propuestas (por ejemplo, la dolarización). Además gana mucho terreno durante y después de la pandemia, momento en el que gran parte de la discusión política comienza a transcurrir dentro del territorio digital. Las cuentas en redes que mayor alcance e interacción tienen no son las propias de lxs candidatxs de LLA, sino las cuentas de influencers o militancia virtual que muestran a Milei en entrevistas periodísticas, o hablan sobre sus propuestas.
Sin embargo, esta viralización orgánica propia no excusa a los medios de su responsabilidad al “crearlo”
No. Tenemos un ejemplo reciente en la pantalla de LN+: Milei tachando los Ministerios que eliminaría de su gestión y el periodista Jonathan Viale riéndose y expresando que, si bien “él es periodista”, le parece que “algunas cosas hay que cortar”.
Como dijimos al principio de esta columna, el daño está hecho. La pregunta es: ¿puede el oficialismo jugar el mismo juego de Milei e instalarse orgánicamente en TikTok para dialogar con un electorado más amplio? ¿O el medio es el mensaje y esta plataforma no permite la difusión de ideas que requieran lecturas más complejas, que no apelen a las emociones y al shock? ¿O, quizás, el peronismo tendrá que saltar el laberinto por arriba y encontrar otro canal más adecuado para reconectar con locutores sub 30, que lo leen como un espacio político agotado y desconocido? Y lo más inquietante: ¿podrán lograrlo en dos meses?