Diez días después de su triunfo en las PASO porteñas de Juntos por el Cambio, Jorge Macri sigue sin atenderle el teléfono a Martín Lousteau. “No tenemos diálogo”, es la queja que más se escucha cerca del senador radical. Su entorno entró en ebullición cuando leyó “en los medios” que el primo del expresidente había elegido a Clara Muzzio, actual ministra de Espacio Público porteña, como su compañera de fórmula. Para la UCR-Evolución –espacio donde no solo talla Lousteau sino dirigentes porteños de peso como Emiliano Yacobitti y Daniel Angelici– fue la señal de que el ganador de la interna no tiene intención de contenerlos, no al menos de la forma que esperaban luego de un resultado muy justo, de unos 27 mil votos --un punto y medio-- de diferencia entre ambos. Las señales de Macri, hasta ahora, van en sentido contrario: ya empezó con la poda de funcionarios que no jugaron para él en la elección, como la ministra de Desarrollo Humano y Hábitat, María Migliore, quien presentó su renuncia este miércoles.
“El primo entró con la podadora”, era el comentario en los pasillos de la sede del Ejecutivo porteño en Parque Patricios. La renuncia de Migliore no fue una más: durante años estuvo a cargo de la política social de Horacio Rodríguez Larreta, primero desde el Instituto de Vivienda, con fuerte arraigo territorial en la Comuna 8 (Villa Soldati, Villa Riachuelo y Villa Lugano) y luego en Desarrollo, desde donde implementó la urbanización de algunos barrios populares y la coordinación con sus pares nacionales y de la Provincia (tiene un buen vínculo político con Andrés “El Cuervo” Larroque) durante la pandemia. A juzgar por los resultados de las PASO, estuvo claro que parte del aparato del PRO ligado a su construcción en los barrios se inclinó por Lousteau.
"Llegó el fin de una etapa. Hoy me toca dejar el Ministerio de Desarrollo Humano de la Ciudad tras 8 años intensos. Seguiré trabajando junto a Horacio en todos los desafíos que tenemos por delante", se despidió la ministra desde sus redes sociales.
Quien la reemplaza desde este miércoles en el cargo es Gabriel Mraida, un ex funcionario del Ministerio de Seguridad de la Nación durante la gestión de Patricia Bullrich. Mraida está ligado al evangelismo y “mantiene muchas coincidencias con la visión de Jorge Macri”, decían en Parque Patricios. La poda siguió con el actual titular del IVC, Christian Werle, otro al que renunciaron, y podría seguir con algunos otros apuntados. El jefe de Gabinete porteño, Felipe Miguel, y el presidente de la Legislatura porteña, Emmanuel Ferrario, fueron algunos de los dirigentes que acompañaron a Lousteau en más de un acto de campaña. El actual ministro de Desarrollo Económico, José Luis Giusti, pertenece directamente al espacio de UCR-Evolución.
Amarillo puro
Antes que Macri se inclinara por Muzzio, uno de los nombres que sonaron para completar la fórmula –en CABA, el o la vice se anuncia después de las PASO para Jefe de Gobierno— fue el de la dirigente radical María Coletta, pero contaba con el antecedente de haber impulsado la declinación de la candidatura de Franco Rinaldi por sus dichos antisemitas y clasistas. De todos modos, también existía un acuerdo previo entre Jorge Macri y Horacio Rodríguez Larreta de que si el primero resultaba ganador en la interna, el segundo ponía la vice. Y así fue. Tal como se preveía, la fórmula quedó pintada de amarillo, pero lo que generó tirria en la UCR fue la exclusión de las negociaciones.
“Hasta ahora, todas sus señales apuntan a no contener al radicalismo, a que apuesta hacia dentro del PRO”, dicen en Evolución y agregan que el primo del expresidente tendrá que esforzarse para contener la porción ajena de los votos de la interna, que quedó en 28,71% para Macri y 27,21% para Lousteau.
“Los votos no son nuestros. Pero representan una idea de Ciudad distinta a lo que proponen el PRO más duro y Jorge Macri y, hasta ahora, no hizo nada para salir a buscarlos. Dependerá de él”, dicen y remarcan que Lousteau se impuso en la mayoría de las comunas, en las del centro de la Ciudad y las del sur, donde se hizo pesar el desgaste de los 16 años de gestión amarilla. En Evolución creen que es suficiente para que haya otro tipo de diálogo entre ambos espacios. “No para los cargos, que no pedimos”, se atajan, “pero sí pensando en las políticas públicas”, dicen.
En la vereda de Jorge Macri, en tanto, se mantienen confiados en retener el 55 por ciento que cosechó Juntos por el Cambio, y advierten que le imprimirán su propio sello a una hipotética gestión, a la que plantean como un relanzamiento del PRO en el distrito, con una impronta distinta a la de Rodríguez Larreta. Con el apoyo, claro está, de Mauricio Macri. Respecto de Lousteau, dejan una chicana: "Ahora está de vacaciones. Cuando vuelva, habrá diálogo".