Jesús Romero vive en el paraje La Nena, ubicado en el límite entre Santiago del Estero y la provincia de Santa Fe, en el departamento santiagueño de Taboada. El 20 de marzo denunció que el 12 de ese mes habían muerto sus animales a causa de la fumigación de tierras por parte de grandes productores cuyos campos colindan con su hectárea y media de producción. A ello agregaba que sus dos pequeñas hijas habían soportado dolores de cabeza y vómitos a raíz de la fumigación.
En la denuncia se indica que en marzo el productor rural solo había logrado hablar con un empleado de la empresa, "Pablo Enffner, quien le supo decir que iban a negociar, que no tenía problemas en pagar, pero con la condición de que recaude pruebas de las muertes de las aves". Se agregó como testigo de lo denunciado "al comisionado de esa localidad, el C/ Gustavo Enffner".
Aunque por lo menos se constató la deriva de un producto "hormonal", hasta el momento no obtuvo respuesta alguna de la Justicia o la Provincia para morigerar el flagelo, que “casi me dejó sin posibilidad de comer”, dijo Romero, dado que le quitó la mayor parte de la producción que le permitía vivir.
Si bien Romero dijo a este medio que las fumigaciones son desde siempre, la última que lo perjudicó en su totalidad ocurrió el 12 de marzo último, cuando murieron “de una sola vez una flotita de (pollos) parrilleros”. Según contó, tenía 700 gallinas y la producción de huevos. La fumigación “me mató todo”, lamentó.
Para Romero, esto implicó la pérdida de prácticamente dos millones y medio de pesos en aves, además del ingreso de 40 mil pesos diarios por la venta de los huevos.
Con dos hijas, de un año y medio y de siete años, el productor afirmó que tuvo que rehacerse como pudo con algunas gallinas en el terreno en el que vive, frente a las 160 mil hectáreas fumigadas al lado de su campo, que son de una empresa a la que señala como la responsable de la aplicación de los herbicidas. “Todos saben que se fumiga con el 2.4 D”, sostuvo al referirse a la conocida receta del glifosato cuya aplicación se supone está prohibida en el país.
Informes oficiales desde febrero
Según el informe de un técnico que fue contactado por Romero desde el 13 de febrero, el productor le indicaba que las gallinas se encontraban “tristes, con diarrea y sialorrea”, y afirmaba que estos problemas en las aves empezaron cuando se inició la aplicación de fitosanitarios sobre la plantación de soja.
Frente a la continuidad de la mortandad de las aves se realizó la necropsia de una gallina muerta el 19 de febrero y “se pudo constatar que el órgano con mayor afección era el hígado, con una necrosis centrolobulillar (hígado en nuez moscada), los intestinos estaban pálidos y no presentaban casi contenido”. El informe firmado por Richard Fabián Sattino, estudiante de veterinaria, concluye indicando que al 4 de marzo Romero se volvió a poner en contacto con él y contó sobre una nueva aplicación de agrotóxicos y la nueva mortandad de las gallinas.
El 14 de abril, un poco más de un mes después de la denuncia radicada por Romero, se apersonaron al lugar técnicos de la Dirección General de Agricultura y Ganadería de Santiago del Estero. Luego de que el productor ratificara las denuncias sobre las fumigaciones, los inspectores señalaron que “a 20 metros (de la propiedad de Romero) se encuentra el cultivo donde pudimos constatar que, sí se realizaron aplicaciones, también se observa síntomas de deriva dentro de la propiedad de Romero de productos hormonales en los árboles paraísos”. Sin embargo, se indicó que no se pudo constatar “la mortandad de las aves durante la inspección debido a que el denunciante dijo haber enterrado los restos”. Restos que, claro, no podían quedar más de un mes a la intemperie.
Recién el 7 de junio el SENASA constató que las gallinas estaban “en buen estado sanitario”. Cuando se hicieron las consultas, se afirmó que al menos en esa zona no se notificaron casos de gripe aviar.
“Hace siete meses que me pasó y me dejaron sin nada. No me alcanza ni para la leche de mis hijas”, dijo Romero quien además ahora se quedó sin abogados porque renunciaron a representarlo. “Es muy complicado. Muy feo. Pero tengo que seguir luchando”, afirmó.
“No pudimos verificar nada”
El titular de la Dirección General de Agricultura y Ganadería de Santiago del Estero, Guillermo Brim, afirmó que hasta el momento “no pudimos verificar nada” sobre la posibilidad de que la aplicación de los agrotóxicos haya causado la muerte de las aves.
Tanto este funcionario como fuentes del SENASA afirmaron que es poco probable que un herbicida cause mortandad de animales de esa manera. Ante ello, Grim dijo que se había dispuesto una investigación para determinar si acaso la causa no era una parasitosis que esté infectando a las aves de la región. Sin embargo, no se obtuvo más información respecto del caso.
Por otro lado, según muestran las imágenes captadas por Romero, la aplicación de las fumigaciones suelen hacerse siempre de noche.