Después de que este miércoles la Cámara Federal de Casación Penal confirmara el procesamiento del exgerente de Producción de Mercedes Benz Juan Ronaldo Tasselkraut por el secuestro de dos trabajadores de la empresa durante la dictadura cívico-militar, el juez Alejandro Slokar brindó detalles del proceso y recordó que el golpe de Estado iniciado en 1976 "no fue solo una empresa represiva o militar en sí misma" sino además un "asalto a la economía por vía de la dolarización y el endeudamiento".
En diálogo con AM750, el camarista explicó: "Rechazamos el recurso a la defensa particular de este imputado. Lo que se analiza como objeto del proceso es la responsabilidad de los llamados civiles, en especial de algunos representantes empresariales, como es el caso que, desde mi óptica, siempre fue un elemento constitutivo del golpe porque bajo el ropaje del combate al subversivo se trató de la subordinación estatal en beneficio de algunos depredadores económicos".
En esa línea, Slokar remarcó que la dictadura cívico-militar de nuestro país "fue un gobierno de alianza con sectores dominantes que estaban llamados a establecer un nuevo orden social".
"A partir de 1976 lo que se articuló fue un plan económico regresivo que actuó en detrimento de los intereses del país y principalmente del entramado industrial, de la matriz productiva, y eso persiste hasta hoy", agregó.
Y continuó: "Creo que hay una tensión desde siempre entre un modelo de exportación, que a veces manifiesta una cara genocida, y uno democrático de sustitución de importaciones".
En ese sentido, trazó un puente entre lo sucedido durante los años '70 en Argentina y el resurgimiento de los discursos de odio en la actualidad. "Mucho del pasado vive en el presente en materia de matriz socioestructural, entonces, ante el avance de discursos negacionistas y de acciones de odio, es indispensable reafirmar que el desenvolvimiento de los juicios, lo que conforma el antídoto indispensable para la reafirmación democrática, es el pacto democrático de la Argentina del '83 a esta parte", sostuvo.
Y concluyó: "Argentina está inserta en un mundo en donde el desarrollo y el resultado de los juicios son un paradigma. Bajo esa convicción, creo que no hay posibilidad de retorno a tiempos predemocráticos".