La Corte Suprema de Justicia dictó este jueves una resolución de tres renglones que expone un verdadero escándalo. Hace más de un año, el 1 de agosto de 2022, los abogados de Cristina Kirchner se presentaron ante el máximo tribunal para notificarles que desistían del recurso por la causa Hotesur-Los Sauces. Sucedió que el Tribunal Oral Federal número 5 sobreseyó a CFK, a Máximo y a Florencia Kirchner, porque consideró que no se cometió ningún delito. Por lo tanto, no tenían razón de ser los recursos. La Corte Suprema tardó un año y 23 días en “tener por desistido el recurso y por tratarse de cosa juzgada”. No había que leer jurisprudencia, no era necesario leer la causa: las cosas consistían únicamente en acusar recibo. Para eso, la Corte que encabeza Horacio Rosatti -el responsable de manejar la agenda- se tomó casi trece meses.
Los caminos del escándalo
Como se sabe, el expediente Hotesur-Los Sauces transcurrió entre escándalo y escándalo. De la causa original, Hotesur, el juez Claudio Bonadío fue expulsado por manejos arbitrarios: por ejemplo, no permitía acceder al expediente. Sin embargo, de la mano de referentes del macrismo, se armó una causa colectora, a la que llamaron Los Sauces, en la que se investigaba el alquiler de hoteles y propiedades que ya estaban incluidos en Hotesur. A cargo quedó el expulsado Bonadío. La Cámara Federal y la Cámara de Casación convalidaron la maniobra, como parte de toda la persecusión desatada desde Comodoro Py.
Al final del camino, Bonadío obviamente procesó a CFK y a sus hijos y en la misma resolución consideró que debían unificarse las causas Hotesur y Los Sauces y se declaró incompetente. O sea, él mismo reconoció así lo grotesco de las jugarretas: que no había razón para la existencia de una segunda causa y que tampoco correspondía que él fuera el juez.
El Tribunal Oral absolvió
A fines de 2021, el Tribunal Oral Federal número 5 absolvió a Cristina, Máximo, Florencia y otros imputados, por considerar que no existía delito alguno, en especial el de lavado de dinero. Así fallaron los doctores Adrián Grünberg y Daniel Obligado, mientras que la jueza Adriana Pallioti votó en contra. El argumento central de los magistrados fue que todos los alquileres fueron oficiales, declarados en la AFIP, pagados con cheques y depositados en bancos. Además, se hicieron a precios de mercado. No había ningún elemento que indicara una conversión de dinero negro en blanco.
En su momento, los abogados de los Kirchner, Carlos Beraldi y Ari Llernovoy, llegaron a la Corte Suprema pidiendo la nulidad de todo lo actuado por el manejo escandaloso de los expedientes. Pero en vista de que los Kirchner fueron sobreseídos, el 1 de agosto de 2022 presentaron un escrito de una página desistiendo de los recursos porque ya la cuestión se había tornado abstracta dada la resolución del Tribunal Oral. Además, desistiendo, los letrados evitaban que el máximo tribunal pudiera aprovechar la oportunidad para despacharse con alguna resolución en la que se exhibiera, una vez, más la persecución contra la expresidenta.
Tres renglones que muestran mucho
En el mediodía de este jueves se conoció una resolución de la Corte Suprema de apenas una frase. “Se tiene por desistido el recurso de CFK, Máximo Kirchner, Florencia Kirchner y Romina de los Angeles Mercado (que fue administradora) por los planteos de nulidad de la elevación a juicio, litispendencia y cosa juzgada”.
O sea, la Corte tardó un año y 23 días en escribir estas tres líneas. No había nada que estudiar y analizar: era sólo un recibido. El presidente del máximo tribunal, Rosatti, es quien suele ocuparse de estas cuestiones que no requieren de trámite alguno. Pero así es el manejo en los tiempos de parálisis judicial: hay expedientes que se dilatan años y años por cuestiones burocráticas como estas. Por supuesto que existen causas delicadas, políticas, en las actualmente no logran las tres firmas que se necesitan para un fallo.
Como describió Página|12 este domingo, en el cuarto piso de Tribunales reinan las desconfianzas. Rosatti se maneja a través de su mano derecha, Silvio Robles, acusado de numerosas irregularidades; Carlos Rosenkrantz firma fallos que favorecen a sus exclientes; Juan Carlos Maqueda está afectado por la crisis de la Obra Social del Poder Judicial, que él manejaba, y Ricardo Lorenzetti está al margen, opuesto a los otros tres, porque considera que fue corrido del cargo de presidente de la Corte por una especie de golpe impulsado por Elisa Carrió, operadores mediáticos, y protagonizado por los otros supremos.
En síntesis, las causas complejas no se resuelven porque la Corte está paralizada y los trámites más sencillos, ridículamente simples, tardan más de un año.