A un año del doble crimen del matrimonio Del Río en su casona del partido bonaerense de Vicente López, el juez de la causa elevó a juicio por jurados la causa con el hijo menor de las víctimas, Martín Del Río, como presunto autor de un doble parricidio, informaron hoy fuentes judiciales.
En una resolución firmada ayer y notificada hoy, el juez de Garantías 1 de San Isidro, Ricardo Costa, rechazó la última nulidad y el pedido de sobreseimiento que la semana pasada formuló la defensa.
A su vez, ordenó que se sortee el Tribunal Oral de San Isidro con integración de jurados populares que en el futuro juzgará a Martín Del Río (48) como supuesto autor del doble crimen de sus padres, José Enrique Del Río (75) y María Mercedes Alonso (72), hecho del que mañana se cumple el primer aniversario.
"En autos se reunieron un número considerable de indicadores e indicios, susceptibles de generar, en un análisis conjunto, esa probabilidad exigida para sostener que el mismo resultaría ser autor material penalmente responsable de los hechos que a él se le enrostran", señala el juez en la resolución, a la que accedió Télam.
Tal como solicitaron el 17 de julio pasado en su requerimiento de elevación a juicio los fiscales Martín Gómez, Alejandro Musso y Marcela Semería, Del Río será juzgado como supuesto autor de un "doble homicidio calificado por alevosía, por el vínculo, por el uso de arma de fuego y por ser criminis causa" (matar para lograr la impunidad), delito que prevé como única pena la prisión perpetua, o sea, 50 años de cárcel.
En las 144 páginas de su resolución, el juez Costa avaló la investigación del equipo fiscal y rechazó uno a uno los 19 planteos que la abogada del imputado, Mónica Chirivín, había formulado la semana pasada en oposición al juicio y para solicitar el sobreseimiento de su cliente, algo que fue rechazado.
Entre esos puntos, y a partir de una huella dactilar, del sitio donde fue hallada el arma homicida y de los beneficios económicos que obtuvo, el propio imputado y su defensora habían pedido que se investigue como posible autor del parricidio a su hermano Diego Del Río.
A ello, el juez sostuvo que "esas circunstancias no solo no resultan suficiente para desmerecer los restantes elementos a su respecto, sino que tampoco puede dejar de mencionarse que la sindicación de otras personas como probables autores no excluye ninguno de los elementos en los que se sustenta la imputación dirigida a su persona".
Sobre la presencia de un perfil de ADN mezcla femenino nunca identificado ni cotejado con nadie en la manija interna de la puerta trasera izquierda del auto donde yacían los cadáveres, el juez respondió que "por sí solo no modifica en lo absoluto el marco probatorio reunido" y que la teoría de la defensa de que esto lo excluye a Del Río "carece de toda entidad y rigor científico".
Además, el juez volvió a explicar que la fiscalía reunió una gran cantidad de "indicios de presencia, oportunidad, mendacidad, mala justificación y motivación suficiente" que incriminan a Del Río.
En este punto, recordó que Del Río fue reconocido por varias testigos como el "sujeto encapuchado y con su cara tapada que se ve desplazarse en distintas imágenes, en dirección al domicilio de las víctimas y luego alejarse del mismo", no solo por su "contextura y conformación física" sino en especial por su "modo de caminar", con un defecto en su pierna izquierda que padece de chico, que no le permite seguir una línea recta y que motivó que en su familia lo apoden "Pato".
También menciona el juez el hallazgo en el auto del acusado del control remoto de su padre que abría la puerta del garaje donde fueron hallados los cuerpos y de una bolsa de la inmobiliaria Remax idéntica a la que se ve portar al "caminante encapuchado en los videos, y el hecho de que su teléfono celular quedó prendido y geolocalizado en Núñez pero no tuvo actividad en el lapso de tiempo en el que el encapuchado va y vuelve desde ese barrio porteño a la casa de las víctimas.
Otro elemento analizado por el juez es el hallazgo del arma homicida, una pistola Bersa 9 milímetros, en una caja fuerte de la casa del country San Diego de Moreno donde sus padres pasaban los fines de semana y que fue secuestrada cuando la policía la inspeccionó acompañada por Diego Del Rio.
La defensa sostuvo que no hay registro de que su cliente haya ingresado a ese barrio privado e incluso sugirió que pudo ser el hermano mayor, Diego Del Río, quien la dejó en ese sitio, pero ante ello el juez contestó que "tampoco se encuentra descartado que el propio imputado en otro rodado y/o por interpósita persona haya sido quien ingresó el adminículo de fuego en el country".
En tanto, en la misma resolución, el juez Costa rechazó el planteo de nulidad que había formulado la abogada Chirivín en relación a la declaración testimonial que realizó en junio pasado la esposa de su cliente, Cecilia Sánchez, en la que afirmó que la noche del 24 de agosto tomó medicación que la durmió profundamente y no puede afirmar si Del Río salió de su casa de Nordelta para ir al country de sus padres en Moreno a dejar el arma homicida, como sospecha la fiscalía.
El comerciante, abogado y expolicía Del Río y su esposa Alonso aparecieron asesinados --él de tres balazos y ella de uno en el rostro--, el 25 de agosto del año pasado en el interior de su automóvil Mercedes Benz en el garaje de su mansión de la calle Melo 1101 de Vicente López.
Si bien la empleada fue la primera detenida bajo la sospecha de actuar como "entregadora", fue liberada por falta de pruebas y el 7 de septiembre los fiscales detuvieron al hijo menor del matrimonio, Martín, alias "Pato", como supuesto autor de un doble parricidio, tras ser individualizado como el "caminante encapuchado" que entre las 17.33 y las 18.30 del día anterior, 24 de agosto, cometió el doble homicidio ejecutando a las víctimas desde el asiento trasero del auto.
Para los fiscales, el móvil del doble parricidio fue económico y sobre ello, mencionaron dos aspectos: por un lado, la frustrada operación inmobiliaria por la cual las víctimas pensaban que ese mismo día iban a mudarse a un lujoso departamento del edificio "Chateau Libertador" del barrio porteño de Núñez, que Del Río hijo nunca pudo concretar, y por el otro, que iban a descubrir los desmanejos financieros que había tenido en los negocios familiares.
Del Río --quien vivía en el barrio Barrancas del Lago del complejo de countries Nordelta de Tigre y se dedicaba a administrar los garajes, propiedades y vehículos de su familia--, permanece detenido y cumpliendo prisión preventiva en la Unidad 48 de San Martín, perteneciente al Servicio Penitenciario Bonaerense.