La propuesta de Javier Milei de terminar con las indemnizaciones por despidos y reemplazarlas por un fondo de desempleo, encendieron luces de alerta en el mundo sindical

El fondo de desempleo es un esquema que rige en la construcción desde tiempos de la dictadura militar. La ley sancionada el 11 de julio de 1980 lleva la firma de Videla y Martínez de Hoz. En esos tiempos, la Uocra se encontraba intervenida militarmente. El fondo de desempleo se financia con un aporte equivalente al 12% de la remuneración mensual (baja al 8% después del primer año de antigüedad), a cargo del empleador. En el momento que un empresario despide a su empleado, no tiene que abonar una indemnización con los fondos de su empresa, ya que el desempleado recibe como paga la suma de aportes acumulada en su fondo de desempleo.

Los defensores de sustituir las indemnizaciones por el fondo de desempleo sostienen que al disminuir el costo empresarial de los despidos, estimularía a los empresarios a contratar más trabajadores. Un argumento que podría tener algún fundamento en un contexto de crecimiento económico, en actividades donde la incertidumbre o la elevada rotación laboral paralicen la contratación de nuevos empleados. Sin embargo, su aplicación en un contexto de crisis económica sólo facilitaría los despidos al disminuir su costo para los empresarios que ya no tienen que pagar una indemnización por ello.

Un ejemplo del efecto facilitador de despidos del fondo de desempleo puede observarse en las estadísticas laborales de la pandemia. En los tres trimestres de cuarentena de 2020, la construcción redujo sus empleados formales un 24,3% respecto a los niveles de empleo de 2019, liderando las estadísticas de despidos respecto a los demás sectores de la economía, superando incluso a sectores como hotelería y restaurantes donde la cuarentena hizo estragos.

Dado que un desocupado más es un consumidor menos, el fondo de desempleo profundiza la caída de la actividad y la reducción del empleo en contextos económicos adversos. En síntesis, el reemplazo de las indemnizaciones por un fondo de cese laboral, al disminuir el costo empresarial para despedir, se transforma en una medida procíclica que profundiza el deterioro de la economía y el desempleo durante las crisis económicas.

Si bien el fondo de cese laboral disminuye el costo empresarial en el momento del despido, el efecto inmediato es imponer una carga adicional mensual sobre las empresas por cada uno de sus empleados. Una medida que no se insinúa muy favorable para las empresas, especialmente en el marco de un programa que propone altas tarifas en un esquema de tipo de cambio fijo con apertura importadora. En ese sentido, más que un beneficio para las empresas, la creación del fondo del cese laboral parece estar estimulada por el interés en generar un negocio financiero para sus administradores. Un negocio financiero que podría eventualmente ser extendido parcialmente a los sindicatos, como moneda de cambio para que bajen sus resistencias a la reforma.

@AndresAsiain