China suspendió la importación de productos pesqueros de Japón a partir de este jueves, luego de que comenzara a verter agua filtrada de la central nuclear de Fukushima, según lo informado a la Administración General de Aduanas del gigante asiático.

La medida se ha tomado "para prevenir el riesgo de contaminación radiactiva de los productos acuáticos debido al vertido al Pacífico del agua contaminada", especifica el organismo en un comunicado, que nombra a varios ítems como el pescado, los mariscos, los moluscos, los crustáceos y las algas.

Según la Aduana china, el Gobierno chino evaluó "el riesgo de contaminación radiactiva en los productos acuáticos japoneses" e "intensificó las medidas de control" para los productos importados del país nipón.

"El gobierno japonés ignoró los fuertes cuestionamientos y oposición de la comunidad internacional y lanzó unilateralmente la descarga de agua contaminada desde Fukushima el 24 de agosto", insistieron las autoridades.

"Egoístas e irresponsables"

Previamente, el Ministerio de Relaciones Exteriores del gigante asiático calificó a Japón de "egoísta" e "irresponsable" por el vertido.

Según la Cancillería, se trata de "una cuestión de materia de seguridad nuclear cuyo impacto va más allá de las fronteras de Japón".

Beijing ha reclamado en los últimos días a Japón que detenga su plan, y en julio anunció que mantendrá "un alto grado de vigilancia" sobre las importaciones de alimentos procedentes de Japón.

Desde 2011, China mantenía una prohibición de importar comida desde una decena de las 47 prefecturas que componen la nación insular, entre ellas la de Fukushima, y revisaba "de forma estricta" toda la documentación de los alimentos llegados desde otras partes de Japón, especialmente en el caso de productos acuáticos como el marisco.

La polémica por el vertido del agua

Imagen: AFP

Japón comenzó este jueves a verter al Pacífico agua contaminada procedente de la accidentada planta nuclear de Fukushima tras ser tratada y filtrada para retirarle la mayor parte de residuos radiactivos, un proceso que se prolongará durante varias décadas y que sigue generando protestas dentro y fuera del país.

El vertido comenzó después de que se realizaran las últimas comprobaciones en cuanto a las bombas de agua y se abrieran algunas válvulas de forma manual, según anunció la empresa responsable de la accidentada central, TEPCO.

"Cada proceso debe realizarse con mucha firmeza. Bajo la guía del Gobierno, cumpliremos nuestra responsabilidad", dijo Junichi Matsumoto, responsable de la iniciativa, en una rueda de prensa donde también explicó que el vertido se pararía si se detectaba algún tipo de anomalía.

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