En cuestión de horas, ayer por la tarde las llamas devoraron al menos la tercera parte del predio conocido como Chachapoyas, ubicado en el norte de la ciudad de Salta, por la Avenida del Bicentenario. 

"Nos alertaron varias llamadas de transeúntes que ingresaron al sistema de emergencias", precisó a este medio Frida Fonseca, secretaria de Seguridad de la provincia. Esos avisos de alerta al 911 comenzaron alrededor de las dos de la tarde. "Tenemos la sospecha que el incendio fue intencional", mencionó Ignacio Vilchez, subsecretario de Defensa Civil, en medio del operativo de control del fuego. "Según me informaron, habrían detectado a cuatro personas que iniciaron el incendio en inmediaciones de la rotonda de la (Universidad) Católica", explicó Fonseca y adelantó que hoy presentará formalmente una denuncia ante el Ministerio Público Fiscal para que investigue el origen del incendio.

Las primeras estimaciones, según precisaron desde la Secretaría de Seguridad, arrojaron alrededor de 10 hectáreas consumidas por las llamas, entre pastizal y bosque chaqueño de transición. Según la información satelital disponible en Fire Maps, del servicio de la NASA, esa cifra podría ser mayor si se tiene en cuenta la base de las serranías que también fueron alcanzadas por las llamas. Intervinieron brigadistas de la provincia, bomberos de la Policía de Salta y cuarteles de Bomberos Voluntarios de Campo Castañares, la Brigada Solidaria y Martín Miguel de Güemes. También participaron brigadistas de la Municipalidad de Salta. 

El camión cisterna de la provincia abasteció a los camiones URO de Defensa Civil. También colaboró en la recarga una cisterna móvil de Aguas del Norte. "Contamos con una nueva autobomba que nos permite autonomía en este tipo de incendios para realizar rápido el ataque y contrarrestar la expansión de los focos", declaró Fonseca a Salta/12 mientras supervisaba el operativo en el lugar.

Funcionarios provinciales y municipales, bomberos y brigadistas (Imagen: Analía Brizuela). 

Debido a la historia del predio, de unas 30 hectáreas, donde había depósitos de petróleo, mientras bomberos provinciales y muncipales trabajaban para controlar los focos ígneos, vecinos y vecinas de los barrios Mosconi, Ferroviario y Tres Cerritos se acercaron a consultar sobre la posibilidad de explosiones debido al fuego. La funcionaria de Seguridad aseguró horas más tarde que "no hubo ningun tipo de actividad por un residuo en las cañerías, ni riesgo referido a pasivos que pueda haber dejado la actividad (petrolera) en el lugar". No fue la primera vez que un incendio forestal se apodera de la biomasa disponible dentro de Chachapoyas. El último incendio de importancia se desarrolló por finales de setiembre de 2020, cuando se quemó la misma zona que consumieron las llamas durante la tarde de ayer.

Hasta la década del 90 las hectáreas de Chachapoyas integraron los bienes nacionales. Desde 1941 funcionó allí la Destilería Chachapoyas, como depósito de combustible y procesamiento de gas envasado. Las vías férreas, hoy utilizadas por el tren urbano de pasajeros, transportaron durante buena parte del siglo pasado petróleo y gas desde los yacimientos de Caimancito en Jujuy y Campo Durand en el norte salteño. Cuando fue privatizada la petrolera estatal, el dominio del predio fue dividido entre dos empresas privadas, Shell y Refinería del Norte, y la empresa estatal Gas del Estado. Años más tarde, los catastros de Shell y Gas del Estado fueron vendidos a privados, loteados y destinados a uso residencial.

Bomberos por la calle Los Álamos (Imagen: Analía Brizuela).

Dos camiones URO -la provincia cuenta actualmente con cuatro- se desplegaron por el borde Este del predio de Chachapoyas, para ingresar al pie de las serranías por un camino lateral al predio de Gendarmería. El despliegue se intensificó alrededor de las tres de la tarde, cuando las llamas amenazaron avanzar sobre la Agrupación VII debido al viento que constantemente cambiaba su rosa entre noreste y noroeste. Parte de los bomberos y brigadistas se agruparon sobre ese sector, para impedir que las llamas alcanzaran el depósito de vehículos que resguarda Gendarmería en Chachapoyas. 

En su derrotero, el fuego también se apoderó de algunas de laderas, y obligó a otra oleada incesante de cisternas para impedir que las llamas treparan por las serranías y amenazaran a los vecinos colindantes del barrio Tres Cerritos. "Fue un trabajo intenso porque el fuego en altura sería difícil de sofocar si se propagaba", explicó a Salta/12 Jorge Altamirano, secretario de Protección Ciudadana de Municipalidad de Salta. "Emergencias (de la comuna capitalina) y bomberos de Brigada Solidaria trabajaron con mochilas de agua y chicotes para crear un cortafuego en los laterales, detrás de Gendarmería y de las canchas de fútbol privadas", describió.

Las tareas de contención de los focos ígneos se desarrollaron por horas, y recién al caer la tarde se declaró controlado al incendio. Mientras el fuego se apoderó del predio, se escucharon explotar maderas de los árboles cuyos troncos eran consumidos y se percibió olor a resina de pino. Esas fueron especies implantadas en tiempos de la ex-YPF. El humo circuló por todos las barriadas aledañas y generó molestias entre las población más sensible a las pequeñas partículas de cenizas. En las principales arterias del nodo urbano (las avenidas Samson, Bicentenario y el acceso Norte) el tránsito vehicular permaneció cortado por horas.  

El segundo Plan de Desarrollo Urbano de la Ciudad de Salta, elaborado a principios de este siglo durante la gestión de Miguel Isa, propuso un proyecto de urbanización del predio de Chachapoyas. "Se encuentra en un punto neurálgico de la ciudad debido a las características viales y a su localización estratégica con respecto a grandes equipamientos de la ciudad, además de su potencial articulador entre el medio natural de las Serranías Este y el medio urbano", argumentó el informe técnico de 2003. 

Proponía "amortiguar las relaciones antrópicas que genera la trama consolidada de la ciudad sobre la Reserva Natural de las Serranías del Este", vecina al predio. El proyecto imaginó a Chachapoyas como un espacio relacionado al "fenómeno socio religioso (de) la Virgen del Cerro", y por lo tanto proyectó en las hectáreas "espacios para uso recreativos, culturales, comerciales, deportivos y residenciales". 

Por ahora, Chachapoyas arde casi todos los años, y cada ciclo ígneo revive versiones de especulación inmobiliaria para explicar el origen del fuego intencional.