El beso robado de Luis Rubiales a la futbolista Jennifer Hermoso y su actitud en la final del Mundial femenino fue la última polémica protagonizada por el presidente de la Federación Española de Fútbol, pero no la única. En sus cinco años en el cargo, Luis Rubiales se ha visto envuelto en diversas polémicas como llevar la Supercopa de España a Arabia Saudí, hacer negocios con Gerard Piqué mientras continuaba en activo o la destitución de Julen Lopetegui como seleccionador masculino a dos días del comienzo del Mundial de fútbol de Rusia, en 2018. Además de varios desplantes hacia el fútbol femenino.
La Supercopa a Arabia Saudí por 120 millones
La primera gran medida que tomó Rubiales al frente de la RFEF fue enviar la Supercopa de España a Arabia Saudí durante tres años, a razón de 40 millones por temporada. Por primera vez, un torneo oficial español se disputó en otro país. Y no en cualquier país, en uno donde se vulneran los derechos humanos a diario.
"Era una competición obsoleta, generaba pérdidas y se había convertido en un problema. Era esto o que desapareciera", justificó la RFEF sobre su decisión. "Lo que estamos haciendo es blanquear a Arabia Saudí a golpe de talonario", denunciaban desde la Asociación para Mujeres en el Deporte Profesional (AMDP).
En el país de Oriente Medio se aplica de forma estricta la pena de muerte, se reprime a opositores o se bombardea a civiles en Yemen, entre otras vulneraciones de los derechos humanos que denuncian las asociaciones. Sin embargo, como se ha visto recientemente con el fichaje de grandes estrellas del deporte, el régimen saudí utiliza esta cristalera para blanquear su imagen hacia el mundo.
Los negocios con Piqué cuando estaba en activo
La adjudicación de la Supercopa a Arabia Saudí tuvo otro actor protagonista, además del propio Rubiales, el exfutbolista Gerard Piqué, quien en ese momento era un jugador en activo del FC Barcelona.
El presidente de la Federación y el futbolista pactaron una comisión de cuatro millones de euros por edición para la empresa Kosmos, propiedad de este último, por llevar la Supercopa a Arabia Saudí, según desveló con audios El Confidencial.
En estos mismos documentos filtrados se incluyen conversaciones entre ambos, donde manejan la posibilidad de contactar al rey emérito, Juan Carlos I, para que haga de intermediario con el país de Oriente Medio.
Rubiales afirmó en rueda de prensa que "pocas o ninguna de las informaciones" que han salido sobre la operación de la Supercopa de España en Arabia Saudí "son ciertas", y defendió que se hizo "una gestión clara, limpia, transparente, honesta y, sobre todo, beneficiosa para el fútbol español". Además, indicó que todo fue "legal" y pasó todos los filtros de las comisiones de Ética y de Buen Gobierno, achacando todo a ser víctima de "una caza preparada" tras la sustracción "ilegal" de conversaciones privadas de su teléfono.
La destitución de Lopetegui a días del Mundial de Rusia
En el ámbito deportivo, cuando Rubiales llevaba poco tiempo en el cargo, tomó su primera gran decisión al frente de la RFEF. Tras conocerse la noticia de que el seleccionador español para el Mundial de Rusia de 2018, Julen Lopetegui, firmaría con el Real Madrid tras el final del torneo, decidió despedirle a pocos días del arranque. Por lo que España disputó esa competición con el director deportivo de la selección, Fernando Hierro, como seleccionador nacional.
La decisión de Rubiales generó gran polémica, ya que dejaba sin entrenador a la selección española días antes de la mayor competición del mundo. Además, existía el precedente de Luis Aragonés, quien fue seleccionador español en la Eurocopa de 2008, y fue anunciado como nuevo técnico del Fenerbahce turco justo antes de las semifinales del torneo europeo, es decir, en plena competición.
Un informe desfavorable contra la profesionalización de la liga femenina
La RFEF, presidida por Rubiales, llegó a presentar un informe desfavorable al CSD sobre la profesionalización de la liga femenina de fútbol. "La RFEF ha sido 'enemiga' desde el principio porque la liga profesional se aprobó con su informe desfavorable", remarcó la presidenta de la Liga F, Beatriz Álvarez.
"No quería perder el control de esta competición y a partir de ahí es probable que ellos nos hayan visto como enemigos y nos han tratado de reventar este proyecto de todas las maneras para demostrar que efectivamente no ha sido correcto profesionalizar el fútbol femenino y que debería seguir probablemente bajo su estructura, pero no lo han conseguido ni lo van a conseguir", aseveró la dirigente.
La (otra) entrega de medallas de la vergüenza
No hace tanto tiempo, antes de ver a un Rubiales exultante durante la entrega de medallas de la Copa del Mundo, el presidente federativo protagonizó otra entrega de medallas en el fútbol femenino. A principios de este mismo año, las futbolistas que disputaron la Supercopa femenina tuvieron que recoger ellas mismas sus medallas de una mesa plegable.
La federación aseguró que "de acuerdo con los protocolos de premiación de la RFEF, y teniendo en cuenta tanto el elevado número de representación institucional, así como las infraestructuras para el acceso al palco desde el césped del estadio, el departamento de Protocolo decidió activar la ceremonia de entrega en el palco de la misma manera que se lleva cabo en la Copa del Rey: entrega de la Copa a la capitana del equipo campeón y entrega de medallas al equipo vencedor en césped/vestuario".
El Mundial femenino: de la alegría al bochorno
La histórica celebración del Mundial femenino obtenido por España hace unos días se vio opacada por el presidente federativo, quien con sus actos convirtió un momento de alegría en uno de bochorno internacional.
En la entrega de premios, el presidente besó sin su consentimiento a la futbolista Jennifer Hermoso, quien posteriormente declararía en un directo en redes sociales su incomodidad ante el momento. Esto provocó una oleada de críticas a nivel estatal e internacional, con la imagen de la Federación Española de Fútbol en horas bajas.
Además, pudo verse al presidente federativo agarrándose los genitales en el palco de autoridades tras la victoria de España, cargando a hombros a jugadoras e insultando a todo aquel que afease su conducta. Rubiales llegó a llamar "idiotas", "tontos del culo" y "pringaos" a los críticos por su beso a Jenni Hermoso.
Tras el clamor político y social, el presidente de la RFEF se ha visto obligado a presentar su dimisión este viernes en la Asamblea extraordinaria del organismo.