A la espera de los
anuncios del ministro de Economía, Sergio Massa, para aliviar el
bolsillo y paliar la situación económica que se agudizó tras las
PASO y la devaluación del 22 por ciento, economistas y sindicalistas cercanos al oficialismo proyectan que el gobierno debería avanzar en el pago de una suma
fija a los trabajadores registrados que oscile entre los 60 y los 75
mil pesos para frenar la caída del salario real y recuperar el poder
adquisitivo perdido en los últimos ocho años.
El debate por la suma fija
La discusión por
el pago de una suma fija es de larga data en el Gobierno de Alberto
Fernández. El tema quedó plasmado por primera vez en público a
finales de 2020, cuando la actividad comenzaba a normalizarse en
medio de la pandemia de Covid. En un acto que encabezaron el
Presidente, Cristina Kirchner y Massa en La Plata, la propia
vicepresidenta insistió en que se debía avanzar en una
redistribución más justa de los ingresos y recomponer los salarios
y las jubilaciones.
La insistencia de un sector del oficialismo por el pago de una suma fija continuó. La vicepresidenta fue enfática en varias ocasiones. “Se necesita una suma fija que vuelva a darle capacidad al salario”, reclamó hace poco menos de un año. Desde entonces, la principal preocupación de Cristina es el rumbo de la economía. El planteo nunca llegó a buen puerto: la ministra de Trabajo, Kelly Olmos, dijo en varias ocasiones que una suma fija chocaría con las paritarias y con el reclamo de un sector del sindicalismo.
Ahora, con una
inflación acumulada en los primeros siete meses de 2023 que supera
el 60 por ciento y luego de la devaluación del 22 por ciento
posterior de las PASO, el propio Massa dijo que habría suma
fija. Aunque aún no se conocen los detalles, economistas y
sindicalistas cercanos al gobierno plantean que no puede ser inferior
a los 60 mil pesos para recuperar el poder adquisitivo que perdieron
los trabajadores del sector formal en los últimos años.
Suma fija: de cuánto dinero debería ser
Hugo Yasky, líder
de la CTA – Autónoma, dijo a Página|12 que debería ser de $75
mil para recuperar el impacto que sufrieron los asalariados por la
devaluación del 14 de agosto, pero además para “levantar el piso
de los salarios y proseguir con las paritarias”. El además
diputado por el Frente de Todos dijo que tendría un efecto positivo
porque apunta a millones de trabajadores que están por debajo de la
línea de pobreza.
“No significa
que se clausuran las discusiones paritarias. Todo lo contrario.
Cuando Néstor Kirchner decidió recurrir a la suma fija produjo una
inyección que motorizó las paritarias, es un recurso extraordinario
para una situación extraordinaria como la que atravesamos”,
planteó Yasky, que indicó que la suma fija debe ser por igual para
todos los sueldos, sin importar el sueldo. “No puede ser una suma
simbólica”, planteó.
Según los datos del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA), perteneciente a la CTA, en los últimos ocho años el salario perdió un 22 por ciento para el sector privado, mientras que el Salario Mínimo, Vital y Móvil cayó 30 puntos.
Por su parte, el
economista Federico Zirulnik, del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz
(CESO), cree que para recomponer el salario promedio del sector
registrado a los valores de diciembre de 2019 se necesitaría una
suma fija de entre $60 y $70 mil, aunque sin contemplar el dato de
inflación de agosto, que las consultoras privadas ya proyectan por
encima del 10 por ciento.
“Es importante el pago de una suma
fija, porque por un lado ayuda a recomponer los ingresos reales y por
el otro tiene un impacto progresivo en los salarios, impacta
proporcionalmente más en los salarios más bajos”, analizó
Zirulnik en diálogo con este medio.
Dónde poner el tope, el interrogante de la suma fija
La otra discusión es si tendrá tope o
si la suma fija será por igual para todos los salarios. “Una
opción podría ser fijar el techo en el mínimo no imponible del
impuesto a las Ganancias”, señaló Zirulnik, aunque advirtió que
no cree que pueda ser tan alto. Hoy esa cifra es de $700.875 de
salario bruto. “En febrero de 2020 tuvimos un ejemplo concreto –
con el pago de una suma de $4.000 -, y los datos muestran que el
resultado fue positivo”, agregó.
Para Letcher, podría percibirlo el
total del universo de los trabajadores asalariados, lo que permitiría
equiparar la distribución entre capital y trabajo. “La suma fija
ayudaría a subir los salarios que en general tienen menos margen
para la discusión paritaria. Podría ser una herramienta útil en
este contexto”, señaló.