Gambaro - 7 puntos

Argentina, 2023

Dirección y guion: Jazmín Bazán

Duración: 77 minutos

Intérpretes: Griselda Gambaro, Cristina Banegas, Laura Yusem, Daniel Divinsky, Victoria Bazán, Pamela Melina Jury Dayán, Sofía Daniela Barra.

Estreno: Disponible en salas.

El árbol que cae en el bosque necesita que alguien lo escuche para dar testimonio de su estruendo. Esse est percipi. El principio del pensamiento del británico George Berkeley (“ser es ser percibido”) funciona como una puerta de entrada para pensar Gambaro, el documental de Jazmín Bazán sobre Griselda Gambaro, tal vez la autora viva más importante de la dramaturgia argentina. Una película que no solo indaga en el personaje y su trabajo, y en el vínculo que este tiene con la realidad, con su propia época, sino que, como buena parte de la obra de la protagonista, transita sobre el camino de las preguntas más que por el de las certezas, en busca de acreditar la importancia de esa obra. Un documental que atestigua que Gambaro (el árbol) sigue haciendo ruido a los 95 años.

“Está bueno que hagamos una película sobre vos, ¿no?”, le pregunta la cineasta a la escritora, que se demora un rato pensando. Con amorosa paciencia, la cámara registra su duda. “Puede ser, porque si hubiera habido una película sobre Olga Orozco me hubiera gustado verla”, responde por fin con genuina humildad. Y sí, está bueno que una película confirme que Gambaro y su obra existen. Porque “ser es ser percibido” y no hay un arte más completo que el cine a la hora de generar la experiencia de la percepción. Gambaro, el documental, no es otra cosa que una puesta en escena de la existencia de Gambaro, la dramaturga, y su obra.

Bazán no necesita de un gran despliegue para cumplir con su objetivo. Le alcanza con echar mano de un dispositivo clásico y usar el ingenio para, por un lado, encontrar formas novedosas de llevarlo a la pantalla. Y por otro, ilustrar los conceptos que se irán abordando sin caer en el ridículo de una poética forzada. De este modo, una charla en la casa de la protagonista se convierte en el eje del relato. En torno a él giran los testimonios de la directora teatral Laura Yusem, de la actriz Cristina Banegas y del editor Daniel Divinsky, todos vinculados desde distintas facetas con la obra de Gambaro. Como complemento, Bazán convierte algunas de las ideas que la protagonista aborda a lo largo de esa conversación en escenas dinámicas, en las que lo dramático y la danza contemporánea traducen las palabras en imagen y movimiento.

La película hereda de su protagonista la condición testimonial. “Agradezco los padres que tuve, porque me ubicaron en una clase social, en un modo de ver el mundo y comprender a los marginados”, dice Gambaro. Una afirmación que el documental se encarga de probar a través de fragmentos de sus obras que aparecen sobreimpresos. Constatar el vínculo íntimo que surge entre dichos pasajes y la realidad pone en evidencia el poder de esa mirada del mundo que, expresada a través del arte, acaba resultando fatalmente política.

La conciencia de clase como motor del hecho artístico reaparece a lo largo de este documental acerca de una escritora que no puede evitar pensar a su oficio desde una perspectiva obrera. “Escribir es como cualquier trabajo, es como hacer una mesa”, sostiene. “El carpintero tiene un diseño de esa mesa, busca la madera, la intenta hacer y le pasa el cepillo para que quede lista. Así trabajo yo con las palabras, con las ideas”.

Berkeley también usaba a la mesa para explicar la importancia de la percepción: “una mesa es una mesa porque la nombramos”, dice el filósofo, confirmando el enorme valor simbólico de las palabras. Sobre el final, directora y protagonista también discuten acerca de cuál sería el mejor nombre para una película sobre Griselda Gambaro. Berkeley mediante, queda claro que no hay ninguna palabra mejor que Gambaro para representar con ella a la mayor dramaturga argentina.