El FMI advirtió al Gobierno sobre la necesidad de no incrementar el gasto público en jubilaciones y salarios de empleados del Estado, ordenó no aflojar con la eliminación de subsidios y mantener a raya la expansión monetaria. Pero además, ya puso el ojo sobre el escenario poselectoral, al pedir que se desactiven los controles cambiarios, aplicar "reformas estructurales" en el sistema previsional y en las empresas públicas.
El FMI dio a conocer este viernes su Staff Report, el documento de fondo que subyace a la quinta y sexta revisión del Acuerdo en el marco del Servicio Ampliado para Argentina, que permitió que el país reciba el desembolso de 7500 millones de dólares en favor de las reservas del Banco Central, lo cual alivia el escenario financiero hasta fin de año. El organismo estima que la inflación del año cerrará en el 120 por ciento y que el PBI caerá un 2,5 por ciento.
El ministro de Economía, Sergio Massa, por un lado negocia con el organismo la aplicación del programa económico, un mal necesario en el cuadro del repago del crédito que vino a cubrir las obligaciones que generó el préstamo récord que se le otorgó a la administración de Mauricio Macri. Por el otro lado, critica públicamente al organismo: “la exigencia del FMI de pedirle una devaluación a la Argentina tiene impacto en la inflación”, dijo el ministro en relación al pedido del organismo de devaluar fuertemente el peso, que luego el Gobierno "moderó" hasta un 20 por ciento.
Desvío y presión
El Fondo relató que a partir de la sequía y una "débil implementación de políticas", "el programa se desvió significativamente: las reservas internacionales netas cayeron a niveles peligrosamente bajos y hubo períodos de mayor volatilidad en los mercados, que se reflejó más recientemente en incertidumbres políticas".
El organismo celebró las últimas medidas aplicadas por el Gobierno, en relación primero a la nueva versión del "dólar agro" junto al resto del paquete que compusieron la devaluación selectiva que se dio previo a las PASO, junto la reciente devaluación lisa y llana del peso, aplicada al compás de una nueva suba de la tasa de interés.
"El nuevo paquete de políticas busca reconstruir rápidamente las reservas y restablecer el orden fiscal a través de esfuerzos iniciales para realinear el tipo de cambio, así como políticas macroeconómicas más estrictas", dice el Staff Report.
Sin embargo, el FMI advierte que "la medida devaluatoria recientemente adoptada deberá ir acompañada de una firme implementación de políticas monetarias y fiscales estrictas". El informe señala que "durante el resto del año será fundamental reforzar los controles de gastos. En particular, es necesario actualizar las tarifas energéticas para reflejar mejor los costos de producción y abordar los desfases anteriores en los salarios y pensiones (debido a la moratoria y las bonificaciones)".
Puesto en números, el FMI reclama un ajuste del gasto del 11 por ciento entre agosto y diciembre de este año. Además, dice que el aumento real anual de los salarios del sector público no debería superar el 3 por ciento.
"Para proteger el gasto social y de infraestructura prioritario, incluido el gasoducto, también será necesaria una mayor racionalización de las transferencias a las provincias y entidades públicas y una mejor focalización de la asistencia social", sigue.
En cuanto a la posibilidad que negoció el Gobierno de intervenir en el mercado cambiario para evitar nuevas corridas contra los dólares paralelos, el Staff aclara que "las intervenciones en los mercados paralelos de divisas y de futuros se limitarán estrictamente a abordar únicamente las condiciones desordenadas del mercado y ayudar a orientar las expectativas sobre el tipo de cambio y la inflación".
Lo que viene
En relación al devenir de la economía nacional en los próximos meses, el FMI considera que desde la adopción de las últimas medidas cambiarias, "las reservas se han recuperado ligeramente, aunque las condiciones siguen siendo volátiles y será necesaria una implementación firme para salvaguardar la estabilidad, a pesar del ciclo electoral".
Además, advierte que "las presiones políticas y sociales antes de las elecciones podrían hacer que el programa vuelva a desviarse, ya que la combinación de políticas no logra orientarse lo suficiente hacia un ajuste subyacente y las restricciones y controles cambiarios continúan".
En cuanto a las perspectivas para el año que viene, el Fondo apunta a que "una consolidación fiscal más decisiva y ambiciosa debería ser el principal foco macroeconómico en el próximo período. Esto requerirá medidas estructurales que incluyan reducir los gastos tributarios, mejorar la estructura del complejo sistema tributario, abordar los subsidios energéticos aún cuantiosos, mejorar la sostenibilidad del sistema de pensiones, las transferencias discrecionales a las provincias y las empresas públicas". Asimismo, marca la necesidad de "racionalizar el complejo régimen cambiario actual".