El punto número uno de las reformas económicas que presentó Javier Milei en el programa de gobierno de La Libertad Avanza establece "una reducción drástica del gasto público". "Aspiramos a reducir gastos por 15 por ciento del PBI. Será la primera tarea a la que nos abocaremos en materia económica", sostiene la plataforma de esa fuerza política, publicada días atrás.

Qué significa y cómo repercute un ajuste de semejantes características en la vida cotidiana de millones de personas, sin embargo, queda diluido en las explicaciones del documento. Entre lo que allí dice y lo que viene exponiendo el propio Milei, la traducción del concepto "haremos un ajuste mucho más duro de lo que pide el FMI" se puede visualizar en los siguientes aspectos.

De acuerdo al presupuesto nacional, eliminar gastos en las áreas identificadas por los libertarios por el equivalente a 15 puntos del PIB obligaría a suprimir todos los subsidios a las tarifas de luz y gas (1,15 puntos), dando lugar a un tarifazo de proporciones, mucho más grave del que hizo en su momento el gobierno de Juntos por el Cambio.

Dejar de compensar los presupuestos de empresas como Aerolíneas Argentinas, Aysa o los ramales ferroviarios "ahorraría" 0,68 puntos. Las dos primeras, entre otras, serían privatizadas, mientras que para los trenes se anticipa un cierre masivo de ramales, como hizo el gobierno de Carlos Menem en la década del '90.

Terminar con la obra pública quitaría gastos por 1,6 puntos del PIB. En su lugar se propone generar estímulos para obras desarrolladas por el sector privado y un sistema de créditos a las familias para proyectos particulares. "El primer esquema es la eliminación total de la obra pública estatal, reemplazándola por un esquema de iniciativa privada a la chilena, con wayouts a la peruana e incentivos a la suiza", dice el documento libertario, sin mayores explicaciones ni detalles.

Cerrar el PAMI y transferir los afiliados a las provincias achicaría gastos en 0,7 puntos del PIB. Milei sugirió que su objetivo es transferir los 5 millones de afiliados de la mayor obra social del país a las provincias, sin considerar que el PAMI, con ese volumen de afiliados, puede fijar precios y mejorar la ecuación económica para el Estado y para los jubilados. La cobertura de medicamentos al ciento por ciento sería imposible de mantener en la propuesta de Milei para casi la totalidad de las provincias.

Algo similar ocurriría en otros aspectos del área de salud: quitar beneficios fiscales a las obras sociales, a las prepagas y los medicamentos sería equivalente a un ajuste del gasto estatal de 0,55 puntos del PIB, que tendría como consecuencia menores prestaciones y costos mucho más elevados para los afiliados.

Arancelar las universidades públicas, como pretende Milei, achicaría el gasto público en 0,48 puntos del PIB.

Cancelar los regímenes de promoción económica para las provincias, incluido el de Tierra del Fuego, serían 0,7 puntos del PIB. 

Disolver el instituto de apoyo al cine nacional, el Incca, solo representaría 0,01 puntos del PIB en menores erogaciones.

La suma de todas esas partidas, de acuerdo a lo verificado por el Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (CESO), representa apenas algo más de un tercio del ajuste pretendido por Milei, ya que alcanzaría a 5,87 puntos del PIB, frente a los 15 proclamados.

Ministerios

El cierre de once ministerios, como los de Ciencia y Tecnología, Cultura, Transporte y Mujeres, Géneros y Diversidad, que desaparecerían, más la fusión de otros, achicaría también el gasto, aunque la precisión de cuánto representaría el recorte debería aportarla Milei, en función de los programas o tareas que decida sacar de escena. 

Por ejemplo, el presupuesto de Transporte llega a 4 puntos del PIB este año, lo que incluye el subsidio a los pasajes de colectivos y trenes y la inversión en redes viales nacionales, provinciales y municipales. También contempla partidas para la renovación de aeropuertos, como la que se hizo en Ezeiza, y la recuperación de los ramales ferroviarios en distintas provincias. 

El Ministerio de Ciencia y Tecnología, a su vez, recibe recursos por el 0,34 por ciento del PIB, con los cuales financia a más de 12 mil becarios y 13 mil investigadores a través del Conicet, invierte en la construcción del reactor nuclear Carem con la Comisión Nacional de Energía Atónica y ejecuta proyectos en los segmentos espacial y satelital con la Comisión Nacional de Actividades Espaciales.

La Libertad Avanza también señaló en su plataforma que "avanzaremos en el cierre o privatización de todas las empresas públicas, Télam, TV Pública, Incaa e Inadi". En cuanto a los empleados que allí trabajan, solo menciona que "no echaremos a ninguno que sea de carrera del Estado", sino que "serán reasignados a áreas donde sí sean necesarios". Otra vez, las cifras exactas resultan una incógnita, como la suerte que correrán miles de trabajadores. En el gobierno de Mauricio Macri, la persecución a los empleados de múltiples reparticiones fue moneda corriente.

Provincias

La Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP) también realizó un ejercicio con algunas simulaciones de recorte de gastos para cumplir lo que pretende Milei. Eliminar las transferencias corrientes a las provincias, las transferencias corrientes a las universidades públicas, todos los subsidios en tarifas, la inversión en infraestructura y el presupuesto de todo el Ministerio de Salud representaría solo 5 puntos del PIB. Como se señaló más arriba, Milei asegura que se requiere un ajuste de 15 puntos.

Otro aspecto a considerar es que la plataforma libertaria también señala que se eliminarán las retenciones a las exportaciones agropecuarias y del resto de los sectores, lo que achicará la recaudación fiscal. "Una vez reducido el gasto público bajaremos impuestos con la intención de eliminar el 90 por ciento de los tributos actuales, que solo tienen un impacto de alrededor de 2 puntos del PIB en términos de recaudación pero que entorpecen el funcionamiento de la economía", señala.

Federico Zirulnik, economista del CESO, advierte que la magnitud del ajuste que sugiere Milei generaría un cuadro recesivo que agravaría el problema fiscal, ya que la caída de la recaudación sería más que proporcional al recorte de partidas. "El discurso es casi calcado al de la década del ’90, con el agregado de la medida extrema de la dolarización, que en ese momento quedó acotada a la convertibilidad. Eliminación de retenciones, quita de aranceles a las importaciones, privatización de empresas públicas, ajuste fiscal. Es un modelo que nos llevó a la ruina y terminó en la crisis de 2001", recuerda el especialista. Milei dice que lo quiere reeditar.