El falso abogado Marcelo Sebastián D’Alessio deberá sentarse en el banquillo el próximo 12 de septiembre. Ese día comenzará en los tribunales de Comodoro Py el juicio por la organización que lideró durante el gobierno de Cambiemos que estuvo orientada a espiar, extorsionar y a maniobrar en causas judiciales. El gran ausente del proceso será el fiscal federal Carlos Stornelli, compinche de andanzas de D’Alessio.
D’Alessio se presentaba como abogado, como integrante de la Agencia Antidrogas de los Estados Unidos (DEA), como un agente de la Embajada de Estados Unidos o como un jerarca de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Ninguna de esas credenciales se pudieron acreditar, pese a que quedó bien claro que tenía terminales en los servicios de inteligencia, en el Ministerio de Seguridad que lideraba Patricia Bullrich y en el Ministerio Público Fiscal. Ahora, en los registros judiciales aparece únicamente como “consultor”.
Preso hace cuatro años y alojado actualmente en el penal de Ezeiza, D’Alessio deberá sentarse ante el Tribunal Oral Federal (TOF) 8 para responder a las acusaciones de que lideró una asociación ilícita que reunía información ilegalmente, que contaba con armas y con elementos propios de los espías y que incluso lavaba dinero. Llega con una condena en su haber: en 2021, fue condenado a cuatro años de prisión por el TOF 2 de Comodoro Py por haber extorsionado al empresario Gabriel Traficante, a quien conocía del country Saint Thomas de Canning.
Con D’Alessio estarán en el banquillo varios de los integrantes de su banda. No será parte en el proceso Juan Ignacio Bidone, quien, al ser fiscal de Mercedes, le proporcionaba información que únicamente podía acceder alguien que pertenecía al sistema de justicia. Pero sí estarán Rolando “Rolo” Barreiro, un exintegrante de la AFI que actuaba con D’Alessio, y Ricardo Bogoliuk, un excomisario que estuvo a cargo de la Base Ezeiza del llamado “Proyecto AMBA” que implementó la AFI de Gustavo Arribas para hacer espionaje político en la provincia de Buenos Aires.
D’Alessio deberá responder, entre otros casos, por la extorsión al empresario Pedro Etchebest, a quien le pidió 300.000 dólares para no involucrarlo en la causa de los “Cuadernos”, que tramitaba en manos de Stornelli y Claudio Bonadio. En enero de 2019, Etchebest denunció las presiones de D’Alessio ante el juez federal Alejo Ramos Padilla. Lo hizo después de que D’Alessio lo llevara a Pinamar para que presenciara un encuentro con Stornelli en el balneario CR.
La denuncia de Etchebest en el juzgado federal de Dolores sirvió para destapar un verdadero escándalo sobre cómo operaban los servicios de inteligencia –de forma orgánica o inorgánica– durante la era Cambiemos en connivencia con sectores de la justicia. Antes de que lo condenaran en el caso Traficante, D’Alessio despotricó contra Stornelli por haberlo tratado de “loquito” y contra Bullrich por haber dicho que le escribía al teléfono que usaba el nieto.
El falso abogado no tuvo la misma suerte que Stornelli. A él sí lo juzgarán por otros casos que tuvieron como protagonista al fiscal: la cámara oculta que quisieron hacerle al abogado José Manuel Ubeira y la "cama" que planificaron contra Jorge Cristian Castañón, el exmarido de la actual esposa de Stornelli.
En mayo de este año, Julián Ercolini –el juez que se quedó con todas las causas de espionaje que tramitaron en Dolores – le dictó una falta de mérito a Stornelli por los casos Ubeira y Castañón. Antes, la Cámara Federal porteña ya había salido en su auxilio al decir que el fiscal y el falso abogado no habían maniobrado juntos en la causa sobre el Gas Natural Licuado (GNL), que es el expediente que les permitió a Stornelli y Bonadio quedarse con la causa de los “Cuadernos”.
Además de D’Alessio, Barreiro, Bidone y Bogoliuk, Ercolini elevó a juicio al prefecto Franco Pini –que revisaba las bases de Migraciones de, entre otros, el supremo Carlos Rosenkrantz--, el excomisario Norberto Aníbal Degastaldi, Aldo Sánchez, Pablo Bloise, Marcelo Patricio González Carthy de Gorriti y Mariano Díaz.