El miércoles se disputó en la localidad de Ayacucho una instancia regional de los 32º Juegos Bonaerenses. A los organizadores, sin embargo, les llamó la atención ver que, entre los distritos, no se encontraba la delegación de Cultura de Mar del Plata que había clasificado a esta etapa. La explicación que después llegó del municipio rozó el absurdo: pensaban que la competencia era el jueves y no el miércoles, por lo que no tenían contratado ningún micro de traslado para la fecha que realmente correspondía.
Esta historia es la que desató el escándalo político de la semana en la ciudad balnearia. Lejos de quedar como una anécdota, el error que de un momento a otro echó por tierra la ilusión de competir de casi medio centenar de participantes tuvo fuerte repercusiones y expuso las carencias del secretario de Cultura, Carlos Balmaceda, quien supo acumular numerosas críticas desde el inicio de la gestión de Guillermo Montenegro.
“A nosotros siempre nos dijeron que la etapa regional de los Bonaerenses iba a ser el jueves 24 a las 9 en Ayacucho pero el mismo miércoles recibimos un mensaje de Cultura en donde nos explicaron que el director se equivocó, que en realidad la competencia era el miércoles así que como no asistió nadie quedó toda la delegación afuera”, explicó a Página/12 la mamá de una nena que llegó a clasificar para solista en canto y que soñaba con llegar a la anhelada final provincial.
El bloque de Unión por la Patria se encargó de dar una pronta repercusión a los hechos. A través de las redes, concejales opositores repudiaron la situación. “Tenían que contratar un micro para que viaje la delegación de Mar del Plata a los Bonaerenses y se equivocaron de día. Los descalificaron sin poder competir. Mar del Plata está abandonada por funcionarios que no tienen la cabeza puesta acá”, acusó Mariana Cuesta.
Y durante la tarde del jueves, el intendente Montenegro decidió tomar cartas en el asunto: sin dar muchas vueltas, pidió la renuncia a Balmaceda y al resto de la planta política del área de Cultura, que incluye al director general, Christian Rabe, el director coordinador, Damián Arregui, y el director general de bibliotecas, Julio Neveleff.
Una salida anunciada
La repentina salida de Balmaceda no sorprende. En su paso por el municipio de General Pueyrredon, el autor de La plegaria del vidente fue blanco de un sinfín de cuestionamientos. Una constante desde que empezó la gestión fue la necesidad de cubrir los cargos vacantes en la Orquesta Sinfónica Municipal, un ícono de la cultura marplatense. La problemática más latente se asociaba a la demora en la convocatoria a concursos para llenar las vacantes generadas por la salida de distintos músicos.
Dentro de los reclamos contra el escritor también aparece, curiosamente, la postal de la deteriorada biblioteca municipal Leopoldo Marechal, de 25 de Mayo y Catamarca. En mayo de este año, distintos sectores realizaron un abrazo simbólico para visibilizar el abandono de las instalaciones, la falta de personal y la grave situación que afecta a los espacios dedicados al teatro, en donde se reconocieron goteras y falta de calefacción.
Tampoco falta en la lista la Hemeroteca municipal, el espacio que funciona en el corazón del Museo Histórico de la Villa Mitre y que mantiene viva la memoria marplatense. Allí se reúnen ejemplares de diarios nacionales de circulación vigente, y otros que forman parte del acervo histórico y ya no se publican, como El Progreso, El Trabajo o La Mañana. Es la única fuente de acceso público que existe en la ciudad desde 1939 y por eso atrae a estudiantes, docentes, investigadores, profesionales y público en general. Lo curioso es que, a pesar de su larga historia, nunca contó con una sede propia.
Durante la gestión de Balmaceda, la Hemeroteca permaneció ajena al organigrama municipal, por lo que aún no tiene asignado presupuesto ni puede realizar gestiones para conseguir financiamiento externo para su desarrollo. Además, sus referentes denunciaron en el Concejo Deliberante que en el último tiempo perdieron la oportunidad de acceder a un fondo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), que hubiera permitido la construcción de un edificio propio.
¿Habrá solución?
Ya con la renuncia de Balmaceda sobre la mesa, Montenegro se reunió este viernes por la tarde con gran parte de la delegación marplatense de Cultura que quedó eliminada de los Juegos Bonaerenses. El intendente pidió disculpas, les dio su teléfono a las familias y asumió el compromiso de revertir el error lo antes posible. El intendente baraja como alternativa dos soluciones pero sabe que ambas opciones están condicionadas a la voluntad de la gobernación de Axel Kicillof de acceder a hacer una “excepción reglamentaria” para garantizar la continuidad en el certamen de competidores marplatenses.
Una de las alternativas podría ser que los representantes locales se enfrenten a otro distrito que todavía no haya competido para definir el pase al final. La otra solución sería que la delegación pase directamente a la última instancia y, de esa forma, en la final habría 17 equipos en vez de 16, como suele ocurrir, según pudo confirmar este medio.
“Guillermo va a hablar con el gobernador o con quien tenga que hablar para que esto se pueda resolver de alguna forma. Está dispuesto a asumir el costo político con tal de que nadie se quede afuera de los Bonaerenses. Esa es su principal preocupación hoy”, aseguraron en el Ejecutivo marplatense.