Tras el escándalo por el robo al Museo Británico, que derivó en la dimisión de su director, Hartwig Fischer, el presidente de la prestigiosa institución cultural, George Osborne, informó este sábado son alrededor de "2.000 las obras sustraídas". La investigación del caso apunta contra un ex empleado que trabajó en el lugar hasta hace una semana.
En declaraciones a la radio BBC, el ex ministro conservador indicó que desconocía el número exacto de piezas robadas, pero estimo que podrían tratarse de "unas 2.000". Aunque "es una cifra muy provisional", agregó.
Entre los artículos desaparecidos se destacan pequeñas obras no expuestas de la reserva del museo y algunas sin catalogar. También desapareció joyería de oro, piedras semipreciosas y cristales de colecciones que abarcan desde el siglo XV antes de la era cristiana hasta el XIX d.C..
No obstante, Osborne afirmó que el museo había empezado a "recuperar algunas de las piezas robadas, lo cual supone un rayo de esperanza".
Museo Británico: un arqueólogo bajo sospecha
Poco después de que se hiciera pública la denuncia por el hurto al emblemático museo, que atesora de algunas de las colecciones arqueológicas más importantes del mundo, los medios británicos señalaron a un posible sospechoso: un ex empleado de la institución cultural.
A quien apuntan como el presunto culpable de la desaparición de objetos es el arqueólogo Peter Higgs, de 56 años, que trabajó durante tres décadas como experto en el área de Grecia Antigua del museo, aunque su familia ha defendido su inocencia. La policía de Londres dijo el jueves que un hombre había sido interrogado, pero hasta el momento no hubo detenciones.
El museo anunció el pasado miércoles el despido de Higgs tras comprobar que varias piezas de sus colecciones habían sido robadas o dañadas. Según explica el museo de Londres en un comunicado, el caso está siendo investigado por el departamento de Delitos Económicos de la Policía Metropolitana.
De acuerdo con Osborne, las piezas no estaban a la vista del público, sino en colecciones abiertas únicamente a académicos e investigadores, y aclaró que desaparecieron de los almacenes del museo durante un largo periodo de años. Algunas de ellas aparecieron a la venta en páginas de internet ya en 2016, según reveló.
La mayoría de los objetos eran pequeñas piezas guardadas en un almacén perteneciente a una de las colecciones del museo, y los objetos concernidos incluyen piezas de orfebrería y piedras semipreciosas, algunas de las cuales remontan al siglo XV antes de la era cristiana. Ninguna de las piezas había sido expuesta al público recientemente y se conservaban principalmente con fines académicos y de investigación.
Obsorne aseveró que el museo "debe acelerar el proceso que ya está en marcha para establecer un inventario completo". Asimismo, lamentó que la noticia de los robos "dañó la reputación del Museo Británico", lamentó Osborne.
"Creemos que hemos sido víctimas de robos durante un largo período de tiempo y, francamente, se podría haber hecho más para evitarlo", apuntó.
El historiador alemán Hartwig Fisher, director del Museo Británico, anunció este viernes su dimisión con efecto inmediato al considerar que la institución "no respondió de una manera tan completa como hubiera debido" a las alertas que comenzaron a aparecer en 2021 sobre el extravío de objetos de los almacenes de su sede londinense.
Museo Británico: historia y relevancia
Fundado en 1753, el Museo Británico cuenta con una colección de unos ocho millones de objetos, entre los que se incluyen objetos milenarios del antiguo Egipto, de las civilizaciones a lo largo de la Ruta de la Seda o de Grecia y Roma.
La institución es conocida es mundialmente por incluir en sus colecciones piezas como la Piedra de Rosetta (fragmento de una estela egipcia que permitió descifrar los jeroglíficos a inicios del siglo XIX) y los Mármoles del Partenón.
En los últimos años el establecimiento enfrenta una fuerte presión para restituir objetos que enriquecieron sus colecciones durante la época del Imperio Británico, lo que incluye una de sus piezas más preciadas, los mármoles del Partenón.
El gobierno británico afirma que estos fueron "adquiridos legalmente" en 1802 por el diplomático británico Lord Elgin, que las revendió al Museo Británico. Sin embargo, Grecia sostiene que fueron objeto de "saqueo" cuando el país estaba bajo ocupación otomana.