Maximiliano Pullaro se muestra ya como gobernador y opera como si las elecciones del 10 de septiembre fueran un trámite administrativo. Los votos de las PASO lo respaldan, pero en política -y en nada- nunca hay que festejar cuando la moneda está en el aire. El candidato a gobernador de Unidos para Cambiar Santa Fe le pidió al gobernador Omar Perotti que retire los pliegos de fiscales y defensores que ya había remitido a la asamblea legislativa para su tratamiento, después de que los postulantes cumplieron rigurosamente con exámenes y entrevistas de rigor con los diputados y senadores provinciales miembros de las comisiones específicas. Perotti se negó y dejó que sea la asamblea la que resuelva. Allí con mayoría de radicales y socialistas tomaron la decisión en el filo de lo que institucionalmente corresponde: Aprobaron sólo los pliegos de los postulantes que venían subrogando en distintos puestos del Ministerio Público de la Acusación (19 en total) y rechazaron los nombramientos del resto, 29 concretamente.

Perotti ni nadie del gobierno dijo nada, pero el principal adversario de Pullaro en las elecciones hizo escuchar su furia. “Quieren militantes, quieren de los propios, obedientes; no les interesa la justicia imparcial", lanzó Marcelo Lewandowski. Y aseguró que “ya llenaron el MPA, en su momento, de militantes antes de irse del gobierno. Hay cosas que no hay que dejarlas pasar, hay cosas que han ocurrido en esta provincia y son muy graves”. Lewandowski apeló a la “familia judicial”, los distintos colegios y asociaciones a que se expresen ante “semejante atropello”. Pero por ahora el silencio es total.

El senador nacional apuntó también a lo que cree es el objetivo de máxima de la oposición en caso de llegar a la Casa Gris: “Quieren quedarse con todo. Quieren tirar por la ventana a los jueces de la Corte y quedarse con una Corte adicta; quieren quedarse con las Cámaras; quieren presentar una reforma constitucional a medida”. Lewandowski sugirió que "se puede ir por el asfalto o por la banquina". "A mí me gusta ir por el asfalto", sentenció.

Pullaro salió rápido del debate político y se escondió detrás de cuestiones técnicas. Justificó que no haya más nombramientos en la justicia porque falta planificación. Y dijo que no sólo había que nombrar más fiscales sino también empleados para esos fiscales y aseguró que mientras algunos miembros del MPA van a dos audiencias por día otros tienen una audiencia cada 20 días.

Lo cierto es que el Ministerio Público de la Acusación fue una creación de los gobiernos del extinto Frente Progresista en el marco de la reforma penal de 2014. El cambio trajo muchas cosas buenas, celeridad en las investigaciones y conducción del objeto de persecución penal: todas cuestiones que le faltan hasta hoy a la justicia federal, por ejemplo. Pero también trajo de lo otro, padrinazgos políticos y pretensiones de utilización del organismo para direccionar determinadas cuestiones. En el mandato que está por terminar el peronismo nunca pudo hacer pie en el MPA ni para modificar esas cuestiones, ni siquiera para morigerarlas.

Muy interesadamente ancló la idea de que el peronismo es siempre quien atropella la institucionalidad, cuando al menos en Santa Fe, nadie está libre de pecados.

El resultado de la asamblea legislativa de esta semana adelanta una transición que puede ser espejo de la que se dió en 2019 entre Miguel Lifschitz y Perotti. Desgastante, larga, sin acuerdos y llena de desconfianzas. El actual gobernador no se olvidará jamás de que tuvo que asumir con un presupuesto aprobado y acordado entre dirigentes del Frente Progresista y un sector del peronismo demasiado cómodo con su rol de oposición prebendaria y con claros deseos de condicionar su llegada al poder para seguir obteniendo beneficios.

Pero mientras tanto, Perotti cumplió con su palabra después de las PASO de inaugurar una obra por día mientras lo permitió el reglamento electoral. Y lo hizo junto a Lewandowski, en acueductos, gasoductos, escuelas, entrega de viviendas y obras de infraestructura vial a lo largo y a lo ancho de toda la provincia. El mandatario está convencido de que este perfil es el que puede atenuar las graves consecuencias de la violencia criminal de Rosario, donde demasiado tarde se comprendió que se estaba ante un fenómeno difícil de revertir pero con posibilidades de cercarlo como sucedió en los últimos meses.

En estos días la policía santafesina demostró que aún puede arrancar adhesiones de algunos sectores de la sociedad. El accionar de la fuerza en los robos organizados contra comercios en Santa Fe y Rosario fue elogiado por las propias víctimas. Rápida respuesta y acción profesional se combinaron en un comando que ponía mucho en juego teniendo en cuenta las sospechas de posibles hilos políticos detrás de los atracos organizados por whatsapp. Y un ministro, Claudio Brilloni, que logra apaciguar a todos con su comportamiento como funcionario y su conocimiento técnico de la compleja problemática. Ahora todos se preguntan qué hubiese pasado si Perotti hubiese encontrado a Brilloni desde el principio de su mandato. Obvio, son preguntas contrafácticas.

Pases profundos y al pié

El peronismo santafesino acelera y trata de luchar contra los rincones menos iluminados de la administración provincial, pero también de la nacional. Si bien el ministro Sergio Massa no hizo una gran elección en la provincia como candidato a presidente de Unión por la Patria, su presencia en el territorio siempre es relevante por las expectativas que hay puestas en su persona en la disputa nacional y en los frentes extranjeros en lo que se desempeña.

Y en estos días lo dijo claramente en la sede de la empresa de transporte Rosario Bus en Villa Gobernador Gálvez, donde al hablar de seguridad y de la lucha para pacificar la región aseguró que se comprometía a hacerlo “con Marcelo Lewandowski”, pidiendo públicamente el voto para ambos. Perotti, como también es candidato, usó su carta para reclamarle al ministro que hable con sus colegas y envíen más refuerzos de tropa y presupuestarios para la inseguridad en la provincia. Después de todo, el gobernador demandó tanto al gobierno de Alberto Fernández como lo hizo Pablo Javkin desde Rosario. Eso sí, desde nación no creen que Perotti haya hecho demasiados gestos políticos favorables hacia la administración central donde creen tener saldo a favor a la hora de las contraprestaciones. 

Avancemos Juntos sabe que tardó demasiado en lidiar con sus cuestiones internas y que la estrategia de decantación que utilizó Perotti para llegar a tener un candidato con posibilidades, insumió un desgaste notable. Pero ahora hay una campaña más seria y profunda, sin escándalos, con denuncias puntuales y sobre todo con ejes visibles. Uno de ellos es el acierto de Lewandowski en mostrar planes de vivienda posibles para los trabajadores. Un drama provincial del que casi no hablaron otros candidatos y además en medio de un debate nacional sobre la ley de alquileres en la que los diputados santafesinos de la oposición apostaron claramente por la parte más fuerte de las relaciones inmobiliarias.