Junto con el refuerzo de la Tarjeta Alimentar y los bonos para quienes cobran un Potenciar Trabajo, anunciados por Sergio Massa este domingo, el ministerio de Desarrollo Social se comprometió a regularizar el envío de insumos a los comedores populares. La llegada de alimentos a las organizaciones sociales es el mayor problema irresuelto en la gestión de la ministra Victoria Tolosa Paz, un tema que en los últimos meses se vio afectado tanto por el ajuste en los gastos del Estado como por las graves dificultades del ministerio para concretar las licitaciones públicas. “Algunos de nuestros comedores no reciben alimentos hace cinco meses, a otros no llegan hace dos y a los que sí les mandaron les llegó un 40% de lo acordado”, describió ayer Eduardo Belliboni. La situación no sólo fue denunciada por los dirigentes de la opositora Unidad Piquetera: también el titular de la UTEP, Esteban “Gringo” Castro, venía haciendo pública la crisis de los comedores comunitarios. A mediados de la semana, mientras Economía definía las medidas para compensar los efectos de la devaluación, Desarrollo Social recibió a dirigentes de la UTEP y el viernes comenzó a mandar a algunos de sus comedores camiones con alimentos secos. Por otra parte, el ministerio les anticipó que reforzará las transferencias a los 4.500 comedores del programa Abordaje Comunitario, que depende de fondos de Naciones Unidas.
La reunión entre el titular de la UTEP y Tolosa Paz -también estuvo presente el secretario de Economía Social Emilio Pérsico- se concretó el día después de que hubo robos en grupo a supermercados en algunos municipios del Conurbano.
También hubo conversaciones entre funcionarios del ministerio y la Unidad Piquetera, que decidió mantener su jornada de protesta -el jueves- tras evaluar que “pese a la buena voluntad expresada, quedaban muchas imprecisiones” sobre cómo y cuándo se normalizará la asistencia con mercadería.
En concreto, Desarrollo Social aseguró que se pondrá al día con el envío de insumos y aumentará los fondos enviados directamente a los comedores.
Las conversaciones incluyeron el paquete de medidas anunciadas este domingo por el ministro de Economía, que se informan en una nota aparte; quienes cobran el salario social complementario (Potenciar Trabajo) recibirán dos bonos de 10 mil pesos mensuales, en septiembre y octubre. Massa anunció también refuerzos en la Tarjeta Alimentar, que perciben las titulares de la AUH, de 10 mil pesos (para familias con un hijo), 17 mil (dos hijos) y 23 mil pesos (tres hijos). Serán dos cuotas mensuales y luego la Tarjeta tendrá un 30% de incremento en su monto.
Política Alimentaria
La política alimentaria del gobierno nacional tiene dos vías de ejecución: la de transferencias (Tarjeta Alimentar para las personas, pero también hay tarjetas para algunos comedores) y el envío de alimentos. Sin embargo, a la cartera le sigue ocurriendo que las licitaciones para la compra de alimentos se caen sin que haya oferentes, porque los grandes proveedores plantean que entre la inflación y los tiempos del Estado para pagar pierden dinero: no aceptan mantenerse en la franja de precios que el Estado puede ofrecer sin arriesgarse a ser denunciado por el pago de sobreprecios.
Por otra parte, en los primeros seis meses del año las Políticas Alimentarias, en el marco de los ajustes pedidos por el FMI, tuvieron un recorte de casi diez puntos, según informó la Oficina de Presupuesto del Congreso. Esto termina de explicar por qué se están quejando tanto en los comedores de movimientos opositores como oficialistas.
“Esto nunca había pasado. En los últimos siete meses, en el mejor de los casos, llegaron alimentos en cuatro oportunidades: nunca había ocurrido que se incumpla así con la asistencia alimentaria. A todas las organizaciones nos pasó, porque por un lado hay problema de ajuste, de que el ministerio de Desarrollo Social recortó gastos, y por el otro tuvieron problemas con las licitaciones. Pero hace mucho que tienen problemas para licitar y no lo resuelven. Nosotros presentamos a través de nuestra diputada Romina del Plá, la semana pasada, un proyecto para que el Estado compre alimentos en forma directa, que Unión por la Patria en su mayoría no apoyó, y (el exministro de Desarrollo Social, Daniel) Arroyo también está presentando un proyecto similar, con lo que es claro que el problema se puede resolver, pero no existe voluntad de hacerlo”, señaló Belliboni.
El Estado tiende a compensar sus dificultades para comprar alimentos fortaleciendo la Tarjeta Alimentar o la asistencia con fondos a los comedores: el mecanismo de transferir fondos es mil veces más sencillo que el de abastecimiento con mercadería.
Sin embargo, desde las organizaciones sociales aseguran que el efecto no es el mismo. “En los comedores hay organización comunitaria y eso da una contención más integral, porque son lugares donde te encontrás con el otro. En medio de la crisis, el comedor abarata el acceso a la comida más que la Tarjeta, porque con la tarjeta la familia puede comprar alimentos, pero no tiene gas. Cuando superás la crisis, los comedores se convierten en centros culturales o espacios para dar respuestas a otras necesidades, que no se terminan con resolver qué comés. Es una lógica que el Estado no entiende, por más que les expliques no comprenden cómo se vive en los barrios”, indica por su parte Castro, el titular de la UTEP.
¿Se desactivan con estos anuncios los reclamos callejeros? En la Utep suspendieron las movilizaciones que habían anunciado algunas de sus organizaciones. En la Unidad Piquetera van a esperar hasta mitad de la semana para, si no ven avances, reclamar una reunión con la ministra Tolosa Paz, como paso previo a otra jornada de protesta.
Una red amplia
Aunque los robos organizados a los supermercados pusieron en alerta a gobierno y movimientos sociales, la impresión que quedó es que no hay un escenario de estallido social. “Hubo una voluntad de la gente de no saquear, pero eso es muy finito. Estuvo difícil, la verdad. No podés garantizar que los saqueos no ocurran si no garantizas la llegada de comida”, dice un referente que la semana pasada recorrió las zonas más críticas.
En el gobierno no ven una situación parangonable al 2001. Hoy el país tiene una red de asistencia alimentaria que entonces no existía: el Estado nacional tiene la Tarjeta Alimentar, el Servicio Alimentario Escolar el programa PNUD, que asiste a 4500 comedores comunitarios.
Al Conurbano también llegan los programas de la gobernación bonaerense. “Después de la pandemia, por indicación del gobernador Axel Kicillof, como continuidad de la asistencia alimentaria creamos el programa MESA Bonaerense, por el que 2 millones de chicos y chicas, además de recibir el servicio alimentario escolar, se llevan a su domicilio un módulo de almuerzo y colación”, señaló ayer el ministro de Desarrollo de la Comunidad, Andrés Larroque, entrevistado por Romina Manguel en A confesión de parte. La provincia entrega además bimestralmente 10 millones de kilos de alimentos a través de municipios y organizaciones sociales.
“La situación es compleja, pero trabajamos para contenerla con un esfuerzo presupuestario inusitado y un nivel de cobertura que no tiene precedente”, aseguró Larroque.