No cabe duda que tienen el mismo espíritu emprendedor que su jefe político, el ministro de Modernización del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Andy Freire, actualmente de licencia como primer candidato a legislador porteño por la alianza oficialista Vamos Juntos. Con mucho tiempo libre hasta que el Parque de la Ciudad defina su futuro a través de un concurso público, su director –dependiente del Ministerio de Modernización– Enrique Aubeyzon y sus dos asesores, el abogado
Juan Lozada Olmedo y el arquitecto Damián Di Salvo, pasan parte de su jornada laboral jugando al golf en el vecino Golf Club José Jurado. Aunque los trabajadores del Parque denunciaron a PáginaI12 que los funcionarios habrían conseguido su ingreso a los links y el comedor del golf privado con la cesión de un grupo electrógeno perteneciente al Parque y destinado a la villa olímpica. La indignación de los trabajadores alcanza también al “uso privado” que los funcionarios harían de los modernos vehículos del Parque y su impericia al volante, por la que –según sostienen– acumulan casi 40 mil pesos en multas.
“En el camino emprendedor, el único fracaso es no haberlo intentado, así que no te preocupes por el mañana y ocupate del hoy. Este mundo necesita gente que ame lo que hace, tenga grandes sueños y se anime a dar el salto. Trabajá en equipo, esforzate mucho, mejora cada día y siempre tené presente que al final, más importante que llegar es disfrutar el camino. Hacé que las cosas sucedan. ¡Adelante Emprendedor!”, dice la portada de la página web del ministro porteño bajo el título de “emprendedurismo”. Un criterio que utilizó en el “armado de su equipo de gestión”. Aunque el espíritu emprendedor de sus funcionarios no distingue público de privado.
Freire está de licencia por la campaña electoral y a cargo del ministerio quedó Pablo Giampieri, el subsecretario de Desarrollo Económico. Pero los trabajadores del Parque de la Ciudad no dudan en señalar a los funcionarios denunciados como “hombres de Freire”.
El Parque de la Ciudad abre sus puertas solo sábados, domingos y feriados desde la mañana hasta que cae la tarde. Poco por tratarse de un espacio público que solo ofrece baños y su alta torre como mirador de la Ciudad. Tampoco es mucho el tiempo que le dedican los funcionarios del área, más allá del control de los trabajadores que mantienen el parquizado y edificios. Al menos hasta que el concurso público defina su futuro, cuyos proyectos se darían a conocer en la Bienal Internacional de Arquitectura BA17, que se realizará en octubre próximo en la Usina del Arte.
En tanto, su director general, Enrique de Aubeyzon, y sus asesores Lozada Olmedo y Di Salvo encontraron, de acuerdo a la información que proporcionan los trabajadores, en qué ocupar parte de su tiempo jugando al golf en un club privado vecino del que lo separa la avenida Escalada, aunque su entrada principal esta por avenida Roca. Un deporte que el abogado cordobés despuntaba en su provincia, con clasificaciones en torneos locales. El acceso privilegiado de los funcionarios a los links, según los trabajadores del Parque, fue con aporte muy particular: un grupo electrógeno Caterpillar modelo SR-4, valuado en 600 mil pesos, que pertenece al Parque y que ahora utiliza el Golf Club José Jurado.
El grupo estaba destinado a la denominada subestación 2 donde ahora se construye la villa olímpica. Pero como el grupo no funcionaba bien, también le habrían proporcionado un repuesto: una bomba inyectora que pertenecía a un grupo electrógeno similar de la subestación 11. Los trabajadores denunciaron ante este diario que el traslado se realizó en “forma sigilosa y sin ningún papel o documento oficial que avale su traslado y su destino”.
La actitud de los funcionarios había llamado la atención de los trabajadores. Con poco por hacer utilizan los vehículos del Parque, una camioneta VW Amarok patente KTK 238 y un utilitario Peugeot Partner patente FHA252, “como si fueran los propios”, “con el combustible destinado al Parque” y “con largos e inexplicables viajes”. “Algo que está prohibido. Por normativa, los vehículos no pueden salir de la Ciudad”, dijeron a este diario. Los datos surgen de la propia impericia para conducir de los funcionarios. La Amarok acumula 27.500 pesos de multas de distintos municipios del conurbano y otras ciudades. La Partner otros 9 mil.