Víctor Hugo Morales contó este lunes una anécdota inédita que lo vinculó, una vez más, con el mundo de Diego Maradona. Lo hizo el recordar una escena de sus últimas vacaciones y tras recomendar la lectura del libro o “La mano de Diego”, de Micaela Domínguez Prost, reseñado en una nota del periodista Emanuel Respighi. Allí, al final del relato, reflexionó: “Diego es mi vida”.
La anécdota de Víctor Hugo con Maradona
Yo estaba en Roma, pero entre muchas charlas me hice una escapadita a un lugar que me provoca deslumbramiento, se llama San Felice Circeo. Está a una hora y media de Roma.
Pero, no es fácil encontrar dónde estacionar. Empezamos a dar vueltas. Al final, mi señora entró porque yo hacía el programa desde el auto, a ver si podía conseguir Wi-Fi para la computadora.
Cuando llega explica, pero la escuchan hablar como argentina y sale la charla. El hombre le empieza a contar de su relación con Argentina. El hombre se llama Fabricio. Escribe para Federico Buffa, gran periodista italiano, para obras de teatro, y sabe todo de Argentina.
Es un gran amigo de Ezequiel Fernández Moores, gran amigo de Andrés Burgos. Conocedor de Ariel Scher y gran amigo, en distancia, del "Negro" Fontanarrosa.
Entonces, cuando Fabricio dice que le gusta mucho el fútbol, mi esposa le pregunta si conoce de Diego y me nombra.
En ese momento se solucionó todo. Porque en frente del restaurante que tiene está su hotel. Entonces pudimos estacionar y en frente lo teníamos todo.
Yo digo: Diego es mi vida. Bastó nombrarlo a Maradona para que pasara algo. Y justamente había leído la nota de Emanuel Respighi de cómo Maradona te da una mano.
Me emociona. Porque Fabricio es un amigo de la Argentina. Hincha de Rosario Central por Fontanarrosa. Un argentino más. Un tano maravilloso.
Y Maradona en el medio, consiguiéndome estacionamiento y para que pudiese pasar un día de playa. El gran Diego, la mano de Diego.