“En el mundo de los historietistas a veces aparece la pulsión musical, el contaste entre la quietud y lo estático y hasta a veces aburrido de dibujar historietas, de estar solo durante horas en tu estudio sin ver a nadie, contra la energía y la adrenalina del rock, del escenario, del vivo, de la música”, reflexiona Gustavo Sala, alma mater del festival Historieta Sound vol.1 que se celebrará este viernes a las 21 en el Centro Cultural Caras y Caretas (Venezuela 330) con la participación de su propio dúo Fiambre Moderno –donde hace equipo con Juampi “Electrochongo” Malvasio-, Nave Nodriza (donde revistan los comiqueros Ariel López Vez, Natalia Novia, Pedro Mancini y Gustavo von Chuyo) y Horrible (integrado por el animador y dibujante Ayar Blasco junto a Micaela Berguer, Maria Velo y Gime Aguilar). Además de la propuesta estrictamente musical, los artistas prometen al público que también encontrarán sus publicaciones (el propio Sala andará ostentando sus flamantes Cómo ser un zombi y Parto de nalgas).
“Una de las cosas que nos importa de este festival es que lo visual sea protagonista, más allá de la anécdota de dibujantes que se suben al escenario y se cuelgan una guitarra, que el elemento gráfico, con proyecciones de dibujo, con animaciones en pantalla, desde una cosa visual, sea tan relevante como lo sonoro. Y ahí todo ese elemento gráfico de los protagonistas va a estar ahí presente”.
Como si los estilos gráficos que circulan por sus páginas no fueran pista suficiente para atinar a sus búsquedas musicales, ellos mismos recurren a etiquetas elocuentes. Así, Fiambre Moderno se propone como “electro pop grotesco”, Nave Nodriza como “post punk futurista” y Horribe como “rock distorsionado”. “Cuando nos dimos cuenta que teníamos tres bandas con historietistas en sus filas dijimos ‘hagamos ya un festival’, algo que mezcle estos universos, así salió Historieta Sound”, cuenta el humorista gráfico marplatense que desde hace años la rompe en las páginas del Suple NO de este diario.
Lo curioso del caso de estos grupos es que no se trata de los únicos dibujantes que incursionan en la música. Artistas de generaciones –o corrientes de formación anteriores- también apelaron al pentagrama y el escenario. Autores como Pablo Fayó, Ariel Olivetti, Max Aguirre o Tute suelen agarrar la guitarra, aunque Sala advierte que en el caso de ellos suele haber “una tendencia al tango, a la milonga”. “Nuestro evento va a presentar una cosa mucho más rockera, más psicodélica, más electrónica”, considera. “Te diría que la propuesta de Nave Nodriza tiene que ver con el post-punk, con un rock bastante oscuro y futurista. El sonido horrible va por el rock de garage y un punk más nervioso. Y la propuesta de mi grupo es más electrónica, bailable, más física, más vinculada a New Wave y al electropop. Te diría que en Historieta Sound hay como un perfil más psicodélico y más eléctrico”.
-¿Ser historietistas los hace pensar distinto la música?
-Es interesante lo que preguntás, esto de pensar distinto, porque en mi caso, quizás de manera inconsciente, me parece que a la hora de escribir las letras, pienso muchas veces en imágenes, ¿no? Son como letras muy visuales. No sé en el caso de mis colegas, pero evidentemente tendrá que ver con el hecho de dibujar toda la vida. Y quizás hay hasta una cosa medio narrativa, también heredera de la historieta, en esto de cantar. En la historieta contamos con dibujos, en las canciones contamos con palabras y sonidos.
-¿Cómo se vinculan ambos lenguajes?
-Podría decir que hay un link medio invisible en ambos lenguajes, en ambos universos, en lo que uno hace como historietista y en lo que uno hace como músico me parece que uno aprovecha la música para poder contar, poder expresar lo que no puede con la historieta y al revés, ¿no? Pero hay un montón de cosas en común que probablemente nosotros mismos no las veamos. Bueno, un poco ese es el concepto de la búsqueda, Hacer justamente una cosa medio mutante, con una atmósfera futurista o sci-fi. Las canciones de Nave Nodriza tienen mucho ese color, ese clima de cierto cine ochentoso, una atmósfera a lo Carpenter y mucha imaginería extraterrestre. En el caso de Horrible un poco también, quizás algo más urbano, y en Fiambre Moderno aparecen links con los ‘80, lo electrónico. Así que ojalá podamos lograr lo que queremos con Historieta Sound, que justamente es que todo se mezcle y sea un gran quilombo.