Uno de los grandes interrogantes que dejaron las PASO y, en particular, la durísima interna entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, es cuántos de los que votaron al jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires se inclinarán en octubre por la vencedora de la compulsa de Juntos por el Cambio.

En una reciente encuesta, preguntamos explícitamente qué harían los y las votantes de Larreta si él no ganaba la interna: 68 % manifestó que iba a votar a Bullrich, 9 % a Milei, 6 % a Massa, 9 % dijo que iba a votar en blanco y 7 % que no iba a ir a votar. Sin embargo, creemos que no debemos quedarnos sólo con esta respuesta simple, ya que el electorado argentino tiende a repensar sus preferencias. En particular, consideramos que, para estimar sus comportamientos en octubre, también tenemos que analizar cuáles son sus posiciones y actitudes ideológicas.

En este sentido, podemos diferenciar dos grandes grupos entre las y los votantes de Larreta, según los valores que presentan en tres escalas construidas a partir de las respuestas a una serie de preguntas (una escala entre pluralismo-autoritarismo; una escala entre opiniones nacional-populares y opiniones neoliberales; una escala sobre el nivel de bronca con un perfil de derecha). Así encontramos dos grupos muy distintos:

  • Grupo 1: muy neoliberales (79 puntos de promedio en la escala), muy autoritarios (73 puntos) y con mucha bronca de derecha (72 puntos). Concentran al 46% de los votantes de Rodríguez Larreta.

  • Grupo 2: poco neoliberales (45 puntos, es decir más nacional-populares en sus respuestas que neoliberales), solo un poco autoritarios (55 puntos) y manifestando poca bronca de derecha (44 puntos). Aquí está el 54% restante de los votantes de Rodríguez Larreta.

En el Anexo se detallan las características de la encuesta, las preguntas que se incluyeron en cada una de las tres escalas y el método de cálculo para construir estos dos grupos. En el siguiente gráfico se puede observar la ubicación de estos dos grupos en las escalas de pluralismo-autoritarismo y de posicionamiento nacionalpopular-neoliberalismo.


Miremos con más detalles en qué se diferencia en sus opiniones socio-económicas el grupo 2 (que podríamos llamar como "de centro" o moderado) del grupo 1 (más de derecha):

  • Mientras la enorme mayoría del grupo 1 opina que habría que acabar con los "derechos de los trabajadores", casi nadie del grupo 2 piensa así.

  • La mitad del grupo 2 cree que la mayoría de las y los grandes empresarios han hecho su fortuna explotando a trabajadores o robando al pueblo, y en el grupo 1 muy pocas personas tienen esa opinión.

  • La mitad del grupo 2 piensa que hay que controlar más a las y los empresarios para evitar que evadan impuestos, en vez de proponer reducir los impuestos que pagan para que inviertan más, como sostienen casi todas las personas del grupo 1.

  • Solo un cuarto del grupo 2 piensa que hay que reducir drásticamente al Estado y despedir a muchos empleados públicos, mientras que es la opinión ampliamente mayoritaria dentro del grupo 1.

En cuanto al autoritarismo, los y las integrantes del segundo grupo, si bien tienen posiciones autoritarias, no son tan duras como las del grupo 1:

  • Sólo un tercio no está de acuerdo con nada de lo que hacen las feministas, cuando dos tercios del grupo 1 tiene esta opinión.

  • Sólo una quinta parte del grupo 2 piensa que las y los estudiantes tienen que acatar el orden impuesto por las autoridades sin poder formular críticas, frente a la mitad del grupo 1 que escoge esta posición.

  • Como primera medida para reducir el delito, la mayoría del grupo 2 opta por la generación de más oportunidades de trabajo, mientras que tres cuartas partes del grupo 1 se inclina por promover leyes más duras.

En cuanto a la bronca, también se ve la moderación del segundo grupo:

  • Solo una quinta parte del grupo 2 manifiesta posiciones drásticas frente a inmigrantes de Bolivia y Paraguay o les da bronca el lenguaje inclusivo, mientras que en el grupo 1 casi la mitad brinda esas respuestas.

  • Poco más de la mitad del grupo 2 sentía mucha rabia por las políticas de Cristina Fernández de Kirchner, mientras que tenían esta rabia casi todos los del grupo 1.

En otras preguntas, que no hemos incluido en las escalas comentadas, también podemos diferenciar al grupo 2 por tener posiciones mucho menos extremas que el grupo 1. Así, por ejemplo, casi la mitad del grupo 2 evalúa positivamente la gestión de la pandemia por parte del gobierno nacional, mientras que casi nadie manifiesta esta posición en el grupo 1.

También es posible diferenciar estos dos grupos por sus sentimientos de pertenencia partidaria: sólo 57 % se siente cerca de JxC o los partidos que integran esa coalición, frente a 81 % del grupo 1. Incluso, en el grupo 2, 22 % votó a Alberto Fernández en 2019.

La existencia de este importante grupo de votantes de Larreta que tiene posiciones que podríamos denominar "de centro" o moderadas (tanto en su contenido como en su expresividad) y, por lo tanto, muy alejadas de los discursos y modos de Patricia Bullrich y de Javier Milei, no debe interpretarse como una automática posibilidad de que su voto en octubre se dirija hacia Sergio Massa. De hecho, en cuanto a la pregunta inicial, sobre a quién votarían en las elecciones generales si Larreta perdiera las PASO, no se observan grandes diferencias en sus respuestas en comparación con el grupo más explícitamente neoliberal y autoritario: 69 % del grupo 2 dice que votaría a Bullrich, un porcentaje muy similar al 76 % que lo manifiesta en el grupo 1. Tampoco es muy distinta la intención de voto a Milei: 14 % en el grupo 1 y 10 % en el grupo 2.

La posibilidad que tiene UxP de disputar las preferencias de este grupo "centrista" de votantes dependerá de las interpelaciones que les haga Sergio Massa, pero también de las posiciones en que se coloquen algunas y algunos referentes del centro político argentino e intelectuales y comunicadores "independientes" que este grupo escucha con cierta atención. Pero, tal vez lo más importante sea lo que haga Patricia Bullrich en su dilema de moderar su discurso para tratar de fidelizar esta franja de votantes de Larreta o de mantener sus posiciones más duras para evitar una mayor fuga de votos hacia un Javier Milei en claro ascenso que, además, cuenta con guiños de apoyo del propio Mauricio Macri.

Bullrich deberá tener en cuenta que su votante promedio es muy similar a quienes están en el grupo 1 de los votantes a Larreta: son muy neoliberales (72 puntos en esa escala), muy autoritarios (69 puntos en esa otra escala) y manifiestan mucha bronca de derecha (también 69 en esa tercera escala). Por lo tanto, si moderara su discurso para tratar de captar a votantes "de centro" de su ex-contrincante, podría generar que buena parte de sus votantes se inclinara hacia Milei. Al mismo tiempo, Milei tiene que tener en cuenta que un tercio de sus votantes no adhiere a un discurso claramente neoliberal y autoritario.

El partido que se juega en los próximos dos meses será extraño para la política argentina porque no solo habrá tres equipos en competencia en vez de dos, sino que no está claro que todos los jugadores tengan certeza sobre cuál es el arco para dónde debe patear. Incluso, algunos ni saben si quienes están en su equipo patearán para el mismo lado, o si el DT no ha arreglado con los del equipo contrario, ni qué harán los ayudantes de campo. En este extraño partido, quienes integran UxP (tanto sus dirigentes, como sus militantes y sus simpatizantes) tienen una clara ventaja frente a los de JxC.



* Investigador Principal del CONICET y profesor titular de la UNQ.