El Tribunal Oral Federal número 2 de La Plata condenó al exministro de Gobierno de la provincia de Buenos Aires Jaime Lamont Smart y a los policías retirados de la Bonaerense Juan Risso y Walter Ale a prisión perpetua luego de hallarlos penalmente responsables del homicidio de Horacio “Chupete” Benavides. El joven militante de la Juventud Universitaria Peronista fue perseguido durante la segunda mitad de 1976 y finalmente asesinado el 30 de septiembre de aquel año en las inmediaciones de la Plaza Moreno, punto céntrico de la ciudad de La Plata.
“Es la gran noticia que estábamos esperando, este es el paso más importante en la búsqueda de justicia para Horacio y nuestra familia”, aseguró Marcelo Benavides, une de les hermanes menores de “Chupete” y querellante en la causa y en el juicio, instantes después de oir la lectura del veredicto. Marcelo declaró en el debate como testigo, al igual que Natalia Benavides, la tercera hija de Benavides padre. Su historia fue impactante ya que narró cómo, durante la cacería, la patota de la Dirección General de Investigaciones de la Bonaerense, fuerza operativa del terror desatado durante la dictadura cívico militar a cargo del genocida Miguel Osvaldo Etchecolatz, lo secuestró a él. Días antes de que finalmente “Chupete” fuera asesinado, los represores lo fueron a buscar a la casa paterna. Como no estaba, se llevaron a Marcelo, a quien mantuvieron cautivo en Pozo de Arana y utilizaron de señuelo para intentar capturar a su hermano mayor en el departamento que compartía con su flamante esposa, Estela Rossi.
No lo lograron aquella vez, pero finalmente lo acribillaron la tarde del 30 de septiembre siguiente mientras caminaba por 12, una de las calles que rodean la platense Plaza Moreno. “Chupete” tenía 22 años, estudiaba en la facultad de Derecho de la Universidad Nacional de La Plata. Desde allí se había sumado a militar en la JUP, a principios de los 70.
Mientras transita este “asimilar la emoción” que significa para él y la familia de “Chupete” Benavides las condenas a los tres acusados en el juicio que comenzó el pasado abril, Marcelo espera que en los fundamentos del veredicto, que será leído el próximo 27 de septiembre, sea “ponderado” su testimonio en relación a su propio secuestro.
En tanto, destacó la decisión de los jueces Méndez Signori, Nelson Jarazo y José Antonio Michilini, de enviar la sentencia a los diarios Clarín, La Prensa y el platense El Día en base al artículo 14 de la Convención Americana sobre los Derechos Humanos “a los fines que estimen corresponder”. Tal artículo plantea el derecho a una rectificación de informaciones “inexactas o agraviantes emitidas en su perjuicio”. Aquellos medios gráficos informaron días después de los hechos sobre el “jefe subversivo abatido” en el “tiroteo en 13 y 51”, las intersecciones de Plaza Moreno, en relación a Horacio Benavides, a quien mencionaron con nombre completo en sus publicaciones. “Fue gracias a lo requerido por Pablo (Llonto, su abogado querellante) para que esos medios publiquen la contracara de las falsedades que dijeron hace 47 años, pero estoy seguro de que no van a hacer nada”.
Prisiones perpetuas
El veredicto debía ocurrir la semana pasada, pero “un desperfecto cibernético” imposibilitó al represor Smart conectarse vía teleconferencia a aquella jornada, destinada durante sus primeras horas a las últimas palabras de los acusados y, después del mediodía, a la definición del Tribunal.
Entonces, Risso y Ale se declararon inocentes. Ale consideró que “no ha existido” en el proceso “un solo elemento” que lo “coloque en posición de victimario”. Por su parte, Risso apeló a su pasado de futbolista: “Lo único que hice fue jugar al fútbol”, expresó, como si tal cosa lo eximiera del accionar posterior a su paso por el plantel de Gimnasia y Esgrima La Plata. Tras sus exposiciones, el presidente del TOF número 2 de La Plata, Enrique Méndez Signori, pospuso la definición del debate para esta tarde, luego de que el ministro de Gobierno de la dictadura dijera, como era de esperar, que no había pruebas “concretas” para condenarlo.
Los jueces no opinaron lo mismo. 40 minutos después de la horapautada, y por unanimidad, los jueces del TOF 2 de La Plata condenaron a prisión perpetua a Smart, Ale y Risso. Los hallaron coautores penalmente responsables del homicidio calificado de “Chupete” Benavides.
Gran parte de la estructura probatoria en la que se basó el debate fue hallada en registros oficiales de la Policía Bonaerense. A partir de información publicada en diarios de la época, el equipo de trabajo que integra la querella de Marcelo Benavides, el hermano menor de la víctima, logró dar con sumarios, legajos policiales de los integrantes de la patota que asesinó a “Chupete” Benavides en Plaza Moreno, pleno centro neurálgico de La Plata, y resoluciones ministeriales en las que se los premió por aquel accionar.
Vía dicha documentación se logró identificar, indagar, procesar, enjuiciar y hoy condenar a Risso y a Ale, dos policías de la Bonaerense retirados que integraron el grupo represivo que persiguió a “Chupete” hasta matarlo. La patota se completaba con Carlos Sanchez, que murió durante el operativo criminal, y Ángel Andrada, Pedro Bidegain, Raúl Salcedo, Ramón Acosta, Adalberto Aguilera, Ramón Velasco, Carlos Bordalonga y Carlos Montero.
Con toda aquella información detallada, Marcelo Benavides presentó una denuncia ante la Justicia federal de La Plata en 2015. Durante la instrucción de la causa se alcanzó a procesar a Bordalonga y Velasco, otros dos policías retirados que participaron del operativo. Incluso integraron la lista de acusados de cara al debate oral y público, pero fallecieron antes de que se concretase. Lo mismo ocurrió con Etchecolatz, quien falleció en julio de 2022. Pasaron ocho años hasta que un veredicto confirmó los hechos.