6 - ¡NO ESTÁS INVITADA A MI BAT MITZVÁ!
(You Are So Not Invited to My Bat Mitzvah/Estados Unidos, 2023)
Dirección: Sammi Cohen
Guion: Alison Peck y Fiona Rosenbloom
Duración: 103 minutos
Intérpretes: Adam Sandler, Sunny Sandler, Idina Menzel, Sadie Sandler, Samantha Lorraine y Sarah Sherman
Estreno en Netflix

Adam Sandler tiene un estilo de humor que, al orbitar mayormente en el choque entre su porte físico de oso y la inmadurez mental de un adulto que nunca quiso serlo, divide aguas entre quienes lo consideran un comediante gastado y pueril y aquellos que valoran su voluntad innegociable de hacer reír como sea: incluso en sus películas más flojas, el actor con cara de huevo funciona como aspersor que escupe chistes sin parar, pues lo suyo es la cantidad por sobre la calidad, el volumen antes que la curaduría. Sin embargo, y gustos aparte, debe reconocérsele a Sandler la generosidad que ha tenido con sus fieles actores secundarios (Rob Schneider, Kevin James, Nick Swardson y siguen las firmas) al producirles el que para casi todos fue su primer protagónico a través de su compañía Happy Gilmore. Misma productora detrás de ¡No estás invitada a mi Bat Mitzvá!, espantoso y gritón título latinoamericano con el que llegó a Netflix esta cruza entre high school movies y coming of age que tiene en rol central a Sunny Sandler, una de sus hijas.

Si a eso se agrega que el padre y la hermana mayor de Sunny en la ficción son los mismos que en la vida real, y que la madre de su mejor amiga es interpretada por Jackie Sandler, la esposa del actor, queda claro que es un proyecto atravesado por lo familiar y, por qué no, las experiencias personales. Nada nuevo bajo sol de la comedia americana contemporánea: así como Funny People, en la que Sandler interpretaba a un comediante con una enfermedad terminal, comenzaba con joditas telefónicas realizadas por el actor en su juventud, Judd Apatow, una de las figuras centrales del género desde hace 30 años, le ha dado roles centrales en varias películas a su esposa, Leslie Mann, y sus hijas, Maude e Iris Apatow. Al igual que ellas, Sunny podrá tener un apellido con peso específico, pero también una presencia en cámara, una nobleza gestual y un carisma que la convierten en una actriz con potencial suficiente para trascender el rótulo de “hija de”.

Dirigida por Sammi Cohen, la película prescinde del humor infantiloide del universo Sandler –quien aquí se reserva un papel de reparto– para, a cambio, abrazar un tono más moderado, que obviamente incluye una batería de chistes (algunos muy buenos, con la discusión entre padre e hija sonorizando toda la casa) pero entreverándolos con los temores ante la adultez por venir, la nostalgia por la infancia que se va y, claro, los arremolinados sentimientos de la pubertad, una etapa donde todo es blanco o negro, amor y odio. Así ocurre con Stacy (Sunny), que siente en carne viva la traición cuando su mejor amiga Lydia (Samantha Lorraine) termine saliendo con el chico que le gusta. Agobiada por las contradicciones, la señorita inicia una serie de aventuras para tratar de seducir al pretendiente, llegando al punto de anotarse como voluntaria en el geriátrico donde está internada su abuela.

En el horizonte asoma el inminente Bat Mitzvá para ellas, el ritual con el que el judaísmo celebra el paso a la adultez a partir de los doce años para las chicas. A ellas les importa menos el significado religioso que la fiesta posterior, un equivalente a los cumpleaños de 15 en este lado del mundo. Menudo problema que las chicas se peleen justo antes de la celebración de Lydia. La pátina agridulce de la película se prolonga hasta el desenlace, cuando el film recorra los carriles habituales de las enseñanzas explicitadas con la voz en off de Sunny. Sus dichos validan aquel mandato de los relatos madurativos según el cual ningún protagonista termina siendo igual al que era al comienzo.