El bono de 60 mil pesos para los trabajadores del sector público sacudió el tablero político a lo largo del país. De norte a sur, gobernadores e intendentes se vieron obligados a definir qué harán frente a la disposición que tomó el ministro de Economía, Sergio Massa, para recomponer ingresos.
Ayer, los gobernadores de Chaco, Jorge Capitanich, y Salta, Gustavo Sáenz, se anexaron al pelotón de provincias –14 en total– que informaron que la denominada suma fija forma parte de sus negociaciones paritarias y que por eso no otorgarán una suma extra.
Distinto es el caso de La Rioja, Mendoza, Chubut y Santiago del Estero que anticiparon su adhesión. Sin confirmar aún qué resolverá, el gobernador bonaerense Axel Kicillof evalúa no sólo pagar el bono sino también crear un fondo especial para ayudar a los municipios que tengan dificultades para afrontarlo. Desde Catamarca, Alberto Fernández les pidió un esfuerzo financiero a los mandatarios y le reclamó a "los empresarios que se llenaron de plata los últimos años" que lo paguen.
“En Chaco se tomaron decisiones antes de los anuncios. Esas decisiones fueron definidas con los mismos gremios del sector público", detalló el ministro de Gobierno provincial, Juan Chapo. “Vamos a ver si avanzamos en un esquema de compensación de la inflación, o si planteamos un esquema de remuneración fija”, describió Ricardo Villada, ministro de Gobierno de Salta. Con estos argumentos, ambas provincias anunciaron que el refuerzo de ingresos quedará supeditado a su propia paritaria. La misma postura adoptaron la Ciudad de Buenos Aires, Santa Fe, Misiones, Córdoba, Jujuy, Entre Ríos, La Pampa, Neuquén, Catamarca, Tucumán, San Juan y Santa Cruz.
A contramano, Chubut fue la última provincia en anunciar que se plegará al pago del bono sugerido por la Nación. El gobernador Mariano Arcioni dio la instrucción de acompañar las medidas de Massa, respecto de este bono que "implica dos cuotas en septiembre y octubre de $30.000 pesos”, detalló el ministro de Economía, Oscar Antonena. Es un “bono remunerativo, que alcanza a los agentes que cobran hasta $400.000 pesos y habrá $35000 para los jubilados”, añadió.
Ayuda a Municipios
La provincia de Buenos Aires por ahora mantiene su postura en suspenso. El gobernador Axel Kicillof solo expresó que el bono es “muy interesante”, aunque remarcó que se ejecutará “en la medida que tengamos posibilidades”. En paralelo, está evaluando asistir a los municipios que no puedan afrontar el pago. Se estudia la creación de un fondo especial destinado a los distritos que expresen sus dificultades para cumplir con la disposición. Hasta el momento, solo dos municipios peronistas -Ensenada y San Martín-- manifestaron que avanzarán con la recomposición salarial.
En la vereda de enfrente, los intendentes de Juntos por el Cambio reclamaron la implementación de un fondo extraordinario que reparta el dinero necesario para cumplir con la suma fija. A través de un comunicado conjunto, manifestaron que “existe una imposibilidad de la gran mayoría de los gobiernos locales de dar cumplimiento a una medida de este tipo, sin afectar seriamente sus finanzas, en muchos casos, o directamente por carecer de dichos fondos en otros".
La presión del Presidente
En medio de los tironeos, Alberto Fernández buscó ayer presionar a los mandatario provinciales para que acompañen la medida anunciada por el candidato presidencial de Unión por la Patria. "¡No es un programa platita! Es el plan justicia, que los que más tienen mejor repartan. ¡Eso es, no es otra cosa! La verdad es que todo lo que pudimos aportar a las provincias lo hemos aportado en silencio en todos estos años", lanzó el jefe de Estado.
Durante un discurso que pronunció en Catamarca, Fernández llamó a “reflexionar” y apuntó contra el alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta: “Me llama la atención que Catamarca y La Rioja puedan (abonar la suma fija) y la ciudad más opulenta del país tenga dificultades para hacerlo”.
Más allá del mensaje, los gobernadores difícilmente cambien su parecer. La única opción para destrabar el panorama sería una negociación entre Nación y las provincias que incluya algún giro de fondos. El principal argumento de los mandatarios es que no tienen recursos para sumar el bono a los aumentos ya comprometidos en las paritarias. Por el momento, esta solución no está sobre la mesa del Ministerio de Economía y la decisión es que cada gobernador se haga cargo del costo político de no realizar el esfuerzo financiero para abonarlo.
Larga lista de justificativos
A lo largo y ancho del país, los gobiernos provinciales tuvieron que salir a explicar sus posturas. En Santa Fe la decisión ya está tomada, dijo el ministro de Trabajo, Juan Manuel Pusineri. “Aplicaremos un acuerdo paritario”, agregó. En Córdoba, Julio César Comello, secretario de la Gobernación, planteó que el aumento salarial otorgado a los trabajadores del sector público garantiza que ningún empleado recibirá un incremento menor a $33.000, por lo que no habrá bono. En la misma línea, el vicegobernador sanjuanino, Roberto Gattoni, detalló que ya brindaron una suba a los empleados públicos y que “al bono hay que compatibilizarlo con los acuerdos paritarios”. Sergio Ziliotto, gobernador de La Pampa, enunció que hace cuatro años garantizan cláusula gatillo por encima del nivel de inflación. Y con el mismo argumento, su par de Entre Ríos, Gustavo Bordet, enfatizó que en su distrito los salarios también están varios puntos “por encima de la inflación”.
Catamarca, Tucumán y Santa Cruz aún están negociando las pautas salariales. El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires indicó que el camino acordado con sus trabajadores sigue de cerca a la inflación, "con paritarias mensuales y en algún caso hasta quincenales", por lo que no otorgará una suma fija. El ministro de Hacienda jujeño, Carlos Sadir, por su parte, señaló que no tienen “posibilidades para hacer frente a ese pago, salvo que el gobierno nacional envíe fondos”.
En el caso de San Luis, Chubut y Tierra del Fuego, las paritarias para lo que resta del año cerraron hace unos días. Santa Cruz todavía no se pronunció sobre la medida, aunque la gobernadora Alicia Kirchner ya pagó este año dos bonos de $100 mil y $60 mil. Con la decisión del gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, de fijar una recomposición salarial de emergencia de $55 mil y un bono de $400 mil, en cuatro cuotas, la provincia lidera el ranking entre los distritos que establecieron mejoras en los haberes. Corrientes también ya pagó una suma fija y en Río Negro, los funcionarios locales aseguraron que aún no definieron qué resolución adoptarán.
En tanto, en Mendoza, el gobernador radical Rodolfo Suárez sorprendió al anunciar que no solo pagará los 60 mil pesos sino que lo hará en una sola cuota. Incluso se acoplarán los intendentes de su espacio, Cambia Mendoza. "Estas medidas buscan disimular las consecuencias de la brusca devaluación”, dijeron pero advirtieron que "los municipios harán frente al pago de la suma fija anunciada, según sus posibilidades".
Un dato que subrayan intendentes y gobernadores es que a diferencia de lo que sucede a nivel nacional, donde unos 390.000 empleados recibirán el bono, en las provincias y municipales los sueldos netos debajo de los $400.000 son la mayoría y el peso presupuestario de otorgar un refuerzo es significativo.