La Policía Científica, por orden del fiscal Marcelo Munilla Lacasa, está peritando el cuchillo encontrado en el césped de Palermo. Primero, se buscan huellas, con un nuevo aparato de detección. Recién después se hará el cotejo entre la sangre que tiene el Tramontina y la sangre que había en la remera de Mariano Barbieri, el ingeniero asesinado en Palermo. La búsqueda principal está en las cámaras. Hay una imagen un sujeto que huye corriendo: responde a la descripción que hizo un testigo, pero es una imagen de lejos y en movimiento. Aun así, se buscan sus caminos de salida de la zona. Hay una duda respecto del ladrón: si es o no una persona en situación de calle. Por la vestimenta, no parece. Pero en esa zona pernoctan muchas personas que no tienen vivienda y no son infrecuentes las peleas. El Tramontina, cuchillo elemental, también le hace pensar a Munilla Lacasa que podría tratarse de una persona sin techo.
El testigo que vio los hechos y al que la fiscalía le da credibilidad sostiene que la pelea entre Mariano y el ladrón fue dura. Hizo una descripción de la vestimenta y concuerda con la imagen del sujeto corriendo. La toma de la cámara es a considerable distancia y no se ve la cara. Todo transcurrió de noche, lo que hace todavía más difícil la individualización.
Barbieri no vivía con su pareja en Beccar, sino con un amigo, a pocas cuadras de donde sufrió la puñalada mortal. No está claro por qué caminaba por la zona: en su entorno dicen que eran salidas destinadas a pensar y relajarse.
Cerca de la escena, el cronista de C5N, Diego Lewen, encontró el Tramontina, que tiene las manchas de sangre. Munilla Lacasa ordenó las dos pericias. Primero, la prioritaria, de huellas. No son fáciles en un cuchillo, como explica siempre el criminalista Raúl Torre. Sin embargo, en la fiscalía afirman que se utiliza un aparato de última generación que da alguna expectativa. La sangre suele tapar las huellas, lo que en este caso complicaría más las cosas. La segunda pericia será el cotejo de sangre entre el cuchillo y la remera de Barbieri. Todo estaría terminado este mismo viernes.
Todo está concentrado en buscar al homicida. En esa cuestión resultan decisivas las cámaras. Se está buscando una secuencia en todas las calles que son de salida de la zona. Ese trabajo lo está haciendo la Policía de la Ciudad.
Subsiste la duda sobre si se trata de una persona en situación de calle. Por la vestimenta que se ve en las cámaras, no parecería. Sin embargo, es una zona donde duermen muchas personas en esa condición y los fiscales afirman que hay frecuentes peleas y robos entre ellos. Si el Tramontina fue el arma del crimen, evidencia una notoria precariedad.
Todo fue adverso para Barbieri: peleó contra el ladrón, pero lo mataron de una sola herida, intercostal, del lado izquierdo. Una puñalada así no es mortal en el 99 por ciento de los casos. Pero Mariano estaba a cuatro cuadras de que alguien lo ayudara.
Los homicidios en ocasión de robo son escasísimos en CABA: nueve o diez por año, en una ciudad de tres millones de habitantes. Pero cada caso es un tremendo drama en sí mismo.