Las acciones de las grandes tecnológicas que cotizan en Wall Street acumulan en 2023 un salto de precios impactante. Se recuperaron de las caídas del año pasado y cotizan con precios cercanos a los picos de la pandemia, cuando el furor por la digitalización parecía inagotable. La suba de la tasa de la Reserva Federal e incluso las posibilidades que la política monetaria de Estados Unidos se mantenga contractiva por mucho tiempo no alteraron la tendencia.
En lo que va de este año, Amazon registra una ganancia de casi 60 por ciento, Google supera el 50 por ciento, Apple marca un aumento del 45 por ciento y Meta (Facebook) se lleva todos los premios con la suba del 139 por ciento. Son las cuatro empresas que lideran una carrera sin frenos por generar los mejores productos de inteligencia artificial generativa y realidad virtual.
Además de las redes neuronales y la realidad mixta, en la pandemia hubo una tercera vertical de tecnología que se consideraba destinada a cambiarlo todo pero que por el momento quedó a medio camino. Se trata de las criptomonedas y la tecnología blockchain. El bitcoin y otras monedas digitales habían registrado un pico de precios en 2021, que luego marcó un fuerte ajuste con los cambios de la tasa de interés norteamericana el año pasado.
La diferencia con la dinámica de las grandes tecnológicas de Wall Street es que los valores de las criptomonedas no recuperaron este año los máximos de la pandemia, y mantienen una fuerte volatilidad. Por ejemplo, el precio del bitcoin opera actualmente en torno de los 25 mil dólares, cuando hace menos de un mes era de 30 mil, y en su pico llegó a superar los 60 mil.
Esto no implica que algunas empresas sigan apostando por el uso a futuro de esta tecnología, e incluso pretendan sumar nuevos negocios a través de la oferta de productos relacionados con el mundo cripto. Uno de los ejemplos recientes es el de Paypal, que lanzó su propia criptomoneda estable. La empresa necesita reinventarse tras la fuerte caída de sus acciones.
Si bien la mayoría de las noticias sobre empresas e innovaciones que llaman la atención, despiertan fantasías sobre el futuro e incentivan a hacer apuestas tecnológicas llegan desde las potencias de Occidente, en Latinoamérica también existen desarrollos que pueden tener alto vuelo. Algunos ocurren incluso en una de las verticales de innovación más dinámica del momento: la edición genética y otros rubros de la biotecnología.
Uno de los ejemplos es el de la startup argentina Puna Bio, que aprovechó años de investigación de una de sus fundadoras en el Conicet para desarrollar productos basados en microbios. Se busca ayudar a cultivar en condiciones difíciles, como son las áreas con baja calidad del suelo o altos niveles salinidad, y parar mejorar rendimientos en las áreas productivas.
La compañía usa extremófilos extraídos de uno de los desiertos más inhóspitos del mundo para potenciar los cultivos y la salud del suelo. La aceleradora de startup de base científica GridX, de Miguel Galuccio, apostó al proyecto y Puna Bio instaló nuevos laboratorios y sacó sus primeros productos al mercado.